Comienza con una conversación honesta
Explica a tu familia las razones detrás de la mudanza, los beneficios que puede traer, tus expectativas y las posibles dificultades. Haz todo lo posible por responder cualquier pregunta que puedan tener —y aborda todas sus preocupaciones. Pregunta sobre lo que les importa, sus anticipaciones y qué podrías hacer para facilitar esta transición.
Idea: Organiza una cena familiar donde discutas todo sobre la mudanza con tus seres queridos. Diles que formulen preguntas y haz tu mejor esfuerzo por responderlas todas – o busca soluciones si se plantean preocupaciones.
Involucra a tu familia en las decisiones que tomes – incluso si parecen menores
Haz todo lo posible por incluir a tu familia al discutir los detalles de la mudanza, la planificación e incluso la toma de decisiones menores. Esto les ayudará a sentirse escuchados y como "parte de un equipo". Y cuando las personas sienten que son parte del proceso de toma de decisiones, también es más probable que sientan un sentido de control y propiedad sobre la situación, en lugar de ser participantes pasivos arrastrados por una secuencia de circunstancias.
Idea: Haz una lista de todas las preocupaciones que tu familia pueda tener sobre la mudanza y busca soluciones en equipo.
Investiga juntos
La investigación es una gran parte de la planificación de tu reubicación – y de adaptarse más tarde. También es una gran oportunidad para descubrir la diversión en esta transición. Puedes asignar a cada miembro de la familia una tarea que les parezca interesante. Convertir tu reubicación en un proyecto familiar ayudará a añadir un sentido de aventura a lo que probablemente sería una experiencia bastante estresante.
Idea: Podrías pedir a tus hijos que investiguen los parques temáticos que les gustaría visitar en la zona o los restaurantes divertidos donde les gustaría comer.
Brinda a tus hijos una motivación extra
Los niños pueden necesitar un cuidado especial durante el proceso de reubicación. Tendrán que dejar atrás las rutinas a las que están acostumbrados y los alrededores que les son familiares. La parte más difícil de la mudanza puede ser despedirse de sus amigos, maestros y lugares de la infancia que aprecian.
Idea: Una buena manera de ayudar a tus hijos a adaptarse al nuevo entorno es convertir la experiencia en un juego. Anima a tus hijos a aprender palabras y frases en el nuevo idioma. Incluso conocer saludos simples puede ayudarles a construir nuevas relaciones más rápido y sentirse más "preparados" para su nueva vida. Aprender nuevas palabras puede ser una divertida competencia familiar, con cada uno de ustedes compitiendo para aprender más palabras antes de la cena familiar – y el ganador recibiendo un premio metafórico o real.
Encuentra una red de apoyo
No importa cuán seguro te sientas en tu capacidad para manejar la mudanza de forma independiente, tener una red confiable de personas a las que acudir en caso de sentirte abrumado puede ser invaluable. Y, aunque tu experiencia sea única, hay una lección que la mayoría de los expatriados aprenden tarde o temprano – todos estamos caminando un camino ya recorrido — y los compañeros expatriados pueden ser de gran ayuda mientras tú y tu familia se adaptan a un nuevo destino.
Buscar una comunidad en tu nuevo destino puede ser un paso significativo hacia la estabilidad — ya sea un grupo o foro de expatriados, reuniones internacionales o invitar a colegas expatriados a cenar.
Idea: Al construir tu red de expatriados, asegúrate de animar a los miembros de tu familia a desarrollar sus propias redes también. Tus hijos pueden hacer nuevos conocidos en la escuela o en la universidad, y tu pareja (si no está trabajando actualmente) podría conocer a nuevas personas en el gimnasio, en lugares de ocio, en grupos de padres, y más.
Anima a tu familia a explorar
Uno de los mejores aspectos de estar en el extranjero es que todo es nuevo. Hay innumerables cosas y lugares por explorar, que ni tú ni tu familia deberían perderse. Ayuda a tu familia a ver la inmersión cultural como una aventura. Cambia el enfoque de lo que dejas atrás a lo que estás ganando: nuevas experiencias, oportunidades, personas y destinos.
Idea: Pide a tu familia que te ayude a planear tu primer viaje o día familiar en tu nuevo destino. Anímales a investigar lugares interesantes, acudir a foros locales de expatriados para pedir ayuda, hacer mini-exploraciones en las cercanías, y más.
Lidera con el ejemplo
Como la persona que inicia la mudanza, también serás quien establezca el tono general. Cuando surjan desafíos, tu familia mirará primero tu reacción. En este momento, necesitas mantener la calma y una actitud positiva y abierta. Haz todo lo posible por abordar tu reubicación y cualquier cosa que venga con ella de la misma manera en que deseas que lo haga tu familia. Liderar con el ejemplo no significa que debas tener todas las respuestas o estar siempre de buen humor. Pero haz tu mejor esfuerzo por ser un ancla emocional estable para tu familia.
Idea: Siempre que enfrentes desafíos durante tu reubicación, organiza sesiones de lluvia de ideas con tu familia y busca soluciones juntos.
Mantente conectado con tu hogar
Aceptar cosas nuevas es una gran parte de la reubicación. Pero también lo es mantener el contacto con tu vida en casa. Asegúrate de que los miembros de tu familia puedan comunicarse fácilmente con sus seres queridos en casa y planifica sus viajes de regreso juntos. A menudo es importante para los nuevos expatriados saber que el hogar está a solo una llamada y un billete de avión de distancia.
Idea: Si viajar de regreso a casa con frecuencia es problemático debido a tu horario laboral, considera invitar a familiares de casa para que te visiten. Esta puede ser una gran manera para que tu familia mantenga el contacto. Además, tener a familiares o amigos que te visiten en el extranjero puede motivarte aún más a ti y a tus seres queridos a explorar tu nueva ubicación.
¿Pero qué pasa si tu familia no puede mudarse contigo?
La situación se complica aún más cuando tu familia no puede reubicarse contigo. Puede haber varias razones por las que esto podría ser el caso. Quizás tus hijos estén en la escuela y no puedan interrumpir sus estudios, o tu pareja puede tener un trabajo que no puede dejar. Cualquiera que sea la situación, reubicarse sin tus seres queridos puede ser muy difícil. Justificar la reubicación, así como ayudar a tu familia a adaptarse a la nueva situación de vida, se vuelve aún más complicado. Entonces, ¿cómo facilitas la transición para tu familia?
El mejor lugar para comenzar sería el mismo que en nuestro escenario anterior: tener una conversación honesta con tu familia sobre cómo la mudanza te beneficiará y por qué es la decisión correcta a tomar.
A continuación, organiza una sesión de preguntas y respuestas donde tus seres queridos puedan hacer cualquier pregunta que puedan tener o plantear cualquier preocupación. Tómate el tiempo para examinar todas ellas cuidadosamente. Si alguna pregunta ilumina problemas potenciales, organiza sesiones de lluvia de ideas para abordarlos junto con tu familia.
Planea cómo se verán mientras viven separados. Esto podría implicar programar visitas regulares, negociar viajes adicionales de regreso a casa con tu empresa, consultar con la escuela de tus hijos sobre opciones de educación en casa cuando estén en el extranjero, etc.
Decide la mejor manera de comunicarte cuando estén lejos unos de otros. Tal vez quieras establecer horarios para videollamadas —o tal vez haya una aplicación de chat que tu familia prefiera usar. Incluso podrías querer utilizar diferentes medios de comunicación en diferentes momentos del día. Haz todo lo posible por hacer que la comunicación sea sencilla.
Anima a los miembros de tu familia a seguir persiguiendo sus metas e intereses a pesar de su inusual situación de vida. Enfatiza el hecho de que esto es temporal, pero no tiene sentido que pongan sus vidas en pausa. Y cuando las cosas vuelvan a la normalidad, todos estarán más felices sabiendo que han utilizado este tiempo sabiamente para desarrollar sus intereses y objetivos.
En general, ayudar a tu familia a adaptarse a una nueva vida en el extranjero se trata de apoyo, motivación y honestidad. Aunque tú seas quien inicia la mudanza, al final del día, todos están juntos en esto. Haz todo lo posible por mantener a tus seres queridos involucrados en cada decisión, discutir los desafíos juntos y buscar soluciones. La reubicación puede ser una gran oportunidad para acercarlos aún más entre sí — y experimentar una aventura notable.