Preséntate. ¿De dónde eres? ¿Cuánto hace que vives en tu nuevo país? ¿Cómo te ganas la vida?
Me llamo María y soy de Madrid, aunque desde hace tres años vivo en Austria. Los primeros trabajos que tuve cuando llegué aquí fueron de camarera en restaurantes de hoteles, pero desde junio de 2015 trabajo en una tienda de ropa.
¿Por qué decidiste cambiar de país?
Me fui de Madrid porque ya había terminado de estudiar la carrera, había estudiado dos másters y seguía trabajando en el mismo sitio después de seis años, y ya me aburría. Así que busqué trabajo por internet, y de casualidad di con un portal que ofrece puestos en el sector de la gastronomía en toda Austria y me vine.
¿Qué trámites y formalidades has tenido que hacer para instalarte?
Al principio fue más o menos sencillo porque los hoteles donde he trabajado me ofrecían el alojamiento y la manutención (sueldo aparte), así que sólo tuve que hacer trámites en el sentido de padrón, inscripción en la embajada, etc. Ahora ya vivo en un piso de alquiler y he tenido que cambiar mi estancia de “no permanente” a “permanente”, pero poco más. Lo “peor” es que los austriacos son bastante estrictos con los plazos, así que es importante hacer todos los papeleos a tiempo.
¿Cómo fue tu instalación?
Pues muy buena, la verdad. Soy una persona a quien le gusta ver la vida desde un lado positivo e incluso gracioso, así que me tomé el viaje como una aventura que al final me gustó y me llevó a quedarme.
¿Has tenido dificultades para adaptarte: la gastronomía, las costumbres, el clima...?
Lo que más me ha costado (y me sigue costando a veces) son los sabores de los alimentos. Ya no los platos en sí, sino el que la carne (por ejemplo) tenga un sabor distinto aquí o en España… Las comidas suelen estar muy condimentadas, que es algo a lo que yo no estaba acostumbrada… Creo que desde que estoy aquí me he convertido en un poco vegetariana, de hecho.
¿Lo que más te sorprendió?
Al principio me sorprendió mucho que los austriacos en general son personas que están en contacto continuo con la naturaleza. Se preocupan mucho por su entorno (no hay muchas papeleras en las calles, pero está todo limpio, por ejemplo), son respetuosos con los animales (de hecho, hay muchos restaurantes donde se puede pasar con perros) y suelen consumir muchos productos biológicos y regionales. Antes de venir, jamás me habría imaginado que son así.
¿Cómo has conseguido trabajo?
El primer trabajo que tuve aquí lo encontré a través de internet, en un portal austriaco, el siguiente trabajo que conseguí fue gracias a una revista gastronómica donde también aparecen ofertas de trabajo, y al puesto que tengo ahora llegué a través de la web oficial de la empresa, donde envié mi curriculum y desde el que contactaron conmigo.
¿Cómo has encontrado un alojamiento?
Tengo que reconocer que he tenido mucha suerte hasta ahora, porque los dos primeros años y medio he vivido en una habitación cedida por los hoteles para los que estaba trabajando, y para acceder al piso donde vivo de alquiler ahora necesité solamente un mes desde que contacté con el propietario, nos vimos varias veces para conocernos y ver el sitio, y para que me confirmara que me lo alquilaba.
¿Es fácil hacer nuevos amigos? ¿Algún consejo?
Tengo la suerte de tener una pareja nacida en los alrededores, por lo que ya desde el principio pude entrar en su círculo de amigos, donde, además, me sentí muy bien acogida. En general, conseguir tener una amistad con un austriaco es relativamente complicado al principio, porque son generalmente menos abiertos que nosotros, pero una vez te conocen, son gente muy leal que te da su amistad para toda la vida.
Venga mójate: lo mejor y lo peor.
Lo mejor para mí es la posibilidad de aprender cosas nuevas cada día, ya sea un poquito más de alemán, una costumbre que no conozco, a una persona de cualquier parte del mundo, una región preciosa de la que nunca había oído hablar… Lo peor: que te falta la familia y tus amigos de toda la vida, a los que echas mucho de menos.
Un prejuicio que resultó totalmente equivocado.
Que los austriacos son muy serios, cuadriculados y organizados. Siempre había oído esto tanto de los alemanes como de los austriacos, y no es en absoluto cierto. Sí es verdad que cuando trabajan se toman las cosas en serio, pero también hay gente desorganizada, algo descuidada y hay muchos muy graciosos, o con un sentido del humor que no me esperaba.
¿Qué es lo que echas más de menos de tu país?
Al margen de familia, amigos y demás, echo de menos especialmente los sabores de los alimentos. Aunque aquí he descubierto platos muy ricos, no es lo mismo. Y también se me hace extraño que no haya bares en los que te pongan una tapa cuando vas a beber algo, las mesas se ven vacías, pero ya me he ido acostumbrando.
¿Cómo es tu vida cotidiana?
Muy sencilla, voy a trabajar de lunes a sábado (en días distintos según la semana) y libro los domingos y algún otro día más entre medias. No suelo hacer la compra a diario, porque no me da tiempo, así que aprovecho los sábados o días que libro para hacer cosas en casa o divertirme.
¿Qué haces en tu tiempo libre? ¿Cuáles son las actividades más populares allí?
En mi tiempo libre me gusta mucho leer, pero tengo que confesar que leo en español, porque en alemán me da pereza (ya escucho y practico el idioma durante suficientes horas al día, así que cuando tengo tiempo desconecto todo lo que puedo). Me gusta pasear por el centro de Salzburgo, donde siempre se puede encontrar algo nuevo, o ir a visitar monumentos, ciudades o regiones que no conozco. Si puedo, intento quedar con amigos (ya sean austriacos o españoles, en función del tiempo que tenga cada uno) y siempre que estoy en casa escucho música mientras hago manualidades del tipo que sea, es algo que ya hacía antes pero que aquí he re-descubierto, porque es muy popular por aquí el poder hacer cosas uno mismo.
Sobre tu blog ¿qué te ha llevado empezarlo? y ¿qué representa para ti escribirlo?
Empecé a escribir el blog precisamente cuando estaba preparando el viaje para venirme a Austria la primera vez. La idea surgió en medio de una conversación con una (por entonces) compañera de trabajo, hoy amiga, que me animó a contar cómo me estaba enfrentando a todas aquellas novedades y a dar consejos a quienes pudieran querer hacer lo mismo que yo y estuvieran buscando consejos sobre cómo hacerlo. Al principio me limitaba a contar mis impresiones sobre lo que veía, todo aquello que me resultaba novedoso, y con el tiempo fui incorporando temas sobre la vida aquí, cómo hacer tal o cual trámite, sitios interesantes que visitar, etc. Mi blog se ha convertido en una forma de contarle a mi gente cómo me siento y qué hago, es también un canal a través del que he conocido a muchas otras personas, y sobre todo es casi como un hijo, porque invierto horas preocupándome por buscar temas sobre los que escribir, haciendo fotos que me puedan servir en algún momento, contestando a todos aquellos que me escriben… ¡Pero me encanta hacerlo! No me imagino la idea de dejar de escribir en él y cuando paso semanas sin haber publicado nada nuevo empiezo a ponerme nerviosa.
¿Qué consejo le darías a aquellos que quieren instalarse allí?
Mi primer consejo sería que no vinieran si no supieran un mínimo de alemán (o si no tienen intención de aprenderlo), porque por mucho que uno pueda saber inglés, aquí se aprecia el que se haga el esfuerzo por hablar alemán. Además es necesario para el día a día, no nos engañemos. Y mi segundo consejo, que no tengan miedo de hablar aunque cometan errores y que tengan la mente abierta, porque es la mejor forma de adaptarse a un sitio nuevo y de hacerse con la gente y las costumbres.
No es la primera vez que vives en el extranjero, explícanos un poco tu trayectoria.
Para mí sí es la primera vez que vivo en el extranjero, no lo había hecho nunca antes, pero cuando vine me gustó y por diversos motivos me acabé quedando. Aunque voy a España al menos dos veces al año de vacaciones para visitar a mi gente.
¿Con qué frecuencia te ves o comunicas con tu familia? ¿Qué medios de comunicación utilizas?
Prácticamente a diario le escribo un mensajillo a la familia para que sepan que estoy bien o por si tengo que contarles algo curioso que me haya pasado ese día y viceversa. Además, intentamos vernos una vez a la semana a través de Skype. Muchas veces no tenemos novedades que contarnos, pero aun así nos vemos. Así parece que no estamos tan lejos.