Una historia de amor está muchas veces detrás de una nueva vida en el extranjero. Es el caso de Alma, mexicana, quien conoció a su actual marido, de nacionalidad turca en México. Él recibio la orden de volver a su país y la familia tuvo que hacer las maletas e instalarse en Ankara. Hoy nos cuenta su experiencia en la capital turca.
Cuéntanos un poco ¿Qué te llevó a instalarte en Turquía?
Mi novio trabajaba como agregado comercial en la embajada de Turquía en México, allá nos conocimos y nos casamos -también allá nació mi hija – en 2013. Él fue requerido a regresar a Turquía en 2015 y por eso nos mudamos a Ankara en Agosto de 2015.
¿Conocías algo de su cultura antes?
En realidad conocía muy poco porque mi esposo no es una persona muy tradicional, él se adapta fácilmente a los lugares en los que ha vivido y le gusta de sumergirse en la cultura tradicional del lugar donde vive. Es por eso que en nuestra casa –durante el tiempo que vivimos en México- se hablaba sólo Español y se vivía como una familia “normal” Mexicana.
No teníamos restricciones de ningún tipo ya sea religiosas, alimenticias o culturales que me hicieran adentrarme mucho en la cultura Turca. A decir verdad yo sabía que llegaría el momento en que él sería llamado por el Gobiernos Turco a regresar y tendríamos que ir con él pero trataba de evadir la idea, así que inconscientemente solo me dedicaba a “vivir la vida” felizmente en mi pequeño mundo (mi casa, mi hija).
¿Qué es lo que más te sorprendió cuando llegaste?
Hubo cosas que me sorprendieron tanto en lo positivo como lo negativo. Aunque afortunadamente fueron más las sorpresas positivas. Me sorprendió lo hospitalaria que es la gente, lo amable que es con los niños pequeños y con las personas mayores. Me han dicho que en Estambul la gente no es así pero supongo que se debe a que es una ciudad mucho más grande que Ankara. Ankara es un buen lugar para criar niños, es una ciudad segura y ordenada.
¿Qué es lo que más te gusta de tu vida allí?
Mi familia por supuesto. Como he dicho, Ankara es muy segura por lo que es un lugar perfecto para las familias.–claro no va uno a dejar a sus hijos sin saber dónde van, hay que estar siempre atento de ellos-. Generalmente las madres del rumbo toman turnos para llevar a los niños al parque, llevan agua, bocadillos o golosinas y cuidan de los hijos de las demás madres.
También disfruto mucho de mi trabajo, que es muy diferente al que tenía en mi país natal. Me permite estar en contacto con personas de todo el mundo, practicar constantemente otros idiomas y aprender todo el tiempo cosas nuevas relacionadas al sector metalmecánico –yo soy diseñadora con una maestría en ingeniería industrial, así que acá en Turquía pude seguir desarrollandome profesionalmente-.
Haznos descubrir algo: una canción, una serie de televisión o un plato.
La gastronomía Turca no es tan variada como la Mexicana, pero hay platillos que son una verdadera delicia. Mi favorito, y que considero como uno de los puntos más elevados de la gastronomía Turca es el yaprak sarması (arroz, pasta de tomate –a veces carne- y especias envueltas en hojas de parra curtidas en salmuera).
Su sabor delicado y complejo a la vez me parece sencillamente sublime. Yo personalmente no lo sé preparar y creo que es un platillo que no cualquiera sabe preparar adecuadamente, alcanzar ese balance entre sabores y el punto exacto de cocción es algo difícil de alcanzar. Si no lo han probado es algo que no pueden perderse, en verano es una comida muy socorrida porque se come a temperatura ambiente.
¿Qué planes tienes para el futuro próximo?
Trabajar y más trabajar. Mi esposo y yo pensamos quedarnos en Ankara porque nos gusta tener una vida tranquila y ordenada, aunque a veces nos tienta la idea de migrar a Chile.
Pasando la pandemia esperamos poder ir a México de vacaciones, hace 3 años que no vamos y no quiero que mi hija pierda la conexión con sus raíces mexicanas.
