El 16 de marzo, a las 23:36 hora local, se registraron en Japón temblores de una magnitud de 7,4 en la escala de Richter. El epicentro se situó a 60 km de profundidad, bajo el océano Pacífico, frente a la provincia de Fukushima. Inmediatamente se dio la alerta de tsunami, trayendo el doloroso recuerdo de los sucesos de 2011 con un saldo de 18.500 muertos.
Japón es un archipiélago situado en el Cinturón Circumpacífico, también conocido como Anillo de Fuego. Este nuevo terremoto fue uno más, entre muchos otros. De ahí que estas catástrofes naturales recurrentes se hayan convertido en parte de la vida cotidiana de los expatriados.
Volver a una noche inquieta
Cédric lleva muchos años viviendo en Japón, por lo que está acostumbrado a las catástrofes naturales que ocurren allí. "Tenemos miles de terremotos de intensidad variable (de 4 a 7,3 en la escala de Richter) cada año en todo el archipiélago". Pero Cedric no se asusta en absoluto, ya que los edificios de allí están diseñados para soportar fuertes terremotos, por lo que toda la población está acostumbrada. Japón experimenta, de media, el 20% de los terremotos anuales más fuertes registrados en todo el mundo.
Testimonio de un expatriado en Chiba, cerca de Tokio:
"Esa noche llegué tarde a casa y acababa de preparar la cena para los niños. Poco después de las 23:30, sentimos un primer temblor pequeño, y luego uno más largo. En general, los temblores más largos pueden durar hasta 30-40 segundos, pero raramente más. Es un clásico en Japón, y seguimos el procedimiento habitual: refugiarnos debajo de la mesa, y ya está. Pero el temblor no se detuvo como esperábamos. Al cabo de un minuto, se produjo un corte de electricidad, y no volvió a funcionar de inmediato, lo que también era inusual". Al final, el temblor duró unos dos minutos. Una vez que cesó, pudieron comer, pero seguían sin electricidad.
Todo lo que se necesita durante los terremotos en Japón es tener los reflejos correctos. En la escuela, los niños reciben formación una vez al mes sobre qué hacer en caso de terremoto. En cuanto a las infraestructuras, se hace todo lo posible para minimizar los daños materiales. Por ejemplo, los objetos se cuelgan en las paredes en la medida de lo posible. En las tiendas, los aparatos se fijan incluso al suelo.
Una alerta de tsunami que trae recuerdos
Durante el terremoto del pasado mes de marzo se dio una alerta de tsunami. Según los expatriados, aunque están acostumbrados a lidiar con situaciones similares, la población no pudo evitar recordar los trágicos sucesos de 2011 en Fukushima. Aun así, todos parecían preparados para lo peor.
Dado que el epicentro del terremoto se encontraba mar adentro y a gran profundidad, los daños no fueron tan importantes como se esperaba, con una magnitud de 7,4. Pero cuatro personas murieron y cientos resultaron heridas, por no hablar de los miles de hogares privados de electricidad.
Dany vive en Tokio desde hace 8 años. Cree que este es uno de los dos terremotos más fuertes que ha sentido durante su estancia. "Las paredes temblaban, pero no se cayó ningún objeto". Recuerda que el epicentro estaba a casi 200 km de Tokio, por lo que no estaba tan preocupado.
Afortunadamente, la alerta de tsunami se levantó al día siguiente, ya que no ocurrió nada más grave. Pero cabe destacar que los sucesos pasados transformaron la mentalidad local. Tras el terremoto de Kobe en 1995, que causó 6.400 muertos y 100.000 millones de dólares en daños, Japón renovó por completo su estrategia en materia de terremotos. De hecho, el país invirtió masivamente en la construcción, centrándose en nuevas técnicas de ingeniería y optando por soluciones de vanguardia en materia de absorción de impactos.
Los cimientos se equiparon con amortiguadores, muelles, cilindros y otras cuentas de goma, y juntas sísmicas para limitar los movimientos. Aunque los edificios se mueven por la fuerza de magnitudes a veces muy fuertes, hay menos grietas o derrumbes durante los terremotos más violentos. La elección de los materiales y la forma del edificio también forman parte del estudio global que se realiza para cada nuevo proyecto.
Según Cédric, que es agente de viajes, algunos monumentos de más de 1.500 años siguen en buen estado a pesar de los repetidos terremotos y temblores que se producen en todo el país. Aunque estos edificios se diseñaron hace más de mil años, se tuvieron en cuenta los terremotos recurrentes. De ahí que Japón sea pionero en normas antisísmicas y tenga joyas arquitectónicas.
Poca mención de los terremotos en los medios de comunicación
Los medios de comunicación locales hablan muy poco de sucesos menores como el terremoto de marzo. Según Cédric, la ubicación del epicentro marca una gran diferencia. El terremoto del 16 de marzo de 2022 no tuvo el mismo impacto que el de Kobe, que tuvo una fuerza equivalente y un epicentro situado justo debajo de la ciudad. "Aquí, 4 muertos entre 42 millones de personas no se considera una gran catástrofe, aunque lamentamos estas pérdidas y los daños".
Los medios de comunicación locales se limitaron a recomendar el ahorro de energía después del terremoto tras el corte de electricidad en Tokio. La cadena de televisión japonesa NHK dio ejemplo bajando el brillo y apagando sus luces exteriores.
Este tipo de comportamiento responsable y ejemplar, tanto de la población como del gobierno y otras instituciones, demuestra que el país ha avanzado en su desarrollo. En un país en el que se registran miles de terremotos cada querido, los expatriados, al igual que los lugareños, tienen que adaptarse y adoptar los reflejos adecuados a la hora de afrontar estas situaciones.