Clara, barcelonesa de 27 años, vivía en Boston donde se estaba labrando una carrera como fotógrafa. Tras un máster y unos años trabajando en la ciudad, ya se había hecho un buen círculo de contactos y su carrera había empezado a despegar. Por motivos personales, un día tuvo que dejarlo todo e irse a vivir a Londres. Dejó de ser una expatriada en EEUU para pasar a serlo en el Reino Unido, donde tuvo que arrancar de cero.