Hola, Nací en la ciudad de México, Crecí en Puebla con mi madre, que es hija adoptiva de mexicana y libanes, mi padre hijo de españoles, yo tengo las 2 nacionalidades, mexicana y española. Hace 11 años dejé México para irme a Madrid, donde conocí al que ahora es mi marido, el es de Munich, Alemania, y tenemos 2 hijas, que tienen 3 nacionalidades! He vivido en 8 ciudades, en 5 países y 3 continentes diferentes, ahora vivimos en Múnich, Alemania, mi marido es ingeniero civil. Yo por ahora, ama de casa. Me gusta conocer gente nueva y coleccionar experiencias!
Miembro desde el 18 Abril 2013.
Mi marido está desarrollando una empresa de consultoría en construcción, tenemos 2 hijas y por ahora, me dedico a cuidar y llenar de mimos a mi familia ;)
No hay invierno! Algunos platillos son muy ricos (si los preparan en mi casa sin tanta grasa!)
Ha sido la peor experiencia de mi vida! Espantosamente racista, al principio parecen muy amables, pero debajo de esa membrana sonriente hay mucha hipocresía, lo digo de verdad! En cuanto se tiene una situación de conflicto con un etíope, por pequeño que sea, se convierte en tremendo problemón, son incapaces de aceptar errores, criticas constructivas, instrucciones o exigencias a pesar de ser uno quien pague, en fin, yo salí de el país totalmente asqueada! nunca recomendaría a nadie vivir en ese país! Y de verdad que sé lo fuerte que esto suena. Simplemente no me caben aquí todos los ejemplos de aspectos negativos del país. Ni de visita volvería a ir! Lo siento :-(
mi marido trabajó para la empresa de construcción Julius Berger, fue una etapa de mucho trabajo, jornadas largas y cansadas. Por ser un país tan complicado, las ventajas se vieron claramente en las finanzas, pero el sacrificio fue duro. Yo trabajé solo un tiempo en la ciudad de Port Harcourt
Solo conocí a una persona nigeriana que valió mi respeto y cariño y era la mujer que trabajaba en mi casa, una mujer en los treintas, totalmente entregada a su pasión por Dios, trabajadora, noble, tierna y dulce, sumamente ignorante pero casi totalmente inocente. Fuera de ella, todo lo bueno que nos pasó en Nigeria no tiene que ver con el país en sí. Mis mejores amigas las conocí ahí, quizá y muy seguramente por la situación en la que el país nos ponía a todos, la gente tiende más a abrirse y ser solidarios. Nunca fue mi vida social más activa y agradable, participé en el enorme reto de ayudar a 60 niños que quedaron desamparados en un orfanato, organizando BINGOS para los expatriados que buscaban desesperadamente actividades y junté suficiente dinero para mandar a 8 niños a la escuela y organizarles su fiesta de Navidad, después nos retiramos porque nosotros queríamos tener hijos y este no es país para ello.
Nigeria es uno de los países más caóticos que existen, y Port Harcourt es, por mucho, el peor lugar donde se puede vivir por su falta o escasés de seguridad para los expatriados, pero la empresa Julius Berger estaba en aquél entonces, muy bien organizada y proveía de suficiente infraestructura para ofrecer las comodidades y condiciones aceptables, en cualquier caso NO es una ciudad para vivir con hijos. lo último que supe, la empresa se retiró pues las guerrillas hicieron imposible su estancia por mayor tiempo. En la capital es otra cosa, mucho más segura pero sigue siendo Nigeria, los nigerianos viven terrorizados por sus propios odios, racismo, clasismo, el petróleo es lo peor que les ha pasado y nunca he visto tantas víctimas de la ignorancia, el hambre, la injusticia y la maldad. Las ciudades apestan, la gente es sucia, la comida es incluso peligrosa! Y no se debe confiar muy facilmente en la gente, triste :( Con todo esto, ha sido la mejor experiencia de mi vida, creo que se debe a que pude ayudar aunque sea un poquito muy de cerca a los más inocentes en este país.
Conocía mi marido en Madrid, él estudiaba su carrera y yo arreglaba mis papeles como española, nos enamoramos ;) nos casamos y vivimos felices ;)
La ciudad es preciosa, limpia, ordenada, organizada, la gente es puntual, los lagos, los Alpes, es una ciudad donde se anda mucho en bicicleta y es seguro hacerlo! el parque inglés es precioso, con la gente me cuesta, porque conocí gente de lo más leal y serena pero también me topé con el peor racismo y arrogancia en mi vida!
No quiero decir que los alemanes son racistas, no es así, pero es un hecho que para los extranjeros "que viven en Alemania" puede ser duro, Personalmente me topé con unas cuantas personas que en la primera oportunidad manifiestan su incoformidad con la presencia de extranjeros, son intolerantes con la inperfección del alemán (en verdad in-perfección) El clima para mi es muy difícil de tolerar, salir con niños puede ser muy estresante por andar cargando abrigos, gorros, bufandas, y los resfriados son terribles!
Mis padre era español y yo viajé a España para adquirir la nacionalidad española, conocer mis raíces y cambiar de rumbo
La comida por Dios! En San Sebastian las mejores tapas! salir a pasear, la arquitectura, actividades culturales, ir de compras, el clima, los destinos turísticos
me pareció que la gente en Madrid son un poco cerrados a conocer gente, vamos, que conocí pero no realmente, fue todo muy superficial. En el verano todos se van a sus pueblos, ciudades y países de origen y resulta muy aburrido, demasiado caluroso y todo está cerrado!
Comencé ahí mi vida de estudiante de bachillerato, me mudé a la capital de México para vivir con mi padre y hermanos. (Anteriormente vivía en la ciudad de Puebla con mi madre) Fue un cambio difícil viniendo de provincia, aunque aprecié las maravillas de tremenda metrópolis, nunca me sentí muy a gusto por la inseguridad, contaminación y el estress que se vive en la capital.
Vamos a ver... NO HAY comida más rica que la mexicana! Simplemente es deliciosa! Me gusta el pan, el injara... pero la tortilla mexicana! No tiene igual! En la ciudad de Méico se encuentra de todo, casi a todas horas, la comida es fantástica, la fiesta y vida social es muy variada, en general las actividades, cultura y alternativas son muy amplias
La contaminación de tanto auto, el transporte público, la inseguridad