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Irak ha sido un campo de batalla para las fuerzas rivales desde que una coalición liderada por los Estados Unidos invadiera el país en 2003 para derrocar al ex presidente Saddham Hussein. Desde entonces, los gobiernos liderados principalmente por chiítas no han logrado mantener el orden. El país sigue lamentablemente en crisis y es extremadamente peligroso, por lo que los gobiernos occidentales continuan desaconsejando viajar a muchas áreas del país a menos que sea estrictamente necesario.
Puede que Irak tenga las segundas mayores reservas mundiales de petróleo crudo, pero la inestabilidad crónica y la violencia sectaria han dificultado los esfuerzos para reconstruir su economía, que ha sido destrozada por el conflicto y las sanciones.
La economía iraquí enfrenta ahora graves desafíos; la insurgencia ISIS, que ha requerido una gran cantidad de ayuda humanitaria y gastos de seguridad, combinado con la caída del precio del petróleo en 2015 y 2016, han contribuido a un fuerte deterioro de la actividad económica.
La situación inestable ha resultado en poca inversión privada y un entorno empresarial deteriorado, mientras que la exposición del país a un mercado petrolero volátil también significa que los riesgos macroeconómicos siguen siendo elevados. Sin embargo, las perspectivas son más favorables a mediano plazo para la economía. El FMI aprobó un acuerdo de derechos de tres años en julio de 2016 por 5.340 milliones de dólares americanos y lanzó una serie de tres programas de Financiamiento de Políticas de Desarollo en los que participan muchos profesionales extranjeros y que con suerte darán a la economía el impulso que necesita.
Un tema importante es también la situación de seguridad, ya que las cifras de víctimas en Irak siguen siendo elevadas. Solo desde 2014, la crisis humanitaria ha afectado a más de diez millones de sus ciudadanos (y más de tres millones han sido desplazados internamente), lo que significa que todavía hay una gran dependencia en expatriados en los sectores de ayuda y seguridad.
En julio de 2016, una conferencia de donantes comprometió una ayuda total de 2,1 mil millones de dólares americanos para asegurar el apoyo financiero para la crisis humanitaria de Irak. Se espera que más seguridad, así como un esfuerzo inicial de reconstrucción, sostengan el crecimiento para que un día pueda liberarse de su reciente historia sangrienta y una vez más sea apreciado por sus ciudades vibrantes, montañas impresionantes y numerosos sitios arqueológicos.