Fin de las ventajas fiscales para los pensionistas extranjeros
Hasta lo bueno se acaba. El Primer Ministro portugués, Antonio Costa, recuerda que los jubilados extranjeros han disfrutado de muchas ventajas en el país. El pasado lunes, en una entrevista concedida a CNN Portugal, señaló que la exención fiscal de la que disfrutaban los pensionistas extranjeros ya no tiene sentido. De ahí la decisión de poner fin a un sistema que, en su opinión, "equivaldría a prolongar una medida de injusticia fiscal que no está justificada [...] y sería una forma alternativa de seguir encareciendo el mercado inmobiliario".
Flashback a 2008-2009. La eurozona se enfrentaba a importantes repercusiones de la crisis de las hipotecas de alto riesgo. Portugal, cuyo modelo económico se resiente desde hace más de una década (apenas +1,1% PIB de media entre 2001 y 2007), es especialmente vulnerable. La deuda se dispara: 76,6% en 2009, con un déficit público que representa el 11,4% del PIB y que apenas alcanzó el 0,2% en el 4º trimestre de 2009. En este contexto, el Gobierno en el poder introdujo una moratoria fiscal de 10 años para los jubilados extranjeros que se benefician del estatuto de Residente No Habitual (RNH). Este estatuto, que afecta a activos y jubilados, se creó en 2009 (la medida entró en vigor en 2012).
El objetivo era atraer capital extranjero. Los jubilados extranjeros que se trasladaban a España no pagaban el impuesto sobre la renta. Muchos extranjeros, sobre todo franceses, italianos y británicos, aprovecharon la oportunidad para instalarse en Portugal.
Beneficios fiscales y crisis inmobiliaria
En 2020, la ley suprime la exención total y opta por un tipo impositivo del 10%. Sin embargo, la fórmula sigue siendo muy ventajosa para los pensionistas extranjeros, ya que Portugal es uno de los países europeos con el tipo impositivo más alto: 31,5% en 2022, el 2º tipo más alto después de Malta (cifras: OCDE).
Miles de extranjeros se han jubilado en Portugal y han contribuido a impulsar la economía. Esto es especialmente cierto en las regiones donde la mayoría de ellos se han establecido, con Lisboa y los centros turísticos costeros del Algarve a la cabeza. Pero esto ha tenido consecuencias importantes, como el aburguesamiento, la subida de precios, la crisis inmobiliaria, etc. Según un estudio de la Fundación Francisco Manuel dos Santos, los precios de la vivienda en Portugal subieron un 78% entre 2012 y 2021, mientras que en la Unión Europea (UE) sólo aumentaron un 35%.
Una Golden Visa con menos beneficios
La Golden Visa, por ejemplo, se creó para atraer capital extranjero y ayudar al país a salir de la crisis. Sin embargo, en los últimos años se le ha culpado de sumir al país en una interminable crisis inmobiliaria. El gobierno también está reformando el programa Golden Visa. Según la nueva ley, que espera la firma del Parlamento y el Gobierno antes de su publicación, ya no será posible adquirir una residencia mediante inversión. Hasta hace poco, los extranjeros elegibles podían obtener este visado con una inversión igual o superior a 280.000 euros. Sin embargo, los que ya hayan invertido pueden seguir renovando su autorización.
Más concretamente, la ley redefine los métodos para obtener la residencia por inversión. Ahora hay 5 métodos: creación de al menos 10 o más puestos de trabajo; inversión de al menos 500.000 euros en programas públicos o privados de investigación científica; inversión de al menos 250.000 euros en producción artística o conservación del patrimonio; inversión de al menos 500.000 euros en organizaciones reconocidas por el Estado; o inversión de al menos 500.000 euros en una empresa con sede en Portugal que vaya a crear al menos 5 puestos de trabajo permanentes.
Esta reforma forma parte de la Ley de Vivienda aprobada por el Parlamento el 19 de julio. Pero, ¿qué significa? En febrero, Portugal anunció el fin de los Golden Visas diciendo no a la adquisición de una residencia a través de la inversión inmobiliaria (que permitía el Golden Visa clásico) pero sí a la inversión para apoyar la cultura y la producción artística.
¿Fin de las ventajas fiscales para más equilibrio?
¿Conseguirán estas reformas calmar a los residentes locales? El sábado 30 de septiembre, miles de vecinos salieron a la calle para exigir al Gobierno una acción firme contra la crisis inmobiliaria y la gentrificación. Según ellos, hay indicios de una crisis aún mayor en las grandes ciudades. Algunos hablan de una capital transformada en "ciudad para extranjeros", que excluye a sus habitantes. Vivir en Lisboa se ha vuelto demasiado caro. Otros hablan de su alquiler multiplicado por 20 y de su incapacidad para afrontarlo. Se ven obligados a abandonar sus casas y sus vidas y denuncian un mercado inmobiliario desequilibrado. La riqueza de los jubilados extranjeros y de los nómadas digitales dispara los precios y dificulta la vida.
Antonio Costa señala que el fin de los beneficios fiscales para los jubilados extranjeros en 2024 pretende acabar con la burbuja inmobiliaria. Sin embargo, otros perfiles también se ven afectados por la supresión de las exenciones fiscales, como los extranjeros que trabajan en sectores de "alto valor añadido" (médicos, arquitectos, etc.). Los residentes, que esperaban una actuación decidida del Gobierno, esperan ahora resultados concretos.