Descubriendo Singapur

Un imán para expatriados

Singapur tiene una población de 5,6 millones de personas, de las cuales solo 3,4 son ciudadanos singapurenses. El asombroso número de extranjeros que trabajan en el país se debe tanto al desempeño económico excepcional como al ambiente para los negocios que los sucesivos gobiernos han construido y mantenido después de la adhesión de Singapur a la independencia en 1965. El generoso régimen fiscal que prevalece en Singapur ha atraído a muchas multinacionales, instituciones financieras y empresas de servicios profesionales, que tienen hambre de mano de obra. Con una inversión extranjera directa ("Foreign Direct Investment") que alcanzó los 65 mil millones de dólares en 2015, Singapur ofrece un entorno de inversión fuerte, que se fortalecerá a medida que sus socios comerciales del sudeste asiático se consoliden y diversifiquen aún más sus economías. Naturalmente, el lento crecimiento económico en todo el mundo ha tenido un impacto en Singapur, que no obstante logró aumentar su PIB en un 1,8% en 2016. Sin embargo, el gobierno tecnocrático del país asegura que políticas son aplicadas con celeridad para atraer continuamente nuevas oportunidades de negocio, y no es de extrañar que el país traiga expatriados en masa.

Una cultura esculpida por la historia

Una vez parte de Malasia, Singapur cuenta con una rica historia que se remonta al siglo II. Fundada como un puerto comercial, Singapur aprovechó su posición geográfica para convertirse en uno de los establecimientos de comercio coloniales más exitosos de Gran Bretaña, así como un elemento clave de la estrategia militar de Gran Bretaña. Sir Stamford Raffles estableció el puerto de Singapur en 1819 y sentó las bases de uno de los países más exitosos del mundo. El legado de Sir Stamford sigue siendo muy vivo, y su quizás mejor representación sea el legendario hotel Raffles, que es una parada crucial para aquellos que deseen disfrutar del cóctel típico del país, el Singapore Sling. El rol del país como punto de tránsito, junto con las políticas de inmigración del Imperio Británico, dieron origen a una nación multicultural y dinámica, evidencia que puede verse apenas al aterrizar en el aeropuerto ultramoderno de Changi. El país comprende una población de indígenas malayos, chinos e indios, y un paseo por Singapur ofrece una visión relajante de las pagodas que cohabitan pacíficamente, templos hindúes, iglesias cristianas y mezquitas musulmanas. Además del mosaico de culturas, Singapur todavía mantiene una sensación occidental, que sin duda es uno de los mayores atractivos para los muchos occidentales que acuden al país como expatriados. La diversidad de Singapur también se refleja naturalmente en su oferta de alimentos ricos. No sería un eufemismo decir que el país y sus residentes son fanáticos de su comida ya que Singapur ofrece tanto restaurantes de alta calidad como asequibles pero deliciosos puestos de comida callejera por $ 5, conocidos como "hawker centres" ('hawkers' significa vendedores ambulantes en inglés), donde los lugareños y los turistas convergen al mismo tiempo. En Singapur, el espectro de restaurantes con estrellas Michelin es extremadamente amplio, con la comida estrella más barata que cuesta sólo $ 2 en el complejo de Chinatown (el barrio chino), el centro comercial más grande de Singapur.

Un estilo de vida para todas las edades

A diferencia de otras capitales cosmopolitas como Nueva York o Londres, el mayor activo de Singapur es que tiene un atractivo universal, ya sea que viajes solo, en pareja o en familia. El país es el hogar de una amplia variedad de empresas que cubren un amplio surtido de industrias, proporcionando tanto una gama única de aperturas dentro de una jurisdicción única, como oportunidades para los empresarios dispuestos a aprovechar un mercado regional dinámico. Para las familias, Singapur viene con asequibles y excelentes opciones de cuidado infantil, así como un sistema de salud que con frecuencia se alaba como uno de los mejores del mundo. Además, Singapur tiene un excelente sistema educativo y universidades de clase mundial, incluyendo sedes de reconocidas instituciones de renombre internacional. Singapur ofrece muchas opciones recreativas, desde sus exuberantes parques hasta las divertidas actividades de la isla de Sentosa, pero para aquellos que se preocupan de que Singapur es demasiado pequeño, el aeropuerto de Changi no está demasiado lejos ni tampoco las muchas compañías de bajo coste que proporcionan diariamente vuelos a los muchos lugares preciados de vacaciones del Sudeste Asiático. Para aquellos que buscan escapadas cortas del ajetreo y del bullicio de la ciudad, los ferris son una forma conveniente de organizar viajes a playas cercanas o a Indonesia. El clima ecuatorial de Singapur es generalmente cómodo, y nunca refresca en Singapur, aunque los altos niveles de humedad pueden ser sofocantes. Las tormentas eléctricas son también un fenómeno regular, pero la infraestructura de Singapur está lo suficientemente bien diseñada como para proporcionar refugio en períodos de lluvias fuertes. De cualquier manera, el sistema de transporte público, así como los muchos taxis, aseguran que siempre haya una cómoda manera de viajar.

Un viaje a Singapur

Muchos de los tesoros de Singapur son más bien experimentados en lugar de vistos. En un viaje de exploración, comienza tu día con una tostada Kaya de uno de los puntos de venta de Ya Kun Kaya antes de llegar a los jardines botánicos de Singapur y su rica variedad de plantas y flores. Camina hacia el complejo de Chinatown y haz la cola para probar una comida estrella de Michelin de 2 dólares en el "Hong Kong Soya Sauce Chicken Rice and Noodle". Para un ambiente de moda, dirígete a Haji Lane en el área de Kampong Glam, antes de abrirte camino a Little India, para un poco más de caos dentro de un perfectamente cuidado Singapur. Si las compras son lo tuyo, ve a Orchard Road, de lo contrario, relájate con una ginebra en la terraza del bar del hotel Fullerton Bay, con el complejo Marina Bay Sands a la vista. Haz una breve caminata a la aduana ("Customs House") por tapas o mariscos, y termina el día en la discoteca Ce La Vi, que ofrece unas vistas increíbles de la ciudad a 57 pisos de altura.