Como miles de otros nómadas digitales, has decidido trabajar de manera diferente. Tienes la suerte de poder trabajar solo con tu laptop y planeas aprovechar esto probando el nomadismo digital en un nuevo país. Los países ahora se están adaptando al nomadismo digital con visas hechas a medida. Pero, ¿cómo puedes vivir tu aventura respetando la vida en tu país anfitrión? Aquí tienes algunos consejos prácticos.
¿Están los nómadas digitales sobrepasando los límites?
Ha habido un aumento notable en el número de países que emiten visas para nómadas digitales. Lo ven como una oportunidad económica para revitalizar el turismo, que aún se está recuperando de la crisis sanitaria, y para impulsar la economía local. Pero, ¿cuáles son las implicaciones?
Un nómada digital solo necesita una computadora e Internet para trabajar. Pueden montar una oficina en casi cualquier lugar, siempre que tenga acceso a internet. Una mesa también es esencial, por lo que los cafés son un objetivo principal para ellos. Un rápido desplazamiento por Instagram ayuda a identificar los mejores lugares para los nómadas digitales. Publican fotos atractivas de sus espacios de trabajo en cafés de moda, desde México hasta Taipéi, sin olvidar, por supuesto, la indispensable laptop. Aquí es donde comienzan los problemas.
Pensabas que eras el único que había descubierto ese encantador café en un pintoresco pueblo, pero olvidaste que lo encontraste a través de TikTok e Instagram. Resultado: la foto de postal se convierte en un anuncio de laptops. Esto lleva a que los cafés se vean invadidos por nómadas digitales como tú, que pueden pasar horas trabajando y consumiendo poco, lo cual es desafortunado. Los más frugales (o tacaños, dependiendo de tu punto de vista) pueden hacer que un solo café dure horas. Peor aún, algunos incluso cargan sus dispositivos por períodos prolongados, lo que puede ser la gota que colma el vaso para los dueños de cafés.
Cómo hacer que tu espacio de trabajo respete los espacios públicos
Como recordatorio, un café, bar o salón de té no es, por definición, un lugar de trabajo. Para trabajar, puedes llevar tu laptop a un espacio de coworking, un work café o cualquier otro lugar diseñado específicamente para este propósito. Pero anhelas ubicaciones "únicas" o "típicas". Ten cuidado de no convertirte en un "ocupante de PC" y que te echen del café. Muchos gerentes están tomando una postura en contra de lo que consideran un comportamiento irrespetuoso. En España, Alemania o Portugal, algunos cafés se han vuelto fuera de límites para los "ocupantes de PC". Encender tu laptop está simplemente prohibido.
Los dueños de cafés se quejan de una imagen negativa debido a la proliferación de nómadas digitales y trabajadores remotos (y especialmente de sus computadoras). Recuerdan a todos que sus locales están destinados a ser espacios amigables donde la gente charla, come y disfruta de bebidas. Sin embargo, prohibir las laptops perjudica a los usuarios respetuosos. Podrías ser uno de ellos. Ocasionalmente trabajas en un café por una o dos horas, con un consumo adecuado. Si no hay reglas explícitas en el café que visitas, no dudes en preguntar si puedes usar tu laptop. Es el primer paso hacia la cortesía. Si te dan el visto bueno, no te excedas. Evita enchufar tu dispositivo. En su lugar, lleva una batería de respaldo (de todos modos, no te quedarás todo el día). No te limites a pedir un jugo o un café.
Respeta y preserva el entorno
Como nómada digital, podrías sentir que vives en una burbuja privilegiada. Sin una oficina fija ni horarios, el mundo es tu horizonte. Sin embargo, ese horizonte está amenazado por la contaminación. En Bali, combatir la contaminación es una batalla diaria. En marzo pasado, los monzones causaron que olas de basura llegaran a las playas. Esto no es nuevo, pero está empeorando. Las autoridades están apuntando principalmente a los extranjeros. Un mes antes, en febrero, el gobernador interino de Bali anunció un impuesto para "proteger la cultura y el medio ambiente".
Algunos expatriados tienden a ser más descuidados en el extranjero. Mientras trabajan en la playa (o donde elijan), podrían "olvidar" su lata de refresco, botella de agua o envoltorios de comida. Por supuesto, este comportamiento no es exclusivo de los expatriados, pero afecta a todos. Para respetar y preservar el entorno de tu ciudad anfitriona, haz el hábito de llevar una bolsa de tela entre tus pertenencias. Te servirá como bolsa de basura. Planea de antemano los desechos que podrías generar y organiza el transporte de tus restos de comida.
Respeta las reglas de tu ciudad anfitriona
Podrías soñar con tiendas abiertas las 24 horas, pero terminas en una ciudad donde todo cierra a las 6 p.m. Quieres trabajar en ese encantador café hasta las 10:30 p.m., pero el último pedido se toma a las 7 p.m. Encuentras que la disposición de las mesas en la sala de té no te permite ver tu pantalla con claridad. Moverte no ayuda, así que te pones a jugar a ser diseñador de interiores y rehaces toda la decoración. Estos ejemplos pueden parecer divertidos, pero están basados en experiencias de la vida real. El riesgo es aún mayor si trabajas en un grupo de nómadas digitales. El efecto del grupo desinhibe, para bien o para mal.
Para ser respetuoso con tu país anfitrión, empieza por comprenderlo. No emprendas un viaje sin conocer al menos un poco sobre las costumbres y prácticas locales. Evita quejarte porque las cosas son diferentes a lo que imaginabas (o a lo que las redes sociales sugerían). No esperes un ideal, sino que mejora tu experiencia de expatriado integrándote con la multitud.
Integra el paisaje
Olvídate de lugares imposibles para montar tu oficina. Ser un nómada digital no te da derecho a colocar tu laptop en áreas protegidas y otros sitios excepcionales. En su lugar, intégrate en el paisaje. Observa a los locales y sigue su ejemplo. Pregúntate por qué elegiste el nomadismo digital. A diferencia de los "ocupantes de laptops", muchos otros expatriados quieren descubrir su nueva ciudad. No se presentan como "nómadas digitales" (como si fuera una comunidad separada), sino más bien como simples viajeros. Al final, respetar al país anfitrión no es pedir mucho. Disfrutarás mejor tu estadía participando en la vida de tu país anfitrión a tu manera.