En 2022, le taux de chômage au Japon tombe à moins de 3 % (environ 2,7 %, selon le ministère de l'Intérieur japonais). En apparence, le pays est en plein emploi. Derrière ces bons chiffres se cache pourtant une réalité plus inquiétante. Le travail à temps partiel et la précarité augmentent. La Covid a aggravé la situation de milliers de salariés. Les femmes sont davantage touchées par cette paupérisation, encore plus si elles élèvent seules leur enfant.
Trabajadores fijos y temporales en Japón
Para tener seguridad laboral en Japón, es mejor ser un trabajador fijo (equivalente a un contrato indefinido). Japón es un país de paradojas. Una barrera invisible separa a los empleados con contratos permanentes de los trabajadores precarios (contratos cortos, a tiempo parcial, trabajadores temporales, trabajos esporádicos). La misma división existe entre empresas extranjeras y japonesas, entre grupos grandes y pequeños, entre mujeres y hombres.
Tipos de contratos de trabajo en Japón
El contrato más seguro es el seishain (empleado permanente, equivalente a un contrato indefinido). También es el mejor considerado por la sociedad japonesa. Te será más fácil obtener un préstamo bancario, contar con el apoyo de una agencia inmobiliaria para una compra, etc...
Otros contratos están más propensos a la inseguridad. El keiyakushain es el equivalente a un empleado con contrato temporal, tiene una duración de unos meses a un año. El empleado arubaito hace un pequeño trabajo. Considerado originalmente como un trabajo de estudiantes, en realidad afecta a una población mucho más amplia. No es raro ver a una persona mayor aceptando un trabajo en baito (abreviatura de arubaito).
El término freeter también se utiliza para referirse a los trabajadores precarios. Aunque la palabra tiene su origen en la palabra inglesa "free" (libre), para clasificar a los trabajadores que son libres de pasar de un trabajo a otro, la realidad es más difícil. Los trabajadores freeters son trabajadores precarios, y su número va en aumento. Los jóvenes licenciados están cada vez más expuestos a ellos. Si no entran en la ola de contrataciones del año (la temporada empieza en primavera), pueden verse obligados a aceptar estos trabajos precarios.
Empresas japonesas y extranjeras: ¿cómo aplicar?
No es lo mismo reclutar en una empresa japonesa que en una extranjera. En general, las empresas extranjeras son menos formales. Los candidatos tienen libertad de elaborar su CV como deseen, con o sin foto. También son libres de elegir la ropa y los colores que quieren llevar, siempre que se ajusten al trabajo. En las empresas japonesas, la foto es obligatoria en el CV. El uniforme es el mismo para todos: traje oscuro y camisa blanca. Los candidatos tienen menos libertad para expresar su originalidad. Esto no es lo que buscan las empresas. Sin embargo, las cosas están cambiando ligeramente, y algunos grandes grupos japoneses admiten vestimentas más originales.
Trabajar en Japón: sectores que contratan
El sector digital y de las nuevas tecnologías
Las profesiones informáticas y digitales están muy de moda. La "kishidanomics", el plan económico del gobierno de Kishida, destina un amplio presupuesto a acelerar la transición digital. El plan prevé 10.000 billones de yenes para hacer de Japón "una nación científica y tecnológica". Esto es una ventaja para todos los trabajadores actuales y futuros, incluidos los estudiantes y empleados extranjeros. Además de este fondo (que apoyará a las universidades), Japón facilitará el desarrollo de nuevas empresas y abrirá otro fondo para apoyar la investigación y el desarrollo. El gobierno de Kishida también tiene previsto desarrollar sus inversiones en el metaverso.
Las profesiones informáticas y digitales abarcan varias subcategorías: empleos relacionados con la inteligencia artificial/IA (ingeniero de IA, gestor de proyectos de IA...), informática (arquitecto de redes, administrador de bases de datos, ingeniero de sistemas, desarrollador informático...), Internet (arquitecto web, desarrollador web, community manager, diseñador web...), Big data (arquitecto de big data, científico de datos...), videojuegos (animador 3D, diseñador de juegos, tester, artista conceptual...). Con la digitalización de los mercados, estos empleos se encuentran en todos los sectores laborales. Los ámbitos de la administración, la construcción, la industria, el comercio, la sanidad, la consultoría e incluso la enseñanza hacen uso de las nuevas tecnologías.
Los extranjeros con títulos en sectores de alta tecnología tendrán buenas oportunidades en Japón, sobre todo si hablan japonés. Su dominio del idioma se suma a los conocimientos que ya tienen y hace que su perfil sea aún más atractivo. El mundo digital es el del comercio. Los países luchan por los mejores talentos internacionales. Además de su formación, tienen la ventaja de aportar una nueva perspectiva (en Japón), y su experiencia. Son estos perfiles los que buscan las empresas con sede en Japón.
Sueldos en Japón
En lo que respecta al salario, un ingeniero de redes puede ganar unos 7.500.000 yenes al año. Son unos 8.000.000 de yenes para un diseñador web y 9.000.000 para un data scientist. Pero estas cifras apenas son una estimación. La diferencia salarial varía mucho según el tipo de empresa (administración pública, clínica privada, start-up unicornio, multinacional...), el tipo de actividad (rama de investigación, preproducción, producción, postproducción, marketing, comercio, ventas, etc.) y la región (los salarios en Tokio suelen ser más altos, pero también lo es el coste de la vida). También hay que tener en cuenta el puesto. Se calcula que un asistente gana unos 4 millones de yenes al año. Un gerente puede esperar ganar hasta 8 millones de yenes. Los puestos de dirección están, como es lógico, aún mejor pagados. Por último, hay que recordar que Japón promueve la antigüedad como garantía de lealtad a la empresa.
Otros sectores que contratan en Japón
Los sectores tradicionalmente abiertos a los extranjeros en Japón no han cambiado: turismo, hostelería, traducción, enseñanza (profesor de idiomas, asistente), mantenimiento (técnico de superficie), comercio minorista (vendedor, empleado de departamento). Los salarios se calculan de forma diferente según se trate de un baito (trabajo parcial) o de una jornada completa. Los trabajos de baito, que suelen ser a tiempo parcial y menos protegidos, ofrecen sueldos cercanos al salario mínimo (848 yenes por hora). Muchos ofrecen más, con sueldos que oscilan entre los 1.000 y los 1.500 yenes por hora, y aumentan si se trabaja de noche.
En lo que respecta a la enseñanza en Japón, tenga cuidado de no confundir los puestos temporales con un empleo permanente en una escuela de idiomas privada, una institución educativa nacional o un centro de formación. Para estos últimos sectores, se requiere un diploma, experiencia profesional o incluso una recomendación. Sin embargo, incluso en el caso de los puestos temporales han elevado su nivel de exigencia y no dudan en poner a prueba los conocimientos lingüísticos de los extranjeros que solicitan trabajo.
Ser mujer y trabajar en Japón
Las mujeres son discriminadas incluso antes de incorporarse al mundo laboral. Es menos probable que se orienten hacia campos científicos o médicos, que requieren una larga formación. Es preferible que trabajen en la primera infancia o en el sector de la acogida. En Tokio, la prestigiosa facultad de medicina privada Tokyo Medical College lleva años rebajando las calificaciones de las mujeres para limitar su número. En 2011, notó un aumento en el número de mujeres. Comenzó a bajar sus calificaciones para limitar su número al 30%. Una práctica que lleva mucho más tiempo en el ámbito médico. Otras universidades admitirán más tarde haber amañado sus exámenes para limitar la admisión de mujeres.
El escándalo sale a la luz.
El caso se rompió. Las universidades acusadas han dejado de hacer sus amaños. El porcentaje de éxito de las mujeres vuelve a aumentar y supera al de los hombres. Pero el daño ya está hecho. En el caso de las médicas, sin esta manipulación, las mujeres serían mayoría en el campo de la salud. En 2016, apenas representan el 21% de la población activa. Se trata de una de las tasas más bajas entre los países de la OCDE. El Reino Unido está a la cabeza, con un 47%, seguido de Alemania, Francia y Canadá.
Discriminación salarial por razón de género
En 2021, Japón ocupa el puesto 120 de 156 países en el índice de igualdad salarial del Foro Económico Mundial. Esta es una de las peores puntuaciones entre los países industrializados. En Japón, las mujeres suelen ganar un 20-26% menos que los hombres. Sólo el 13,2% de las mujeres ocupan puestos de responsabilidad. En mayo de 2022, el gobierno japonés está estudiando una propuesta para exigir a las empresas con más de 300 empleados que publiquen la diferencia salarial entre hombres y mujeres en sus páginas web. 17.600 empresas se verían afectadas. Además, 4.000 grandes empresas tendrían que publicar el número de mujeres en puestos directivos y el porcentaje de hombres que se acogen al permiso de paternidad.
Esta discriminación tiene consecuencias directas en el mercado laboral y la sociedad japonesa. Las generaciones más jóvenes ya no quieren tener hijos. Las mujeres sufren mucha más precariedad que los hombres, especialmente cuando son mayores. Consciente del problema, el Primer Ministro Fumio Kishida se ha comprometido a combatir la discriminación en el trabajo. Los grupos de defensa de los derechos de la mujer lo están deseando.
Discriminación en el trabajo en Japón: también en lo que respecta a la vestimenta
La lucha podría parecer trivial. Sin embargo, revela otra faceta del conservadurismo del lugar de trabajo japonés. Aquí, el movimiento MeToo ha avanzado poco. En 2019 nació el movimiento KuToo (Ku por "kutsu/zapatos" y "ku/dolor") para denunciar el uso obligatorio de tacones. Además de la incomodidad y los problemas de salud (llevar tacones todos los días no es recomendable), esta orden judicial crea una nueva discriminación entre mujeres y hombres. En Japón, un empresario puede imponer un código de vestimenta a sus empleados. Lo mismo ocurre en otros países, como Francia. Pero debe ser justificado por el empresario. Sin embargo, la medida afecta más a las mujeres que a los hombres. El fenómeno es aún más llamativo en Japón.
¿Cómo evoluciona el mercado laboral japonés?
Algunos creyeron ver los signos de una revolución post-crisis sanitaria. El gobierno de Kishida ha reafirmado su compromiso de promover el empleo femenino. Anteriormente, Shinjiro Koizumi, entonces ministro de Medio Ambiente, se tomó un permiso de paternidad de dos semanas. Una primicia para un país todavía marcado por el conservadurismo. Un conservadurismo que sigue siendo alto. 7 de cada 10 mujeres trabajadoras dejan de trabajar cuando son madres. Una elección voluntaria o forzada. En Japón, la escasez de plazas de guardería hace que uno de los padres (a menudo la madre) tenga que quedarse en casa. Además, algunas empresas expulsan a las mujeres embarazadas del lugar de trabajo. Esto se llama matahara, o acoso a las mujeres embarazadas.
Escasez de mano de obra, natalidad y envejecimiento: los retos a los que se enfrenta Japón
¿Hay que abrir más las puertas a la inmigración? ¿Cómo hacer frente al envejecimiento de la población? Japón se enfrenta a nuevos retos que, si no se abordan, provocarían un descenso de su PIB. Una situación que algunos economistas y pensadores se toman con filosofía. Para ellos, Japón no tiene más remedio que mirar hacia adelante. En lugar de apostar por el estancamiento, estos investigadores apuestan por el despertar de las nuevas generaciones y por la internacionalización del comercio. De hecho, los extranjeros pueden traer su bagaje cultural y cuestionar el mercado laboral japonés. Todos estos son choques positivos, necesarios para la renovación del sistema.
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