De un tiempo a esta parte Turquía se ha convertido en uno de los países que más atracción ejerce en toda Latinoamérica. Este fenómeno puede encontrar explicación en motivos económicos, geopolíticos, culturales y mediáticos. En la última década el país ha experimentado un gran crecimiento económico y los acuerdos diplomáticos y comerciales se han incrementado de manera significativa entre el gigante asiático y numerosos países del continente americano.
Si bien las cuestiones económicas tienen su peso, para poder explicar el poderoso magnetismo turco en América latina, quizás sea preciso valorar otras causas que tienen que ver mucho más con los sentimientos que con la racionalidad.
La fascinación por Turquía, sobre todo entre mujeres, se ha manifestado en los últimos años de manera prolífica de muy diversas formas. Artículos de prensa, obras literarias con acento femeníno en forma de ensayos o novelas, blogs de experiencias en Turquía y foros de enamoradas.
El amor como motor de un proyecto de vida, suena a tópico romántico, cierto, pero a nadie se le escapa que en muchas ocasiones estamos gobernados por nuestras emociones, para bien o para mal. Pero ¿de qué manera se construyen las proyecciones mentales que guían nuestras aspiraciones sentimentales? ¿Por qué nos sentimos atraídos por ciertos arquetipos?
Algunas respuestas para esta pregunta se encuentran el modelo familiar que hemos integrado desde nuestra infancia, así como los valores que la sociedad en la que vivimos nos ha inculcado. Pero una de las influencias predominantes en nuestras sociedades modernas son los medios de comunicación y la industria audiovisual.
El efecto de las telenovelas turcas
Un artículo publicado en Le Monde Diplomatique el pasado mes de noviembre, establece una correlación entre el hechizo que Turquía ejerce y el éxito de sus telenovelas en toda Latinoamérica. Seriales como ‘Las mil y una noches', ‘¿Qué culpa tiene Fatmagül?' o ‘Elif', han batido récords de audiencia, convirtiéndose en las más seguidas en países como Chile, Perú, Colombia o Venezuela.
Esta influencia se tradujo, por ejemplo, en un aumento del 70% en los viajes de turismo de los países latinoamericanos hacia Turquía en 2018. La solicitud de visados de estudiante también ha crecido considerablemente en los últimos 5 años, así como las inscripciones en escuelas y plataformas para aprender turco.
¿Cómo se explica el éxito de los seriales turcos en la tierra que dio origen al género? Una de las hipótesis es que las producciones turcas han retomado los valores y esquemas narrativos que las producciones latinoamericanas habían abandonado de manera progresiva desde hace un par de décadas. Los actuales seriales producidos en América latina, nacidos bajo dictado y estrategia comercial de las plataformas digitales, proponen una visión mucho más liberal y posmoderna. En ellas tienen cabida el sexo, las drogas, la violencia o el narcotráfico. Series como ‘La casa las flores', ‘Sin senos no hay paraíso' o ‘La reina del sur' están muy en lejos tanto en temáticas como en su representación del mundo, de las clásicas de los años 80 y 90, ‘El derecho a nacer', ‘Los ricos también lloran' o ‘Rosa salvaje'.
Las telenovelas turcas han recuperado la tradición y los valores que permitieron la identificación de las clases populares con la trama de los seriales. La importancia del honor y la virtud, la ascensión social en un entorno hostil y muchas veces ligada a una historia de amor (más o menos imposible) o la preponderancia del corazón sobre la razón. Por desgracia en muchos casos encontramos personajes femeninos subyugados y reducidos a estereotipos de marcado carácter machista.
Publicaciones, Blogs, foros y redes sociales
‘Destino Estambul : Amor, honor, tra(d)ición' y ‘Viaje a Turquía: Mujeres en Marmaris, Estambul y Diyarbakir' (el relato de un viaje a través de la luz y oscuridad de Turquía), obras de la periodista y escritora Josune Murgoitio han atraído miles de lectoras. La misma autora reflexiona en su blog sobre el matrimonio en Turquía o la imagen de la mujer que proyectan las telenovelas turcas y si esta se corresponde a la situación real.
Otra autora, Gisela Alcócer de Oktar reflexiona en su artículo ‘Estambul da muchos beneficios a quienes migran con su familia' sobre su experiencia como latina, mujer y profesora de español en Estambul. Ofrecen una visión muy interesante desde dentro y propone algunos datos sobre las ayudas que se otorgan a mujeres y madres que migran con sus hijos a Turquía.
El eco en las redes sociales no es desdeñable. Foros como ‘Noviazgo con un turco' reciben miles de visitas y comentarios de latinoamericanas enamoradas y llenas de dudas. Allí también comparten experiencias las que ya viven en Turquía y ofrecen una visión mucho menos idealizada que la de las telenovelas. Otros grupos de discusión como ‘Latinos en Estambul', no exclusivo del género femenino, también registran gran actividad en la red.
Visados para Turquía
Para todas y todos aquellos latinoamericanos que sientan el deseo de descubrir Turquía, la buena noticia es que no es necesario solicitar un visado para hacer un viaje de turismo y exploración del país. Basta con el pasaporte para estancias de hasta 90 días para la mayoría de los países del continente.
Son muchas las modalidades de visado para trabajar, estudiar, realizar unas prácticas, contraer matrimonio y hacer una reunificación familiar, para todos estos casos, lo más recomendable es en un primer término consultar con la web del ministerio consultar de Turquía donde se especifica requisitos y tramitación.