¿Por qué es tan caro el cuidado de la salud en los Estados Unidos?
Una de las principales razones por las que los costos de salud son tan altos en los EE. UU. es la ausencia de un sistema universal de seguro de salud. Los ciudadanos deben contratar un seguro de salud privado o pagar de su bolsillo por la atención médica sin asistencia del estado. Los altos precios de los medicamentos, debido a la falta de regulación gubernamental, permiten a las empresas farmacéuticas establecer los precios libremente. Las tarifas de los médicos y los servicios médicos están entre las más altas a nivel mundial, reflejando salarios elevados y el uso extensivo de tecnologías médicas avanzadas y costosas. La complejidad administrativa también contribuye a los costos: la multitud de aseguradores privados y públicos crea una burocracia costosa e ineficiente. Además, los hospitales estadounidenses tienen altos costos generales, y la atención de emergencia a menudo se utiliza para problemas no urgentes, lo que genera gastos adicionales. Finalmente, la falta de atención preventiva y primaria a menudo resulta en complicaciones que son más caras de tratar.
Costos de salud en los Estados Unidos en cifras
Para proporcionar una perspectiva, un periodista recientemente recibió una factura de $11,000 por cuatro horas en el hospital por una emergencia médica, haciendo titulares en las noticias. Los costos de maternidad en los EE. UU. varían según el estado, pero algunas facturas pueden fácilmente alcanzar los $15,000 o incluso $50,000. Una simple visita a un médico generalista o pediatra cuesta al menos $200. Una limpieza dental puede costar hasta $1,000. Los dermatólogos cobran un promedio de $400 por consulta. Para exámenes específicos, una resonancia magnética (MRI) cuesta alrededor de $1,119, y un análisis de sangre puede variar de $100 a $3,000.
Preparándose para el cuidado de la salud en los Estados Unidos como expatriado
Si te mudas pronto a los EE. UU. para estudiar, trabajar o como cónyuge acompañante, priorizar tu salud es crucial en un país con altos gastos médicos. ¡Todos pueden enfrentar problemas de salud, incluso los más jóvenes! Antes de partir, es esencial prepararse para cualquier eventualidad.
Comienza consultando con tu seguro de salud o la seguridad social local sobre la cobertura en el extranjero y su duración. Dependiendo de tu país, es posible que solo estés cubierto por un período limitado. Dado el costoso sistema de salud de EE. UU., a menudo se recomienda encarecidamente obtener un seguro de salud adicional. Investiga diferentes opciones de cobertura, ya que varían en protección.
Si estás bajo medicación a largo plazo, abastece tantas medicinas como sea posible antes de partir. De esta manera, no necesitarás ver a un médico localmente para una receta. Sin embargo, verifica si tu medicación está permitida en los EE. UU. y lleva tus recetas contigo durante el viaje.
Antes de tu partida, sométete a un examen médico completo para detectar y tratar cualquier problema de salud, incluso menor, que podría volverse costoso si no se trata. Haz citas con tu médico general, dentista, ginecólogo y oftalmólogo. Saldrás con tranquilidad y reducirás el riesgo de necesitar visitas de emergencia al hospital.
Si te mudas a los EE. UU. por trabajo, consulta con tu nuevo empleador sobre la cobertura de salud ofrecida y qué incluye. Esto puede influir en tu decisión de aceptar una oferta de trabajo. En caso de una transferencia, verifica cómo manejará tu empresa tu salud en el nuevo país y si seguirás afiliado a la seguridad social de tu país de origen.
Finalmente, un consejo básico pero esencial: ahorra dinero para eventos imprevistos, tanto antes como después de tu llegada. Esto podría salvarte de un dolor de muelas, un embarazo inesperado o cualquier lesión.
Navegando el sistema de salud de EE. UU. como expatriado
Antes de mudarte a los Estados Unidos, es crucial entender tus derechos y obligaciones. No dudes en buscar consejo de locales o expatriados que han estado viviendo allí por mucho tiempo. Familiarízate con las leyes de protección de pacientes estadounidenses, como la HIPAA (Ley de Portabilidad y Responsabilidad de Seguros de Salud), que garantiza la confidencialidad de tu información médica.
Traducir tus documentos médicos puede ser extremadamente útil una vez que estés allí, especialmente si planeas establecerte en los EE. UU. permanentemente. Si has tenido problemas de salud en el pasado, te has sometido a una cirugía mayor o tienes una condición crónica, tómate el tiempo para traducir todo con profesionales (evita los traductores automáticos en este caso). Estos documentos pueden ser útiles en caso de nuevos problemas de salud y serán más accesibles para los médicos estadounidenses, reduciendo el riesgo de errores médicos.
Instalaciones de salud gratuitas: ¡Sí existen!
¿Sabías que existen clínicas accesibles para personas sin cobertura social? A menudo gestionadas por estudiantes de medicina, estas clínicas ofrecen atención gratuita, asistencia social y ayuda con la inscripción en seguros de salud. Por ejemplo, en Nueva York, hay alrededor de diez clínicas gestionadas por estudiantes que pueden proporcionar atención y asistencia a los pacientes. Sin embargo, muchas de estas clínicas requieren una cita y son gratuitas solo para grupos de edad específicos, como aquellos menores de 21 años. Cuando llegues a tu nueva ciudad, infórmate sobre las clínicas accesibles cerca de tu hogar y anota sus datos de contacto en caso de necesidad.
Recuerda, hay una gran comunidad de expatriados en los Estados Unidos que estará encantada de aconsejarte sobre los procedimientos a seguir, errores a evitar y las mejores opciones de seguro para expatriados. Interactúa con estas personas y busca ayuda cuando lo necesites para prepararte para el sistema de salud de EE. UU. con calma.
Turismo médico: La solución definitiva
El turismo médico ha crecido significativamente en los últimos años. Cada vez más estadounidenses y residentes extranjeros eligen recibir tratamiento en países vecinos como México, Costa Rica o Canadá. Estos destinos a menudo ofrecen costos más bajos, listas de espera más cortas y tecnologías o tratamientos avanzados que a veces no están disponibles o no son comunes en los EE. UU. México es favorecido por su proximidad y precios atractivos, Canadá por su sistema de salud pública de alta calidad y bajo costo, y Costa Rica por cirugías dentales y plásticas de calidad a precios muy competitivos. Muchos establecimientos y clínicas en estos países ofrecen paquetes que incluyen transporte, alojamiento e incluso actividades turísticas, haciendo que la estancia sea aún más atractiva.
Muchos expatriados también eligen regresar a su país de origen para recibir tratamiento, incluso si están al otro lado del mundo. Usan sus vacaciones para someterse a chequeos de rutina como análisis de sangre, exámenes dentales o ginecológicos, a menudo mucho más baratos que en su país anfitrión. Esta práctica también se aplica a medicamentos recetados y tratamientos no urgentes, que son más fáciles de organizar.
En general, el sistema de salud de EE. UU. no es fácil de entender, y es crucial prepararse bien antes de tu mudanza. Con la información correcta, el apoyo adecuado y el conocimiento de todas las opciones disponibles, asegurarás una mejor atención si la necesitas.
