La pandemia de Covid ha puesto de manifiesto los fallos de los sistemas sanitarios de todo el mundo, como las disfunciones organizativas, la falta de infraestructuras y recursos humanos, el envejecimiento de la población, la escasez de competencias, los retos demográficos, etc. A esta ecuación, ya de por sí compleja, se añaden los expatriados, que también necesitan asistencia sanitaria.
¿Los expatriados añaden tensión al sistema sanitario de su país de acogida?
Singapur y Hong Kong tienen fama de contar con sistemas sanitarios modernos y de calidad. Sin embargo, la crisis político-social de Hong Kong no ha hecho más que empeorar las cosas. Cada vez más hongkoneses se trasladan a Singapur, que, en respuesta a la crisis de Covid, ha adoptado polémicas medidas para garantizar el empleo y la cobertura sanitaria de sus ciudadanos y residentes. Cabe destacar que casi el 30% de los expatriados en Singapur no pueden acogerse al sistema sanitario. Estos expatriados, por tanto, tienen que suscribir un seguro médico privado. Sin embargo, no todos ellos ofrecen cobertura en Singapur. Aun así, la presión sobre el sistema sanitario singapurense no se debe a los expatriados, sino a la crisis sanitaria, teniendo en cuenta también el envejecimiento de la población de Singapur.
Brasil está más abierto a los expatriados desde el inicio de la crisis. Además, su visado de nómada digital ha atraído a muchos extranjeros. Para evitar añadir más presión al sistema sanitario público, el gobierno brasileño ha trasladado su carga a la sanidad privada. Como el sistema sanitario brasileño tiene dos niveles, los expatriados tienen que contratar su propio seguro médico privado antes de mudarse. Aunque el sistema sanitario público ofrece atención universal a brasileños y expatriados, la infraestructura es deficiente y los tiempos de espera pueden ser largos. Ni que decir tiene que el sistema sanitario privado es conocido por su calidad de atención sanitaria y sus menores tiempos de espera. México y Argentina tienen problemas similares: las personas adineradas pueden permitirse los costes de la asistencia sanitaria, pero el resto tiene que lidiar con un sistema de salud pública desbordado.
¿Cómo se atiende a los expatriados?
Canadá y Francia, por ejemplo, tienen un acuerdo relativo a la prestación de asistencia sanitaria de calidad a los expatriados. Por lo tanto, los expatriados franceses en Canadá tienen derecho a la protección social canadiense, garantizada por la Ley de Salud de Canadá, que incluye la asistencia sanitaria gratuita en los médicos de cabecera y en los hospitales. También se reembolsan los medicamentos esenciales. Esto es una ventaja para los expatriados en Canadá, donde la asistencia sanitaria no es ni mucho menos barata. Pero hay que tener en cuenta que los costes de los distintos tratamientos varían según la provincia.
Mientras tanto, Singapur apuesta por la construcción de nuevos hospitales, residencias de ancianos y otros centros asistenciales, principalmente como respuesta a su reto demográfico. En 2020, el 16,8% de los 3,52 millones de singapurenses tendrán más de 65 años. La ciudad-estado apuesta, pues, por una "inmigración moderada" para reactivar su demografía. Además, anticipándose a las necesidades sanitarias actuales y futuras, Singapur introdujo el plan "Investigación, Innovación y Empresa 2020" para proporcionar fondos destinados a modernizar el sector sanitario, entre otras cosas.
Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) optaron por hacer obligatorio el seguro médico para los expatriados, teniendo en cuenta que el 90% de su población es de origen extranjero. Los expatriados en los EAU buscan asistencia sanitaria tanto en hospitales públicos como privados. Para aliviar su carga financiera, Dubai y Abu Dhabi también introdujeron un seguro obligatorio. De hecho, no tener un seguro médico es susceptible de ser multado, y los expatriados pueden perder su estatus de residentes. Los empresarios de Dubai están obligados a ofrecer una cobertura sanitaria mínima a sus empleados. Pero la mayoría de los expatriados consideran esta oferta demasiado limitada, por lo que optan por un seguro médico privado.
Dar respuestas a las desigualdades
Aunque los expatriados aún no suponen una carga real para los sistemas sanitarios, Singapur y Brasil mantienen la cautela. La crisis sanitaria les ha hecho ver que las reformas son muy necesarias para hacer frente a la creciente presión. Para los expatriados y la población local, la financiación parece ser el principal problema a la hora de tener derecho a una asistencia sanitaria de calidad o no. La pandemia de Covid no hizo sino reforzar esta desigualdad estructural.