¿Para qué sirven los programas de adaptación o integración?
Los países que reciben muchos expatriados, inmigrantes y refugiados suelen tener que enfrentarse a problemas de integración.
En primer lugar, es posible que los recién llegados no dominen suficientemente bien el idioma local. Si no dominan suficientemente el idioma, tendrán dificultades para encontrar empleo, tener éxito en los centros educativos o simplemente hacer amigos locales en sus barrios. Con el tiempo, esto puede plantear incluso un problema de seguridad, ya que los residentes nacidos en el extranjero que se sienten alienados pueden caer a veces en grupos extremistas y en la delincuencia. Por ello, una buena integración cultural forma parte de una estrategia antiterrorista.
Si los expatriados, inmigrantes y refugiados proceden de países con sistemas políticos, jurídicos, administrativos y médicos extremadamente diferentes del de su nuevo país, pueden tener problemas para desenvolverse en la vida cotidiana. Puede que no sean plenamente conscientes de sus derechos laborales en el lugar de trabajo, lo que les hace más vulnerables a la explotación. Puede que no sepan cómo registrarse como pacientes en el sistema sanitario público o conocer los servicios médicos disponibles.
Por esta razón, muchos países de la UE/EEE hacen obligatorios los cursos de adaptación/integración para los expatriados de fuera de la UE/EEE. Los recién llegados de dentro de la UE también tienen derecho a estos cursos, pero no se les dará prioridad para las plazas cuando haya mucha demanda.
Francia firma un Contrato de Integración Republicana con los extracomunitarios/EEE
El Estado francés firma un "contrat d'intégration républicaine" (CIR), traducido como Contrato de Integración Republicana, con todos los ciudadanos de fuera de la UE que quieran vivir en el país a largo plazo. Esto excluye a los estudiantes internacionales que están en Francia con un propósito específico y podrían no establecerse allí incluso después de 3-7 años. Tampoco se aplica a los becarios, trabajadores temporeros o personas con pasaporte de talento. Sin embargo, es obligatorio para quienes tienen visados de larga duración o permisos de residencia como trabajadores patrocinados o profesionales autónomos.
El prefecto, representante del Estado en un departamento o región francesa, firma este contrato de un año en nombre de Francia. El expatriado se somete primero a una entrevista y a una prueba de lengua en una oficina de inmigración francesa antes de que se le entregue el contrato para firmar. A través de esta prueba y entrevista, las autoridades saben qué tipo de formación necesitan exactamente en su contrato. La formación es gratuita, ya que está totalmente financiada por el Estado francés.
Los expatriados pueden quedar exentos de la formación en lengua francesa si se comprueba que tienen al menos un nivel A1 (elemental). Es más difícil que te eximan del requisito de educación cívica: aprender los valores republicanos franceses y las normas de la vida cotidiana francesa en un curso de 4 días. Sólo quienes hayan estudiado en el instituto o la universidad franceses pueden obtener una dispensa en este caso.
Al final del contrato de un año, el expatriado tiene una entrevista de salida con las autoridades de inmigración, que comprueban si ha alcanzado todos los objetivos. Si un expatriado extracomunitario no los cumple, se le puede prohibir renovar su visado o permiso de residencia. A veces puede concederse una breve prórroga de más de un año para completar la formación, pero el expatriado debe haber completado ya la mayor parte en el plazo inicial.
El "Integrationskurs" alemán se diseña caso por caso
El "Integrationskurts" (Curso de integración) es obligatorio para los expatriados de fuera de la UE/EEE y opcional para los de la UE/EEE.
El curso normal tiene una duración de 700 unidades/horas. Sin embargo, los cursos acelerados tienen una duración de 400 unidades/hora, y los cursos especiales, de 900 unidades/hora. Los cursos rápidos son para expatriados que ya tienen un cierto nivel de alemán. Los cursos especiales son para recién llegados pertenecientes a categorías específicas: jóvenes menores de 27 años, inmigrantes analfabetos en cualquier idioma, padres que tendrán que enfrentarse al sistema escolar alemán, etc.
Para ser orientados hacia un proveedor de cursos, los expatriados necesitan primero obtener un certificado de elegibilidad de la Oficina Federal de Migración y Refugiados. Los expatriados de fuera de la UE o del EEE que vayan a permanecer en Alemania más de un año por motivos de trabajo, reagrupación familiar o razones humanitarias tienen garantizada una plaza. Los expatriados de la UE o del EEE sólo pueden obtener una plaza si hay plazas disponibles o si tienen una justificación para ello, por ejemplo, si no tienen suficientes conocimientos lingüísticos para su trabajo actual. Los expatriados que estén inscritos en una oficina de empleo y perciban prestaciones de desempleo también están obligados a asistir al curso, independientemente de su nacionalidad (UE/EEE o no UE/EEE).
El Integrationskurts tiene dos pilares: el idioma y la cultura alemana. Los expatriados deben obtener un nivel A2 (elemental superior) o B1 (intermedio) de alemán a través del curso, que luego se evaluará mediante un examen DTZ. Si necesitan el A2 o el B1 dependerá del caso concreto del expatriado. El curso sobre la cultura alemana también se evalúa al final del curso con preguntas sobre el sistema jurídico y político, los valores y deberes cívicos, los derechos de los ciudadanos y las formas de vida en comunidad. Esta formación puede realizarse a tiempo parcial o completo, según las circunstancias del participante.
Los expatriados también tienen mucha flexibilidad a la hora de elegir su proveedor de cursos. Pueden elegir cualquier proveedor externo autorizado por el Estado (por ejemplo, colegio comunitario, escuela de idiomas) en su región. Todos estos proveedores figuran en el sitio web de la Oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF). Lamentablemente, los expatriados tienen que pagar su propio curso. Actualmente, cuesta 2,29 euros por unidad, por lo que el curso estándar completo cuesta unos 1.600 euros. Se paga de forma incremental a medida que se avanza en el programa.
Los expatriados con dificultades económicas pueden solicitar ayuda financiera o incluso una exención total de la tasa a su delegación regional de la Oficina Federal de Migración y Refugiados. Los que ya perciben subsidios de desempleo quedan automáticamente exentos.
Los cursos de integración en Suiza son diferentes en cada cantón
El Estado federal suizo ha delegado la responsabilidad de los cursos de integración en cada cantón. Aunque Suiza es pequeña, es un país lingüísticamente muy complejo, en el que se habla alemán, francés, italiano y romanche en distintas zonas. Cada cantón firma un acuerdo de integración con los expatriados que se han trasladado allí. Mediante este acuerdo, el cantón ordena a los expatriados que sigan cursos de integración lingüística y cultural.
La formación lingüística depende de cada región, pero el alemán es con mucho el más exigido, incluso en la capital, Zúrich. A los expatriados se les da un plazo de meses para completar esta formación y se les orienta hacia los proveedores de cursos, que figuran en las bases de datos gubernamentales. Muchos de estos cursos están totalmente financiados, incluso por el Estado suizo. De hecho, en octubre de 2022, el Gobierno suizo aumentó la financiación concedida a estos programas en unos 250 millones de francos suizos (aproximadamente la misma cantidad en dólares estadounidenses).
Algunos cursos de idiomas son muy específicos, por ejemplo, dirigidos a madres que necesitan poder comunicarse sobre la familia y la educación. Al igual que en Francia y Alemania, los cursos de integración cultural introducen a los expatriados en la historia y las leyes suizas, les explican cómo desenvolverse en el sistema sanitario y educativo local, les inculcan valores de democracia o igualdad de género, etc.
En Bélgica, sólo Flandes, Valonia y Bruselas tienen cursos de integración obligatorios... por ahora
La situación en Bélgica es un poco complicada. Como informa el Brussels Times, los cursos de integración son obligatorios para los expatriados extracomunitarios o del EEE en la región de Flandes (cuya lengua principal es el neerlandés) desde hace casi 20 años, y lo mismo ocurre en la región de Valonia (cuya lengua principal es el francés) desde 2016. Bruselas, la capital, puso en marcha un curso similar también en 2016; al principio era opcional, pero se convirtió en obligatorio para los expatriados extracomunitarios o del EEE con edades comprendidas entre los 18 y los 65 años unos años más tarde.
En 2017 se aprobó una ley nacional para que estos cursos fueran obligatorios en el resto de Bélgica, pero su aplicación se ha pospuesto repetidamente desde entonces. Se han achacado los aplazamientos a cuestiones informáticas y administrativas. Es posible que se aplique en el futuro, pero nadie sabe exactamente cuándo.
Por eso, hasta ahora, sólo las tres regiones belgas mencionadas tienen cursos de integración obligatorios. El itinerario de integración cívica en Flandes hace que los expatriados de larga duración aprendan neerlandés con una organización asociada, conozcan los valores y la vida cotidiana en Bélgica, reciban orientación individualizada en su búsqueda de empleo o en sus planes educativos, y realicen prácticas o trabajo voluntario. La duración del programa oscila entre 3 semanas y 3 meses, dependiendo de las capacidades del participante antes del curso, y es gratuito.
En Bruselas y Valonia, el curso es más o menos el mismo que en Flandes, salvo que la formación lingüística gratuita que se ofrece es de francés. En Bruselas, el programa se divide en dos partes: la primera consiste principalmente en asesoramiento y una introducción de 10 a 15 horas a los valores cívicos belgas, y la segunda parte, más larga (unas 50 horas), incluye alcanzar un nivel A2 (elemental superior) de francés. La página web del gobierno de Valonia dice que el curso completo dura entre 12 y 18 meses, a tiempo parcial, por supuesto.
Holanda da a los expatriados 3 años para completar el curso de integración
En la mayoría de los países, el curso de integración debe completarse en un plazo de 1 a 1,5 años. Sin embargo, Holanda concede a los expatriados que no pertenecen a la UE ni al EEE un plazo más flexible de 3 años, teniendo en cuenta que pueden estar ocupados con el trabajo, la familia y otros compromisos. Por supuesto, al igual que en los otros países mencionados anteriormente, los expatriados de la UE o del EEE también pueden optar por matricularse si creen que les va a ayudar.
Los expatriados que no pertenecen a la UE ni al EEE reciben primero una carta del DUO, la oficina holandesa de educación, en la que se indica la fecha de inicio de su programa. A continuación, se les convoca a una entrevista en su ayuntamiento, donde se evalúan sus capacidades y necesidades para diseñar un programa de integración adecuado para ellos. Este programa individualizado se denomina PIP (Plan de Integración y Participación).
Hay tres tipos de cursos que pueden formar parte de un PIP: un curso para el examen de neerlandés como segunda lengua (Nt2), cursos de integración que incluyen conocimientos de neerlandés hasta un A2 (nivel intermedio alto), y cursos de alfabetización para quienes no sepan leer/escribir bien en ningún idioma. Los que sigan el tercer curso tendrán que pasar al segundo en algún momento.
Al final de los cursos, los expatriados hacen un examen de integración que evalúa tanto las competencias lingüísticas como los conocimientos cívicos (comprensión de cortometrajes sobre cómo ir al médico o de compras, etc.). Dependiendo de su PIP, a algunos expatriados también se les puede exigir que cursen un Módulo de Mercado Laboral y Participación (MAP), que consiste en formación sobre cómo solicitar empleo (por ejemplo: redacción de cartas de presentación en neerlandés) y prácticas laborales.
Los expatriados extracomunitarios o del EEE en la República Checa se arriesgan a una fuerte multa si no completan el curso de integración
Desde 2021, el Ministerio del Interior checo ha hecho obligatorio un curso de integración para los expatriados de larga duración no pertenecientes a la UE o al EEE. Este cambio de política fue motivado en parte por preocupaciones de seguridad, ya que el gobierno piensa que este programa puede prevenir el aislamiento y la radicalización entre los recién llegados. Por desgracia, no es gratuito. Los participantes deben pagar una tasa de 1.500 coronas, unos 62 euros. El incumplimiento conlleva una fuerte multa de hasta 10.000 coronas, unos 400 euros.
El curso es muy breve, sólo dura 4 horas. Abarca aspectos como las tradiciones checas, el funcionamiento del sistema de administración pública y valores cívicos como la igualdad de género, pero excluye el conocimiento de la lengua checa. Se imparte en checo, pero se ofrece interpretación en 8-9 lenguas extranjeras comunes (francés, árabe, ruso, etc.). Todos los expatriados extracomunitarios o del EEE de entre 15 y 61 años deben completar este breve curso en su primer año en la República Checa o se arriesgan a ser multados. Una vez finalizado, se entrega un certificado de asistencia.
El programa de integración noruego también es obligatorio para los expatriados UE/EEE
Tanto en Noruega como en Suecia, los cursos de integración están muy centrados en los refugiados. Sin embargo, en Noruega también existe un segundo programa de integración dirigido a un grupo más amplio de expatriados e inmigrantes.
Este segundo programa se denomina Programa noruego de formación lingüística y estudios sociales. Proporciona a los inmigrantes/expatriados de larga duración de entre 16 y 67 años 600 horas de formación: 550 horas de clases de lengua noruega más 50 horas de clases de ciencias sociales/cívicas. Estos cursos pueden realizarse totalmente en línea, lo que facilita su realización. A diferencia de los otros países detallados anteriormente, este programa también es obligatorio para los expatriados de la UE/EEE. Sin embargo, ellos reciben esta formación de forma gratuita, mientras que los expatriados que no pertenecen a la UE/EEE tienen que pagar por ella.
Mientras tanto, en Suecia, un curso de integración es obligatorio sólo para los refugiados, no para los inmigrantes económicos o expatriados. Es un curso breve y gratuito de 2,5 días que se centra en los valores cívicos y la vida cotidiana en el país.
Los programas de adaptación de Estonia son opcionales y gratuitos
Estonia ofrece ahora dos programas de adaptación gratuitos para expatriados: el programa Settle in Estonia, que existe desde 2015, y el programa New in Estonia, que se puso en marcha en 2022. El primer programa es para expatriados de larga duración que llevan menos de 5 años en Estonia, y el segundo es para extranjeros con el visado D de corta duración (que es válido hasta 1 año).
Naturalmente, el programa Instalarse en Estonia pretende ayudar a la integración a largo plazo mediante la enseñanza de la lengua estonia y los valores cívicos. Los expatriados pueden asistir gratuitamente a clases de estonio de los niveles A1 y A2 (elemental inferior y superior) en las grandes ciudades de Tallin, Tartu y Navaa. Las clases se imparten utilizando el inglés o el ruso como medio de enseñanza.
Los participantes también cursan módulos básicos sobre la historia de Estonia, su Estado y sus leyes, derechos y obligaciones en el país, etc. Además de estos módulos básicos, también hay otros más especializados sobre investigación, espíritu empresarial, educación y familia. Al ser un programa opcional, no hay plazo para completarlo, aunque cada módulo suele durar entre 5 y 8 horas.
Por su parte, el programa Nuevo en Estonia quiere que los expatriados con visados más cortos también se sientan bienvenidos y conozcan el país. Así estarán mejor informados si deciden cambiar su visado para quedarse más tiempo. Los actos gratuitos a los que pueden asistir en inglés o ruso tratan temas como la enseñanza superior, la legislación laboral y la sanidad en el país. También se les orienta sobre los servicios sociales y las ayudas lingüísticas a las que pueden acceder.
El Gobierno de Quebec ofrece cursos gratuitos de francés a los expatriados
Los expatriados en Quebec tienen derecho a la formación gratuita en francés que ofrece el gobierno de esta provincia canadiense. Los estudiantes internacionales también tienen derecho a ella siempre que tengan al menos 16 años. Los cursos abarcan desde el nivel principiante hasta el intermedio de francés, e incluyen un aspecto cultural como el mercado laboral local, los valores cívicos y las tradiciones.
El curso puede ser a tiempo completo o parcial: de 25 a 30 horas semanales o de 4 a 15 horas semanales (tardes, noches, fines de semana). Algunas clases se imparten en línea, pero la mayoría son presenciales y se imparten en universidades, organizaciones comunitarias, centros de servicios educativos y CEGEPs (colegios públicos que ofrecen una mezcla de cursos académicos y profesionales).
Dominar el francés puede ser crucial para tener éxito en Quebec. Por ejemplo, una reciente revisión de la Ley 96 exige ahora que todas las empresas con 25 o más empleados utilicen el francés como lengua principal en el trabajo.