¿Cómo enfrentarse la discriminación en el extranjero?

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Publicado el 2024-06-30 a las 17:50 por Asaël Häzaq
Cuando tu fantástica aventura en un país extranjero toma un giro equivocado, todo el sueño de vivir tu vida de expatriado al máximo puede desmoronarse. La discriminación puede manchar toda la experiencia, haciendo que tu vida diaria sea insoportable. ¿Qué deberías hacer con tus ambiciones profesionales y tu sed de descubrimiento? ¿Compromete la discriminación tu estancia en el país en su totalidad? ¿Deberías quedarte o irte?

Experimentar discriminación en un país extranjero

En 2016, una expatriada francesa en Tokio relató su "primera mala experiencia como extranjera". Estaba de pie en el metro cuando se abrieron las puertas y un hombre japonés quiso entrar, pero vaciló. "Me miró con una intensidad perturbadora. Parecía disgustado". El hombre rápidamente se dirigió a otro vagón. Estaba segura de que él evitó entrar por ella.

Impactada, se dio cuenta de que nunca había experimentado discriminación en Francia. "Soy blanca; nunca tuve problemas. Ahora entiendo lo que otros pueden sentir. A menudo hablamos de esto para inmigrantes negros o morenos, pero nunca lo apliqué a mí misma, a pesar de ser inmigrante en Japón. Aprendí mi lección". A pesar de esta y otras experiencias similares en Japón, no cuestionó su estancia. Sopesando los pros y los contras, decidió que estos incidentes de discriminación no eran suficientes para alejarla. "Vine a Japón para trabajar y aprender el idioma. Me quedé hasta lograr mi objetivo".

Ahora, de regreso en Francia después de un par de viajes más cortos a Nueva Zelanda y otros países europeos, recuerda con cariño su tiempo en Japón. "Fue mi primera estancia larga en el extranjero". Aunque enfrentó otras "experiencias menores desagradables" durante sus viajes, nada la disuadió de viajar. "Creo que otros pasan por cosas mucho peores a diario. Tal vez estoy haciendo un gran problema de una mirada de reojo cuando otros enfrentan cosas realmente horribles y no pueden decir nada".

Reconociendo la discriminación como expatriado

De hecho, otros expatriados soportan situaciones mucho más difíciles de manejar a diario. La discriminación puede ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento: en la calle, en el transporte o en el lugar de trabajo. El desafío para los extranjeros es primero reconocerla. No siempre es evidente cuando estás siendo discriminado.

En el lugar de trabajo, por ejemplo, podrías sentir la tentación de aceptar cosas generalmente inaceptables o ignorar "pequeños desaires" para mantenerte en buenos términos con tu empleador. Estos problemas pueden no estar siquiera relacionados con ser extranjero, sino con los aspectos técnicos del trabajo. Si bien los medios para abordar estos problemas pueden variar (dependiendo de las leyes del país contra la discriminación, abusos laborales, etc.), el daño psicológico puede ser significativo. La discriminación es particularmente insidiosa porque ataca la identidad del individuo: los expatriados son discriminados por su origen, género, discapacidad, etc. Se les niega su identidad, se les burla y se les quiebra.

Las consecuencias a largo plazo de tal entorno son evidentes. Es esencial reconocer que la discriminación no tiene que ser "dramática" o frecuente para ser clasificada como tal. Una vez que se establece la incomodidad y la vida diaria como expatriado se vuelve onerosa, es hora de reflexionar. Esta reflexión necesaria es difícil, ya que el expatriado enfrenta regularmente estas discriminaciones.

Tomando perspectiva a pesar de los desafíos de ser expatriado

La reflexión es crucial para tomar la decisión correcta y no reaccionar "en el calor del momento". Sin embargo, dependiendo de la gravedad de la situación, la acción inmediata es necesaria para la seguridad (contactando servicios de inmigración, por ejemplo), particularmente en situaciones que amenazan tu salud física y/o mental, como abuso, agresiones o violencia psicológica.

Después de identificar las causas de la incomodidad, considera cuánto afecta este sentimiento tu vida diaria en el extranjero:

- ¿Se ha vuelto la vida insoportable?
- ¿La incomodidad desaparece o persiste, incluso cuando no estás en situaciones incómodas?
- ¿Aún puedes disfrutar de cosas simples en tu ciudad de expatriado (paseos en barrios favoritos, etc.)?
- ¿Has formado amistades o relaciones? ¿Estas relaciones brindan alivio?
- ¿Recuerdas los primeros días de tu mudanza? ¿Eras feliz o no? ¿Cómo los recuerdas hoy? ¿Te sientes infeliz?
- ¿Tu confianza en ti mismo se ha visto afectada? ¿Te has vuelto fatalista?

La incomodidad persistente tiende a eclipsar todo, incluidas las situaciones alegres. Cuando cada día en el país anfitrión se vuelve difícil, obviamente comenzarás a preguntarte si deberías quedarte o irte.

Quedarse o irse: ¿Cómo decides?

Antes de responder a esta pregunta, comienza con la mentalidad correcta: ya sea que decidas quedarte o irte, tu vida como expatriado no ha sido un fracaso. A veces, las personas se quedan por las razones equivocadas. Quieren demostrar a otros que son valientes. No quieren ser los que se van, sino los que aguantan. Esta decisión a menudo tiene severas consecuencias psicológicas y físicas porque significa quedarse en contra de tu voluntad. Del mismo modo, irse con la mentalidad de ser "el que falló" tampoco es la opción correcta.

Tomar la decisión correcta significa pensar primero en ti mismo. ¿Cuáles eran tus sueños entonces y cómo han evolucionado? Para redescubrirlos o crear nuevos, podría ser prudente regresar a casa, mudarse a otro país o incluso quedarse pero alejarse del entorno tóxico (en casos de discriminación laboral, por ejemplo). Cualquiera que sea la decisión, debe venir con el apoyo necesario para recuperar la confianza en uno mismo y avanzar.