¿Cómo elegir destinos adecuados para los niños cuando se va a vivir al extranjero?

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Escrito por Ameerah Arjanee el 03 mayo, 2023
Trasladarse al extranjero con una familia puede suponer un reto diferente al de hacerlo solo o como pareja sin hijos. La escuela, las actividades extraescolares, los espacios para jugar, la seguridad, los subsidios y las políticas favorables a los niños son cuestiones que estos padres tienen que tener en cuenta. Algunos países, como Suecia y los Países Bajos, tienen fama de ser destinos favorables a los niños para los expatriados.

¿Qué hay que tener en cuenta antes de irse al extranjero con niños?

Si tus hijos son menores de 18 años, la educación será, por supuesto, una prioridad. Planifique bien su traslado para que sus hijos se incorporen a su nuevo colegio al principio del curso académico o al principio de un semestre. Incorporarse a mitad de semestre puede dificultar su adaptación al plan de estudios y a la cultura escolar. Los países del hemisferio norte suelen empezar las clases en septiembre/octubre, mientras que los del hemisferio sur y la región ecuatorial suelen hacerlo en enero. Si eres un expatriado estadounidense que se traslada a Australia, por ejemplo, debes tener en cuenta que allí el curso escolar empieza a finales de enero.

Es importante ser delicado a la hora de dar la gran noticia a sus hijos, tan importante como dotarles de conocimientos lingüísticos y culturales meses antes de la gran mudanza. La nostalgia y el choque cultural pueden afectar incluso a los adultos que más han viajado, por lo que pueden afectar aún más a los niños que aún están en sus años de desarrollo. 

Introduzca a sus hijos en el idioma del nuevo país mediante métodos divertidos como juegos y programas de televisión, reconfórteles diciéndoles que podrán videollamar o visitar a sus mejores amigos con regularidad e incluya objetos a los que estén apegados (por ejemplo, peluches) entre las pertenencias que se lleva al extranjero, haga que se sientan entusiasmados y partícipes de sus nuevos planes. Por ejemplo, puedes hacerles participar activamente en la elección de la casa que alquilarás en el extranjero. 

En algunos países, las escuelas públicas o los organismos estatales ofrecen clases preparatorias de lengua y cultura a los hijos de expatriados recién llegados. Muchas escuelas canadienses, por ejemplo, ofrecen clases gratuitas de desarrollo de la lengua inglesa (ELD) a los niños expatriados. Desgraciadamente, en algunos países no le quedará más remedio que pagar un colegio privado. En Arabia Saudí, por ejemplo, la inmensa mayoría de los niños expatriados, por muy ricos que sean sus padres, van a colegios privados debido a las graves barreras culturales y lingüísticas. 

Por supuesto, la vida de un niño no se limita a la escuela. Los niños también necesitan actividades, amigos y espacios donde jugar para prosperar. ¿Se muda a un lugar donde los índices de delincuencia son bajos y los niños pueden jugar solos en la calle sin peligro? ¿Tendrá su nueva casa patio o jardín? ¿Hay parques, zonas de juego y actividades deportivas o artísticas asequibles para los niños? Como padre o madre expatriado, también debe investigar hasta qué punto las leyes de su nuevo país le facilitarán el trabajo de cuidador. Por ejemplo, ¿podrá pedir permisos retribuidos cuando su hijo esté enfermo? ¿Recibirán comidas gratuitas en la escuela y usted una asignación por hijo?

¿Qué destinos tienen fama de ser "amigos de los niños"?

Algunos países tienen una reputación especialmente buena para criar a niños expatriados. El informe "Mundos de influencia: Understanding What Shapes Child Well-being in Rich Countries" ofrece información sobre estos países. Los países del norte de Europa -Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia, Países Bajos y Dinamarca- tienen una gran reputación por su seguridad y sus políticas favorables a la infancia. En Asia, Japón y Singapur también obtienen buenos resultados en la clasificación de criterios para criar a los hijos. Nueva Zelanda también tiene una reputación favorable a los niños.

En el informe de Unicef, los Países Bajos ocupan el primer lugar. El Estado neerlandés ofrece muchas ayudas a los padres. Hay varias ayudas por hijo para alimentación, transporte e incluso guardería. Incluso los padres que no reúnen los requisitos para tener bajos ingresos pueden recibir algunas ayudas, sobre todo la ayuda "kinderbijslag" para gastos generales. Las madres tienen derecho a 10 semanas de permiso de maternidad remunerado, y los padres, a 5 semanas. El país tiene un sistema educativo excelente, con un 78% de estudiantes de todas las edades que expresan un alto nivel de satisfacción en su entorno escolar (Unicef). También hay muchos espacios seguros para jugar (zonas de recreo, parques, estadios deportivos), así como un excelente sistema de carriles bici.

Suecia también tiene excelentes políticas de infancia. Tiene una de las políticas de permiso parental más igualitarias del mundo. Los padres de cualquier sexo pueden repartirse 480 días de permiso parental retribuido. También pueden coger una baja por enfermedad si su hijo menor de 12 años está enfermo. Las guarderías también son accesibles y asequibles. Las tarifas de las guarderías dependen de los ingresos, e incluso así, los padres con ingresos altos no tendrán que pagar más de 145 euros al mes por la guardería o jardín de infancia de un niño.

Japón tiene muchas ventajas como lugar para criar hijos expatriados. Los índices de delincuencia son de los más bajos del mundo, lo que lo convierte en un lugar muy seguro para los niños. Es habitual ver a niños menores de 12 años ir solos al colegio en Japón. El país también presume de sanidad universal y de un excelente sistema educativo. Tiene uno de los permisos parentales más generosos de Asia: 26 semanas para las madres, 12 semanas para los padres. En el lado negativo, como informa Nikkei Asia, los hijos de expatriados carecen a menudo de acceso a los recursos adecuados (por ejemplo, profesores en las escuelas) para aprender japonés e integrarse culturalmente.

En el hemisferio sur, Nueva Zelanda tiene fama de ser "amiga de los niños". La cultura del trabajo favorece un buen equilibrio entre la vida laboral y familiar, lo que facilita la crianza de los hijos. Según Stats NZ, más de tres cuartas partes de los trabajadores neozelandeses están satisfechos con su conciliación (horarios flexibles, vacaciones pagadas, etc.). Al igual que Japón, Nueva Zelanda tiene un índice de delincuencia extremadamente bajo, lo que hace que los niños puedan jugar con seguridad en sus múltiples espacios verdes urbanos, así como en los impresionantes parajes naturales, que se encuentran a poca distancia en coche de las ciudades. El país también cuenta con excelentes sistemas públicos de educación y sanidad.