Enfrentándose a una escasez de mano de obra y a una situación demográfica cada vez peor, Japón se está abriendo gradualmente a la inmigración, especialmente mediante la reforma de sus políticas de visas. Sin embargo, el país sigue dividido entre la necesidad económica y un modelo social basado en la homogeneidad. Aquí tienes un análisis.
Reformas al visado de trabajador cualificado para atraer más expatriados
Japón está reclutando activamente y buscando formas de atraer a profesionales extranjeros. El 5 de abril, el gobierno anunció sus planes de dar la bienvenida a hasta 800,000 trabajadores cualificados en los próximos 5 años. Según el Ministerio de Trabajo, el número de profesionales extranjeros aumentó un 12.4% entre 2022 y 2023, alcanzando un récord de 2.04 millones de trabajadores extranjeros.
Sin embargo, Japón todavía enfrenta desafíos significativos. Con una disminución demográfica crítica, el estado no tiene más opción que recurrir a la inmigración. Los días del gobierno del Primer Ministro Abe, que en los años 2015 prefería invertir en robótica para evitar la inmigración (aunque algunos políticos aún apoyan firmemente esta idea), han quedado atrás.
Más trabajadores extranjeros para abordar la escasez de mano de obra
Los números muestran claramente un aumento de inmigrantes en Japón. El país emitió 4.1 millones de visas en 2023, tres veces más que en 2022. Sin embargo, aún está lejos de su nivel pre-pandémico (8.2 millones de visas emitidas en 2019). La mayoría de los expatriados asiáticos incluyen a los nacionales chinos (2.4 millones de visas emitidas en 2023), Filipinas (518,489 visas) y Vietnam (327,905 visas).
Las empresas, especialmente en los sectores de construcción, alimentación, transporte y salud, están presionando al gobierno para que amplíe su política de inmigración. Estas empresas son las más afectadas por la escasez de mano de obra. Han encontrado que los jóvenes japoneses están rechazando trabajos exigentes y estresantes y no pueden prescindir de la mano de obra extranjera. Es también bajo su presión que Japón ha adoptado estas reformas para ampliar la oferta de visas.
Mientras tanto, las empresas, especialmente en sectores intensivos en mano de obra como la construcción y el procesamiento de alimentos, están pidiendo aún más al gobierno. Son estas empresas las que constantemente presionan por una política de inmigración más abierta. Por ejemplo, el gigante minorista AEON anunció recientemente planes para reclutar 4,000 trabajadores extranjeros para 2030 (a través del visado de trabajador cualificado). Actualmente, el grupo emplea a 1,500 trabajadores extranjeros.
Promoción de condiciones favorables para los trabajadores extranjeros
Las reformas promulgadas en 2023 y 2024 están promoviendo condiciones favorables para los extranjeros. En 2023, Japón amplió su controvertido visado Tipo 1 para trabajadores cualificados (Visa de Trabajador Específicamente Cualificado Tipo 1) a más sectores (transporte automotriz, ferrocarriles, etc.). El visado Tipo 1, menos protector que el visado Tipo 2, permite la residencia solo por 5 años y prohíbe la reunificación familiar. El visado Tipo 2 es renovable indefinidamente y permite la reunificación familiar.
También en 2023, Japón amplió el alcance del visado Tipo 2, lo que significa que los extranjeros con un visado Tipo 1 tienen una mayor probabilidad de obtener un visado Tipo 2. Sin embargo, "mayor probabilidad" no significa un procedimiento simplificado. Por el contrario, los extranjeros aún enfrentan pruebas complejas realizadas completamente en japonés.
La paradoja de la política de inmigración de Japón
Por un lado, el estado reconoce la necesidad de reformar urgentemente su sistema y atraer a más extranjeros. Por otro lado, los sentimientos nacionalistas alimentan los miedos. Y el país lucha por atraer trabajadores extranjeros (al menos no tanto como los muy populares Canadá, Estados Unidos o Australia).
En junio, el Parlamento aprobó nuevos programas amigables con los inmigrantes, especialmente para combatir los abusos de ciertas empresas. Los expatriados con poca cualificación son los más afectados por esta situación debido a su estatus precario (visa vinculada a la empresa). Las nuevas medidas les brindan una mayor protección y les permiten cambiar de empleador. Sin embargo, al mismo tiempo, otras dos reformas endurecen las reglas para los expatriados.
La primera, promulgada en marzo de 2024, se refiere a los controvertidos "prácticos técnicos". Se han reportado muchos casos de abuso y maltrato de "prácticos" extranjeros desde la introducción de este estatus en la década de 1990. La reforma de marzo promete una mejor protección para los expatriados, pero también la revocación del estatus de residencia permanente en caso de evasión fiscal o delito (allanamiento de morada, agresión o robo).
La segunda reforma se centra en las condiciones de recepción de los solicitantes de asilo. Anuncia una aceleración en el procesamiento de las solicitudes, pero también un procedimiento de expulsión más fácil en caso de solicitudes rechazadas. El Ministro de Justicia Ryuji Koizumi considera esto un medio para "actuar contra aquellos que infringen las reglas", asegurando relaciones pacíficas entre japoneses y extranjeros.
"Inmigración": ¿una palabra tabú?
Según los analistas, Japón tiene 15 años para triplicar su número de inmigrantes si quiere salvar su economía. Ante este alarmante ultimátum, uno podría esperar una política de inmigración más directa. Sin embargo, Japón se está tomando su tiempo. Cuando Joe Biden acusó a Japón de xenofobia a principios de mayo, Japón lamentó una interpretación errónea de su política. Kishida insiste en tomarse su tiempo y no dejarse llevar por las predicciones de los economistas. Esta llamada de alerta no es nueva. Los defensores han estado clamando durante más de 30 años.
¿Cómo puede Japón atraer trabajadores extranjeros de manera sostenible sin una política de inmigración real? Ese es el problema de Japón. Un país que lucha por pronunciar la palabra "inmigración". Para la sociedad japonesa, "inmigración" es el amigo problemático de la "inestabilidad social". Ven las tristes historias de noticias extranjeras como evidencia de que "los extranjeros son el problema, el peligro". Esto pasa por alto los problemas orquestados por los propios ciudadanos japoneses. Esta imagen se ha construido junto a Japón homogéneo. Una imagen de "pureza étnica" que persiste hasta el día de hoy. El 24 de mayo, el Primer Ministro Kishida contraatacó a Abe, defensor de esta "pureza étnica", declarando: "Para proteger el país, el gobierno no tiene la intención de adoptar una supuesta política de inmigración aceptando extranjeros y sus familias sin imponer límites a su estancia".
Este discurso está lejos de ser acogedor. Desde la década de 2000, el número de extranjeros ha aumentado gradualmente, pero apenas representan el 3% de la población. No obstante, el discurso nacionalista sobre la pureza étnica alarma a la población. En nombre de la homogeneidad societal de Japón, los expatriados solo deberían ser admitidos en pequeñas cantidades y después de un riguroso proceso de selección.
Poner fin al mito de la "Japón homogéneo"
Fortalecido después de la guerra, el mito de la pureza étnica japonesa se perpetúa, especialmente por el históricamente gobernante Partido Liberal Democrático (LDP), que une pensamientos liberales a radicales.
Tarô Asô, ex Primer Ministro y actualmente Viceprimer Ministro y diputado del LDP, promueve abiertamente un discurso nacionalista (y sexista). En 2020, celebró que Japón ha sido "un solo idioma, un solo grupo étnico y una sola dinastía" durante más de 2000 años. Esto pasa por alto a los Ainu, los habitantes originales del país, colonizados por los japoneses y aún víctimas de discriminación. Ignora a los Zainichi, descendientes de coreanos que llegaron a Japón durante la anexión de su país, también víctimas de discriminación. Hay otras minorías étnicas luchando por que se reconozcan sus derechos. Nos recuerdan que Japón nunca ha sido el país homogéneo que afirma ser y finalmente debería ver su multiculturalismo como una riqueza.
¿Está Japón listo para dar la bienvenida a más extranjeros?
Ciertamente, los inmigrantes altamente calificados pueden no percibir esta "doble cara" de Japón. Sin embargo, los inmigrantes menos calificados enfrentan mayores desafíos. Por supuesto, las afirmaciones deben ser matizadas según el fondo de cada persona.
Para los sociólogos, la pregunta no es si Japón está listo o no, sino más bien sobre tomar acciones favorables a la inmigración. Por lo tanto, el problema es más sobre política y sociedad. Simplemente aumentar el número de visados de trabajo no es suficiente. Debe haber una voluntad política fuerte para promover la inmigración, con programas reales para dar la bienvenida a los extranjeros y poner fin a la discriminación contra los expatriados menos calificados. Para muchos, el "sueño japonés" ha quedado corto. Parece que no se hace nada para facilitar su integración. Sin embargo, las industrias, la agricultura y el cuidado personal los necesitan. Según los sociólogos, esto es aún más razón para fortalecer las medidas para ayudar y dar la bienvenida a los extranjeros.
Los discursos del LDP de "un paso adelante, dos pasos atrás" no impulsan una política de inmigración real. La población parece seguir estas ambivalencias. Según una encuesta gubernamental realizada en 2022, el 40% de los japoneses aprueba un aumento de la inmigración. Pero también se escuchan opositores, especialmente entre los adultos mayores que temen una amenaza a la "homogeneidad" del país. Este es el desafío de Japón para mañana: poner fin al mito de la "pureza étnica".
Enlaces útiles:
Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón: Trabajador Específicamente Cualificado de Japón --> Japan Specified Skilled Worker
Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón: Visas --> Visas
Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón: Trabajo o Visas de Estancia a Largo Plazo -- > Work or Long-Term Stay Visas