Equivocarse es de humanos, sí, pero eso no quiere decir que tengamos que ser indeferentes a él. En este brevario resumo ciertas atitudes que frecuentemente manifiestan los expatriados. 10 errores comunes al emigrar y cómo ser asertivo.
Salir con aire pedante, altanero y sabelotodo que se tiene en el país de origen. Bajar el aire de grandeza, llegar con un espíritu igualitario.
Lanzarse a emigrar sin planificar presupuesto, sin prever pasaporte, visa, documentos personales, certificaciones, títulos. Acércarse directamente al Consulado del país al cual se va a emigrar y solicitar toda la información pertinente. Sacar toda la documentación necesaria para salir del país.
Pretender continuar con el mismo nivel de consumismo y nivel de vida. Entender que si se va a partir de cero, se deben bajar los niveles de consumo y gastos suntuosos.
Pensar que con la visa de turista se puede trabajar y obtener cedula de residencia. Para trabajar en otro país se debe tener visa para ello, y así se puede obtener cédula de extranjero y posteriormente de residencia.
Pasar por encima de las leyes y las autoridades. Respetar las leyes y autoridades
No respetar el país que da acogida, hacer comentarios y críticas destructivas. Ser agradecido y amable con el país anfitrión, enaltecer sus costumbres y adaptarse a su cultura, o por lo menos ser respetuoso.
Pensar que en otro país no hay gente preparada, capaz y trabajadora. Entender que hoy en día, hay acceso a la educación, a la información y hay profesionales, técnicos y artesanos que hacen un país grande.
Creer que se va a conquistar o colonizar. Emigrar sin pretensiones de querer cambiar una cultura; entender que cada país ya tiene su desarrollo, sus costumbres y se gana más adaptándose a ellos.
Creer que hay un Estado o Administración al margen de la ley, que permite cometer todo tipo de ilegalidades. Jamás pretender corromper o infringir la ley.
Esperar que quienes ya emigraron, le van a ayudar, o brindar hospitalidad. Planificar, hacer correctamente los trámites, búsqueda de empleo y valerse de toda la información que existe en internet para después no tener que pasar por necesidades precarias y poner en riesgo la vida, la libertad y la seguridad y a última hora tener que recurrir a la caridad pública.
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