Impulsando el crecimiento a través de empresas extranjeras
En marzo de 2024, el Fondo Monetario Internacional (FMI) instó a China a reformar su mercado económico para revitalizar su economía. En ese momento, el país enfrentaba una crisis inmobiliaria sin precedentes y un alto desempleo juvenil (ambos problemas siguen siendo relevantes hoy en día). Además, las empresas extranjeras no han regresado a China en grandes números. En febrero de 2024, el gobierno publicó cifras que mostraban que las inversiones extranjeras directas en 2023 fueron de solo 33 mil millones de dólares, el nivel más bajo desde 1993. En contraste, en 2021, a pesar de una crisis sanitaria que perturbó las economías, las inversiones extranjeras en China alcanzaron los 350 mil millones de dólares.
1993 fue el año en que China comenzó su serie de reformas para abrirse internacionalmente. 2024 marca el año en que el país inició nuevas reformas para impulsar su economía después de haber ignorado inicialmente los llamados del FMI. Justificando su nuevo enfoque, el Partido Comunista Chino (PCCh) se reunió para la tercera sesión plenaria de su 20º Comité Central (del 15 al 18 de julio de 2024), recordando primero a todos su robusta salud económica. Este año, aspira a un crecimiento del 5%, aunque el Banco Mundial predice una desaceleración del 5,2% al 4,5%.
El "plan integral" de reformas del PCCh destaca varios objetivos: crear un entorno internacional más favorable para la "modernización china", fortalecer las asociaciones con "empresas externas", gestionar mejor las inversiones extranjeras, facilitar el comercio internacional, promover "asociaciones estratégicas" con otras potencias y construir una "economía global abierta".
El mercado chino y las oportunidades para empresas extranjeras
La Ley de Empresas de 2024 es indicativa del vasto plan de reformas de China. Aprobada en diciembre de 2023 y en vigor desde el 1 de julio de 2024, esta ley eclipsa otras disposiciones relacionadas con las empresas y se convierte en el texto de referencia. Su objetivo es facilitar las transacciones comerciales (incluidas las de empresas extranjeras), simplificar los trámites administrativos, proteger los derechos e intereses de los inversores y mejorar las normas de gobernanza. China quiere enviar un mensaje fuerte a las empresas extranjeras: está respondiendo a los rápidos desarrollos del mercado y puede ofrecer un entorno favorable para su crecimiento.
La empresa de software NielsenIQ captó el mensaje. Tracey Massey, su directora de operaciones, dice que China es uno de los mercados más "estratégicos". Según ella, las reformas contribuyen al crecimiento de las empresas extranjeras en China y al crecimiento chino a nivel mundial. Habiendo estado en el mercado chino durante 40 años, NielsenIQ afirma haber contribuido al éxito de la mayoría de las empresas de Fortune Global 500.
Wuxi, una ciudad cerca de Shanghái, es uno de los símbolos de la ambición china. Según cifras oficiales, Wuxi alberga a más de 7,200 empresas extranjeras. Más de 200 cuentan con el respaldo de empresas listadas en Fortune Global 500. Más que una vitrina, Wuxi representa el esfuerzo de China por abrirse internacionalmente. En mayo, la empresa belga Barco (entretenimiento, salud) abrió instalaciones en Wuxi. En febrero, Bridgestone se instaló en Wuxi, unos meses después de Schneider Electric (llegó en noviembre de 2023) y Panasonic (llegó en julio de 2023). AstraZeneca y el líder saudí de energía verde Envision Group también están dirigiendo su atención hacia Wuxi.
¿Puede China esperar un retorno masivo de trabajadores extranjeros?
Según el Ministerio de Comercio de China, entre enero y febrero de 2024 se establecieron 7,160 empresas con capital extranjero. Esto es un 34.9% más que el año anterior y el nivel más alto registrado desde el inicio de la pandemia. Según un informe de la Cámara de Comercio Alemana en China publicado en enero, el 90% de las empresas alemanas encuestadas planean continuar sus negocios en China. Más de la mitad de ellas tienen la intención de aumentar sus inversiones en China en los próximos dos años.
Actualmente, más de 5,000 empresas alemanas tienen su sede en China, sin mencionar las empresas francesas (más de 2,100), estadounidenses (8,619) y japonesas (más de 13,700). Las empresas extranjeras ya no se enfocan solo en las grandes ciudades, sino también en ciudades medianas y pequeñas para aprovechar al máximo el mercado chino.
Para los profesionales extranjeros, las reformas emprendidas por China pueden representar nuevas oportunidades. Muchos abandonaron el país, frustrados por la política de cero COVID. Desde entonces, se han levantado las restricciones, pero los trabajadores extranjeros aún tienen dificultades para regresar. Aunque China ha relajado su política de visas, prometido alivios fiscales para inversores extranjeros y emitido invitaciones a estudiantes internacionales, los resultados no son tan prometedores. En 2023, una encuesta de la Cámara de Comercio Europea en China reveló que los trabajadores extranjeros representaban solo el 10% de los empleados en la mayoría de las empresas extranjeras en China. 2024 comenzó con la misma tendencia. Los empleadores extranjeros están recurriendo cada vez más a los locales, lo cual es precisamente una de las estrategias del gobierno.
Las reformas de China deben manejarse con precaución
Sin embargo, para las empresas extranjeras, la escasez de trabajadores extranjeros puede obstaculizar su crecimiento. Dado que estos trabajadores vinculan la sede de la empresa extranjera con la empresa con sede en China, su presencia es crucial para entender el mercado chino y adaptar las estrategias de las empresas extranjeras. Mientras esperan el regreso de los expatriados, los empleadores extranjeros están contando los costos. Algunos sienten que los esfuerzos del gobierno no son suficientes, mientras que otros piden precaución. China recientemente ha sido noticia por endurecer la ley contra el espionaje, lo que infringe las libertades fundamentales y previene la conclusión de acuerdos legales, redadas y cierres de empresas extranjeras sin razones claras.
En última instancia, las empresas extranjeras están divididas. Por un lado, el mercado chino ofrece oportunidades reales de crecimiento. Por otro lado, representa una competencia intensificada, como en el caso de los vehículos eléctricos. Según la Agencia Internacional de Energía, el 45% de los autos eléctricos producidos este año serán chinos. China supera a Europa (25%) y a su gran rival estadounidense (11%). Los líderes tradicionales de la industria automotriz (Alemania, Japón y Estados Unidos) no están pidiendo inversiones masivas en China (el país no las necesita) sino medidas proteccionistas para frenar la expansión china.
Mientras tanto, Pekín continúa su política de modernización. Su reforma para atraer capital extranjero forma parte de un paquete de 300 medidas "capitales". El PCCh afirma que todas estarán completadas para el 80º aniversario de la fundación de la República Popular China.
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