La guerra entre Ucrania y Rusia lleva poco más de una semana. Los ataques son violentos y mantienen en vilo al mundo entero. Las fuerzas militares rusas comenzaron a atacar el 24 de febrero de 2022, a pesar de las llamadas de atención del Consejo de Seguridad de la ONU y el pedido de paz del presidente ucraniano. Hay diálogos que buscan el fin del enfrentamiento, pero hasta el momento no se bajan las armas. Estamos en medio de un hecho que se recordará con tristeza por toda la historia. Vemos fotos de edificios destruidos que nos hacen caer ante la realidad de los hechos, pero escuchar las historias de hispanos que lo viven en piel propia es todavía más espeluznante.
La paz parece lejana en estos días de desolación y angustia. El panorama no es agradable para nadie, y mucho menos para estos compatriotas expatriados que compartieron sus historias con el mundo a través de diferentes medios de comunicación.
Pato Bonato y Denise Garraza
Esta pareja de influencers argentinos se dedica a viajar por el mundo y compartir su historia de amor. A menudo publican la felicidad de su vida como nómadas digitales, pero el día en que estalló el conflicto bélico la historia fue diferente.
Llevaban ya varios meses viviendo en la ciudad de Lviv, donde algunos días antes habían dicho públicamente que no se respiraba ninguna tensión en las calles y se sentían seguros. Sin embargo, el día 1 de la guerra sus historias de Instagram dejaron a más de uno con la boca abierta. Tras oír las sirenas al amanecer supieron que era momento de intentar huir: el peligro era inminente. Después de un largo día de incertidumbre en terminales de buses y carreteras, la mañana siguiente llegaron a salvo a Polonia, junto con muchas otras mujeres y niños, pero muy pocos hombres, ya que las autoridades locales retuvieron a todos los varones ucranianos con quienes los influencers compartían el bus. Toda su odisea está documentada en un video de YouTube, que puedes ver aquí.
Alejando Ballestero
Este hombre español lleva tres años viviendo en una ciudad a unas cinco horas de Kiev. Si bien hasta el momento de su declaración no había habido bombardeos en el sitio en el que él se encuentra, contó en una entrevista para el Canal Cuatro de España que el clima era muy tenso. La noche anterior a sus declaraciones había tenido que bajar al refugio. Las amenazas ya eran moneda corriente, incluso tan solo en el día 4 del conflicto.
Él no forma parte de los 106 españoles que han sido repatriados. Ha formado una familia con una mujer ucraniana y decidió, por voluntad propia y como conocedor de las consecuencias, quedarse allí, junto a sus seres queridos. Mira la entrevista aquí.
Mariana Díaz
Esta chilena residente en Italia llegó a Ucrania hace cuatro semanas, con el fin de mostrar el conflicto desde el minuto cero en la zona de Donbass, donde empezó todo. Donbass es la frontera entre los dos países en cuestión, donde hace ya un mes que la situación estaba calentándose como un volcán a punto de estallar. Desde esa zona y a través de su Instagram compartía historias y relatos de las personas con las que hablaba y los desastres edilicios que este enfrentamiento ha dejado a lo largo de más de un siglo de disputa. También mostró la crudeza con la que viven allí los habitantes: la zona es de interés entre potencias mundiales principalmente por ser vía de acceso del gas ruso a Europa, pero sus habitantes pasan inviernos nevados sin acceso al gas y en casas con agujeros de bomba.
En el día de ayer, 03 de marzo, tuvo que ir a un refugio en Kiev. Fiel a su profesión de informante, fotografió el lugar y comentó en su Instagram: “Cuando parte la sirena sabes que en algún sitio no muy lejano de donde estás caerá una bomba. No hay cuerpo que resista a esto. Es como si varias veces al día te apuntaran con una pistola y que después de amenazarte no dispararan”. Síguela en Instagram.
Sol Macaluso
Esta periodista argentina radicada en España quiso escapar de Kiev el mismísimo día en el que empezaron los bombardeos. En su cuenta de Twitter y sus historias de Instagram mostró las larguísimas colas en los cajeros automáticos y gasolineras.
Lamentablemente, ese día no abandonó la ciudad: su destino como corresponsal era otro. Mientras daba una entrevista para el canal Noticias Telemundo se oían bombardeos a sus espaldas, y daba cuentas de los muchos niños que había en la zona, que era residencial y no de guerra. A la vez que mostraba los horrores de los ataques, documentaba también la calidez con la que la recibía y acogía el pueblo local, que le abría las puertas de sus hogares.
Al parecer, iba a ser repatriada a España, por lo que una madre ucraniana les suplicó a ella y a su equipo que se llevasen a su hija, sabiendo que la pequeña tendría mejores posibilidades de sobrevivir en tierras latinas. La niña llegó sana y salva, junto con gran parte de su equipo, pero Sol nos continúa informando desde el epicentro del conflicto en Lviv, con una valentía admirable y amor a la profesión. Síguela en Twitter.