Donald Trump asumió el cargo como el 47.º presidente de los Estados Unidos el lunes 20 de enero. En su enérgico discurso de investidura, firmó rápidamente numerosas órdenes ejecutivas, marcando un regreso contundente a la Casa Blanca. Entre estas órdenes se incluyeron cambios significativos y sorprendentes en las políticas de inmigración. ¿Qué significan estos cambios para los expatriados y quienes planean mudarse a los Estados Unidos?
El debate sobre la visa H-1B se intensifica
Recientemente, la prensa internacional parecía tranquilizadora respecto a la visa H-1B, preferida por las empresas tecnológicas. El presidente Trump parecía dispuesto a preservar esta visa, probablemente influido por figuras como Elon Musk. Sin embargo, no todos los conservadores están de acuerdo con Trump en este tema, lo que revela una división dentro del partido. Por un lado, Trump, Musk y los gigantes tecnológicos abogan por la visa; por otro, opositores conservadores como Steve Bannon, estratega de la campaña de Trump en 2016, piden un enfoque más estricto hacia la inmigración legal e ilegal. Durante su primer mandato, Trump intentó restringir el programa, y los escépticos como Bannon, quien califica la H-1B como una "estafa", no están convencidos del reciente cambio de Trump, prometiendo una "batalla" contra la visa y contra Musk, quien lucha activamente contra sus detractores.
En la práctica, la emisión de visas H-1B ha disminuido en 2024. Amazon, el mayor usuario de esta visa, vio reducir sus aprobaciones a 7,000, frente a las 11,000 del año anterior, una tendencia reflejada en otras empresas tecnológicas. Esta reducción se atribuye más a factores económicos que a decisiones políticas, ya que el rápido avance de la tecnología de IA y una economía global desafiante han llevado a las empresas a reducir su fuerza laboral. A pesar de estos desafíos, Musk sigue comprometido con la visa H-1B, citando su experiencia personal como beneficiario y anunciando aumentos salariales para atraer talento extranjero.
La postura agresiva de Trump sobre la inmigración ilegal
Donald Trump ha reiterado su postura estricta sobre la inmigración ilegal, prometiendo deportar a "millones y millones" de inmigrantes indocumentados. Un símbolo clave de su enfoque es la continuación de la construcción del muro en la frontera con México. Trump también ha declarado un estado de emergencia en esta frontera, calificando a los inmigrantes indocumentados como "criminales" y prometiendo su expulsión sistemática. Para disuadir a los posibles inmigrantes ilegales, ha firmado órdenes ejecutivas que desafían el derecho de asilo y la ciudadanía por nacimiento, aunque estas medidas podrían entrar en conflicto con la Constitución, en particular con la Enmienda 14, que establece la ciudadanía por nacimiento.
Además, Trump planea restablecer la política de "Permanecer en México" de su primer mandato. Bajo esta política, los solicitantes de asilo centroamericanos deben esperar en México mientras se procesan sus casos. Esto ha llevado a la cancelación inmediata de citas para millones de solicitantes mexicanos. Varios estados demócratas y organizaciones han criticado esta decisión y prometido desafiarla legalmente.
Derechos trans bajo Trump: ¿Un retroceso en los avances?
La administración de Donald Trump ha señalado un regreso a políticas más conservadoras sobre cuestiones transgénero, lo que ha generado gran preocupación en la comunidad LGBT+. Trump, quien expresó su oposición a los derechos LGBT+ durante su campaña, ha anunciado intenciones de poner fin a lo que llama "la ilusión transgénero" y eliminar los programas de apoyo gubernamental para personas transgénero. Afirma que "la política oficial de los Estados Unidos será que solo existen dos géneros, masculino y femenino" y planea eliminar la opción de género no binario "X" en documentos oficiales como pasaportes y visas, un claro retroceso respecto a las políticas implementadas bajo el mandato de Biden.
La educación también está en la mira, con Trump prometiendo terminar con los programas de estudios de género y la enseñanza de teoría crítica de la raza. Este cambio ha causado consternación entre expatriados y ciudadanos locales. Declaraciones de la comunidad reflejan un creciente temor y frustración: "Escuchar el discurso abiertamente transfóbico de nuestro presidente, que muchos aplauden, es horrorizante", comparte una persona. Informes de asociaciones LGBT+ indican un aumento en las solicitudes de apoyo. Un estudiante extranjero y activista gay expresa una preocupación común: "Ya he sido agredido antes; ahora, con el presidente en nuestra contra, temo que empeore". Otro añade: "Como persona queer, estoy considerando abandonar Estados Unidos. Nos están negando la posibilidad de vivir en paz."
Estos cambios de política y el ambiente que fomentan podrían aumentar la violencia contra las personas trans, sumándose a los desafíos significativos que enfrentan los extranjeros y miembros de la comunidad LGBT+ en Estados Unidos.
Reacciones mixtas entre expatriados ante la presidencia de Trump
El regreso de Donald Trump a la presidencia ha provocado una amplia gama de reacciones entre los expatriados y quienes consideran mudarse a Estados Unidos, que van desde la indignación y el enojo hasta la indiferencia e incluso el apoyo. Estas opiniones se expresan vivamente en plataformas en línea donde los expatriados discuten las implicaciones de la promesa de Trump de "hacer que América vuelva a ser grande".
Muchos expatriados sienten una desconexión profunda entre sus experiencias personales y la retórica divisiva antiinmigrante de Trump. Un residente a largo plazo reflexiona: "Lo que está pasando en Estados Unidos me deja sin palabras... No es lo que vivo. No es lo que veo todos los días. La gente quiere estar unida. Pero, ¿qué vamos a hacer con un presidente que quiere dividirnos?" Este sentimiento de cansancio a menudo se convierte en fatalismo, con algunos adoptando una postura de espera, reconociendo la coexistencia de lo mejor y lo peor en EE.UU.
Otros son más vocales en su crítica a lo que perciben como políticas agresivas de inmigración por parte de Trump. "¿Invasión? Sí, estamos invadidos por sus discursos antiinmigrantes", declara un expatriado, quien teme que la retórica actual contra los indocumentados pueda extenderse mañana a todos los extranjeros, afectando permisos temporales e incrementando los costos de las visas. Hay una preocupación palpable de que estas políticas puedan eventualmente restringir la residencia en EE.UU. a los más ricos. Otro expatriado critica las etiquetas perjudiciales usadas por Trump: "Llamar 'criminales' a los inmigrantes debería ser lo que está prohibido. El más violento es Trump."
Estas reacciones reflejan una comunidad en tensión, lidiando con un panorama político que podría remodelar sus vidas y futuros en Estados Unidos.
Preocupaciones crecientes entre futuros expatriados y refugiados
La ansiedad está en aumento entre los posibles expatriados. Algunos temen cambios repentinos en su estatus migratorio. "Soy un estudiante internacional que llegará a EE.UU. justo después de la toma de posesión de Trump. ¿Esto podría afectar mi permiso de estudio?" preguntó un estudiante preocupado. Esta incertidumbre se extiende a posibles trabajadores inquietos por la seguridad de sus permisos laborales.
La situación es aún más crítica para refugiados y solicitantes de asilo, particularmente aquellos cuyas solicitudes han sido canceladas repentinamente. "Es un desastre. ¿Qué vamos a hacer ahora? ¡He vivido y trabajado aquí por más de 20 años y he estado buscando regularizar mi situación desde el principio!" lamentó un residente de larga data.
Futuro incierto para los Dreamers
Los Dreamers, niños que llegaron a EE.UU. en circunstancias irregulares y crecieron aquí, enfrentan sus propias preocupaciones. Bajo la administración de Joe Biden, recibieron garantías, ya que el expresidente hizo campaña para facilitar su camino hacia la regularización. Sin embargo, el panorama político ha cambiado con el regreso de Trump a la presidencia. A pesar de su anuncio de diciembre de que permitiría a los Dreamers quedarse, sus intentos previos de desmantelar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), establecido en 2012, han dejado a muchos escépticos. "¿Cumplirá Trump? En diciembre dijo que nos dejaría quedarnos. Pero ya había intentado terminar con el programa de Obama. No soy un extranjero. Soy estadounidense", expresa un Dreamer, mostrando la ansiedad colectiva y su profunda conexión con el país que consideran su hogar.