Ante el envejecimiento de la población
Situada en el norte de Europa, miembro de la Unión Europea (UE), Finlandia es un país con 5,5 millones de habitantes felices. El 18 de marzo, Finlandia se clasificó como el país más feliz del mundo por quinto año consecutivo. Desde 2012, el Informe Mundial sobre la Felicidad clasifica a 156 países en función de diversos factores, como su PIB, el nivel de felicidad que sienten sus habitantes, el nivel de educación, el estado de la libertad de expresión e incluso el nivel de corrupción. Los países nórdicos suelen encabezar este tipo de clasificaciones, pero Finlandia está muy por encima de Suecia y Dinamarca, con una excelente puntuación de 7,82/10. ¿Atrae esto a los expatriados?
El gobierno, que comunica masivamente el índice de felicidad, cree que sí. En un momento en el que las crisis sanitarias, económicas y geopolíticas son motivo de preocupación, la felicidad es tan importante como la mejora del nivel de vida. Finlandia garantiza tanto el aumento del poder adquisitivo como la calidad de vida. Pero para que esto se considere felicidad, la población tiene que estar de acuerdo.
Finlandia se encuentra actualmente en plena crisis demográfica. Por cada 10 personas activas que trabajan, hay 4 mayores. En 2019, la tasa de natalidad se situó en el 1,35%, y las previsiones no son optimistas. Aunque el país está un poco mejor que Japón, tiene una población envejecida. Esto significa que ya no hay suficientes activos para soportar el coste de las pensiones o incluso para cuidar a los ancianos. La escasez de mano de obra afecta a todos los demás sectores de la sociedad. Por ello, el gobierno busca impulsar la demografía a través de la inmigración. Annika Saarikko, ministra de Economía, afirma que Finlandia podrá acoger entre 20.000 y 30.000 inmigrantes cualificados al año, lo que supone el doble de las entradas actuales.
La alfombra roja para los expatriados
En 2018, Finlandia puso en marcha el programa Talent Boost para ayudar a las empresas a contratar talento internacional y desarrollar asociaciones con universidades. La organización puede presumir de tener más de 3.000 estudiantes internacionales que se gradúan cada año en las universidades finlandesas. En cuanto al empleo, Finlandia está siguiendo el ejemplo de Quebec (Canadá). Se están buscando talentos a nivel local. Por ejemplo, hay una gran demanda de profesionales españoles en el sector sanitario, de expertos eslovacos en metalurgia, de expertos indios, rusos o filipinos en el campo de las tecnologías de la información y el sector marítimo, etc.
Mientras tanto, Helsinki se centra en los negocios. A finales de 2020, el gobierno puso en marcha el "Helsinki Business Hub", que pretendía acoger a profesionales extranjeros durante 3 meses. Más de 5.000 candidatos respondieron a la oferta. Mientras que los costes del billete de avión y del alojamiento corren a cargo de los solicitantes, todo lo demás es gratuito, incluso para sus familias. En 2021 se seleccionaron finalmente 15 perfiles, que pudieron viajar a Helsinki. 7 de ellos decidieron quedarse. Johanna Huure, responsable del programa, cree que la campaña tuvo un impacto global. En su opinión, los talentos extranjeros, incluso los que no se quedaron, son embajadores de Finlandia. Como resultado, podrán dar mejor testimonio de sus beneficios.
¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de Finlandia?
Finlandia está muy por delante de muchos de sus competidores en muchos aspectos. Por ejemplo, es uno de los países más avanzados del mundo en materia social. Además, Sanna Marin -la Primera Ministra más joven del mundo- ha dado un paso más en materia de igualdad parental. A partir de septiembre de 2022, cada padre tendrá derecho a 97 días libres, más otros 63 días transferibles de un progenitor a otro. Teniendo en cuenta la calidad de las guarderías y del sistema educativo, por no hablar de la "caja para bebés" de 170 euros por cada recién nacido, es justo decir que el gobierno finlandés está haciendo todo lo posible para facilitar la vida de los padres y promover el desarrollo de los niños. La paridad de género también se respeta mucho más que en otros lugares. El liderazgo femenino no es algo raro en Finlandia. Por ejemplo, en el gobierno actual sólo hay mujeres en puestos clave. Es más, el país ha tenido 4 primeras ministras antes de Sanna Marin. Esto podría ser un factor atractivo para los jóvenes talentos extranjeros.
Sin embargo, como la mayoría de los países, Finlandia también tiene ciertos inconvenientes, como la dureza del clima. Aun así, los expatriados pueden superarlo si vienen preparados o una vez que se acostumbren a él. La barrera del idioma es otro problema importante, sobre todo para los empresarios, a los que se les exige un buen dominio de la lengua. Además, aunque lleva tiempo aprender un nuevo idioma, facilita mucho la integración. El gobierno fomenta un mayor apoyo para que los inmigrantes se familiaricen poco a poco con el idioma. Sin embargo, la extrema derecha -que representó el 14,5% en las elecciones locales del año pasado- hizo de esto un arma para socavar cualquier avance en materia de inmigración. Este es uno de los mayores obstáculos que plantea el talento extranjero. Luego viene la imagen algo reservada de los finlandeses, que no están necesariamente dispuestos a compartir sus beneficios. Sin embargo, las actitudes están cambiando lentamente.
Conclusión
¿Las generaciones más jóvenes van a experimentar los cambios? Las startups y otras empresas jóvenes están forjando cada vez más asociaciones con grupos extranjeros, ya que la inmersión en las culturas internacionales fomenta los intercambios, y el gobierno fomenta estas prácticas. Además, el Club de Negocios de Helsinki ha creado una plataforma para poner en contacto a los candidatos no seleccionados con empresas finlandesas. Teniendo en cuenta la crisis demográfica, Finlandia está intensificando sus medidas para atraer talento internacional.