Debido a la rápida evolución del COVID-19, la mayoría de los países del mundo tuvieron que implementar controles fronterizos estrictos. Durante más de dos meses, solo se autorizaron la repatriación y los vuelos comerciales esenciales. El transporte marítimo y terrestre también se vio gravemente afectado, y todo esto tuvo un impacto significativo en la inmigración y la economía global en general. Hoy, muchos países se están preparando para levantar las restricciones fronterizas, pero bajo ciertas condiciones. ¿Qué significa eso?
La pandemia de coronavirus ha impactado los viajes y la inmigración de una manera sin precedentes. Europa, América, Asia y Oriente Medio establecieron una serie de restricciones fronterizas desde marzo para contener la pandemia, a pesar de que muchos países no alcanzaron su objetivo. Hoy, Estados Unidos es uno de los países más gravemente afectados con una cifra de muertos de más de 105,000. Recordarán que los Estados Unidos solo habían prohibido la entrada de ciertas nacionalidades al principio. Otros, como Australia, sólo autorizaron a sus ciudadanos y residentes en su territorio.
Sin embargo, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, las restricciones fronterizas están lejos de ser una medida eficiente para contener el coronavirus. Por lo tanto, los países de la Unión Europea ahora apuntan a impulsar los viajes solo dentro del área Schengen para limitar el impacto de la pandemia en la economía europea y en la vida social dentro de la región.
El impacto económico del COVID-19 en los viajes
La economía mundial depende en gran medida de los viajes, incluidos el turismo y la inmigración. Según las previsiones del Foro Económico Mundial, las pérdidas resultantes de la pandemia de coronavirus ascenderán a 253 mil millones de dólares en todo el mundo para el 2020. Vale la pena señalar que el turismo contribuye hasta un 10% a la economía de la UE. Por lo tanto, se espera una fuerte caída de $76 mil millones durante la temporada de verano, que es de junio a agosto. En el resto del mundo, se espera que el crecimiento del turismo disminuya entre un 5 y un 7%. Agrega a eso los riesgos de pérdidas de 25 millones de empleos en la industria de la aviación y pérdidas de 100 millones de empleos en las industrias de viajes y turismo.
Una reapertura gradual de las fronteras europeas
A partir del 15 de junio de 2020, nuevamente será posible que nacionales del Espacio Económico Europeo y los suizos puedan viajar dentro de la Unión Europea. Alemania será uno de los primeros países en reabrir sus fronteras a los ciudadanos de los países vecinos. Portugal también dará la bienvenida a ciudadanos de la UE y países de habla portuguesa como Brasil. Ten en cuenta que esta medida se aplica a los nacionales de 26 países miembros de la UE, así como al Reino Unido, Suiza, Islandia, Noruega y Liechtenstein. Alemania busca revivir la industria del turismo, que es uno de los principales motores de su economía. Otros países aún están negociando con las naciones vecinas sobre la reapertura de sus fronteras.
Dinamarca, por ejemplo, solo permitirá el turismo a los ciudadanos noruegos en su territorio. En Grecia, los ciudadanos de 29 países, incluidos algunos países no pertenecientes a la UE, podrán viajar allí por razones no esenciales. La República Checa y Hungría también acordaron permitir que sus ciudadanos viajen entre los dos países. En España, los viajeros de la UE sólo podrán ingresar sin tener que pasar dos semanas en cuarentena a partir del 1 de julio.
Medidas posteriores al COVID-19
Para impulsar la industria del turismo, muchos países han optado por levantar algunas de sus restricciones, como la cuarentena. De ahora en adelante, los viajeros solo tendrán que someterse a las pruebas del COVID-19. En Portugal, por ejemplo, algunas regiones han establecido comités especiales para recibir turistas internacionales desde el 1 de julio de 2020. Por lo tanto, los viajeros deberán someterse a una prueba COVID-19 dentro de las 72 horas antes de su salida de su país de origen o al llegar a Portugal. Estas pruebas serán totalmente respaldadas por las autoridades locales.
En el caso de los países nórdicos, las medidas se han tomado conjuntamente. Por lo tanto, los viajeros con síntomas de COVID-19 deberán aislarse y cuidarse a su llegada. También deberán cumplir con las instrucciones dadas por las autoridades locales y evitar las áreas de origen. En países bálticos como Lituania, Estonia y Letonia, los nacionales de terceros países serán puestos en cuarentena automáticamente durante 14 días a su llegada.
Australia y Nueva Zelanda también están siendo cautelosos. La frontera segura Trans-Tasman se estableció, no solo para la recuperación económica sino también para reiniciar sus sectores de turismo y transporte. Estas medidas se extenderán al resto de los países del Pacífico cuando la situación vuelva a la normalidad.
En otras partes del mundo
La entrada de ciudadanos extranjeros sigue prohibida hasta nuevo aviso en la mayoría de los países asiáticos. En Indonesia, solo se permiten residentes permanentes, trabajadores humanitarios y diplomáticos. Sin embargo, el país espera poder revivir su industria turística para octubre de 2020, dada la baja tasa de contaminación. La misma historia en Tailandia, donde no esperamos una recuperación antes de la cuarta mitad. Además, es probable que el acceso al territorio tailandés sea limitado por un período más largo, y algunos lugares seguirán restringidos incluso después de que se hayan levantado los controles fronterizos. Ten en cuenta que las restricciones a los vuelos comerciales internacionales, excepto los vuelos de repatriación, se han extendido hasta el 30 de junio.
En México, la frontera con los Estados Unidos permanece cerrada hasta el 22 de junio. Por el momento, solo se autorizan los vuelos esenciales.