El sector turístico está teniendo que reinventarse tras la pandemia. El golpe financiero de estos dos años ha hecho imprescindible idear formas novedosas de atraer a los viajeros y animarles a consumir localmente. La normalización del trabajo a distancia durante los cierres de Covid-19, así como el aumento de los trabajadores autónomos que dejaron sus empleos de 9 a 5 durante la Gran Resignación en Estados Unidos, ha transformado a los nómadas digitales en una clase de viajeros propia.
Muchos países están creando visados para nómadas digitales. Éstos conceden a los trabajadores a distancia que obtienen unos ingresos en el extranjero, normalmente de al menos 1.500 dólares al mes, el derecho a vivir en su país de 6 meses a 2 años. Este acuerdo tiene muchas ventajas para el país de acogida. Los trabajadores a distancia inyectan valiosas divisas en la economía al gastar no sólo en los gastos cotidianos (alquiler, comida, servicios públicos, etc.) sino también en ocio y hostelería: centros comerciales, restaurantes, complejos turísticos, etc. De este modo, estos "turistas de larga duración" pueden contribuir a acelerar la recuperación del sector de la hostelería.
Al mismo tiempo, los nómadas digitales no representan una competencia para los trabajadores locales, ya que no se les permite ser contratados localmente. Aun así, su conexión con la población local puede tender puentes culturales y fomentar el intercambio de conocimientos y experiencia. Tampoco suponen una presión sobre los servicios públicos del país, ya que suelen necesitar un seguro médico privado y no pueden optar a las prestaciones del Estado de bienestar.
Portugal y España lanzan visados para nómadas digitales de un año
En octubre de 2022, el gobierno portugués anunció el próximo lanzamiento de un nuevo visado para nómadas digitales denominado "visado de residencia para el ejercicio de una actividad profesional prestada a distancia fuera del territorio nacional".
Permite a los trabajadores a distancia de fuera del Espacio Económico Europeo (EEE) vivir en el país durante 12 meses siempre que ganen cuatro veces el salario mínimo del país. En la actualidad, es de 2.800 euros (unos 2.750 dólares) al mes. Por supuesto, tienen que ganarlo en una empresa con sede en otro país o con contratos de autónomo fuera de Portugal. Al cabo de un año, pueden solicitar la residencia si desean permanecer más tiempo en el país.
Este nuevo visado complementa el ya existente visado portugués D7 de ingresos pasivos, que permite a los expatriados no pertenecientes al EEE hacer lo mismo, con la principal diferencia de que los titulares del D7 sólo necesitan contar con ingresos pasivos: pensiones, alquileres, rendimientos de inversiones, etc. En cambio, los nómadas digitales tienen que ganar dinero trabajando activamente. Los titulares del visado D7, muchos de los cuales son jubilados, también tienen un requisito de ingresos menor: sólo el salario mínimo.
Portugal es un destino popular entre los expatriados debido a su pertenencia a la Unión Europea, su bajo coste de vida, su clima soleado, su historia y arquitectura, y su estilo de vida relajado impregnado de saudade (bella melancolía). Sin embargo, tiene un sistema burocrático notoriamente enrevesado. En Euronews, algunos expatriados dicen que su entusiasmo por este nuevo visado para nómadas digitales se ve empañado por la conciencia de que podrían tener que enfrentarse a un montón de papeleo para conseguirlo realmente. Las autoridades portuguesas todavía tienen que dar más detalles sobre el procedimiento de solicitud, incluida la fecha de lanzamiento.
El país vecino de Portugal, España, también anunció un visado nómada digital similar a principios de 2022. Este visado también tendrá una validez de un año, pero podrá renovarse por un máximo de 5 años. Todavía no se ha comunicado el umbral mínimo de ingresos, pero es probable que se sitúe en torno a los 2.000-3.000 euros, de forma similar a Portugal. También es probable que ofrezca exenciones fiscales y -algo inusual en este tipo de visado- permita a los nómadas obtener parte de sus ingresos dentro de España, informan Forbes y Euronews. Como incentivo, los nómadas tributarán sólo el 15% en lugar del 25% durante sus primeros cuatro años, y probablemente se les permitirá obtener un máximo del 20% de sus ingresos de empresas españolas. Por último, el cónyuge y los hijos a cargo del titular del visado también podrán reunirse con él sin necesidad de una solicitud adicional.
España presume de tener una de las conexiones a Internet más rápidas de Europa, lo que facilita que los nómadas digitales puedan trabajar desde cualquier lugar, incluso desde pequeñas ciudades y pueblos. En cuanto a las ciudades, Barcelona, en particular, está intentando transformarse en un centro tecnológico acogiendo a las startups y a los nómadas digitales. El motivo es depender menos del turismo, que ha sido una industria poco fiable desde la pandemia.
Costa Rica quiere transformar a los turistas habituales en nómadas digitales
En otra parte del mundo, Costa Rica también intenta aprovechar la tendencia del nomadismo digital. Este pequeño país centroamericano cuenta con un clima soleado, una increíble biodiversidad, bajos impuestos y estabilidad política. La Oficina de Turismo del país se ha dado cuenta de que algunos turistas que repiten (es decir, que visitan el país más de una vez) son en realidad nómadas digitales. La Junta ha decidido reconocerlos formalmente creando un visado para nómadas digitales.
El visado de nómada digital de Costa Rica (DNV) exige unos ingresos mensuales en el extranjero de 3.000 USD para una sola persona, lo que es más alto que en Portugal. Si los solicitantes traen a sus familias, necesitan ganar 4.000 USD al mes. El umbral de ingresos elevados pretende garantizar que estos nómadas no sólo tengan dinero para los gastos básicos, sino que, sobre todo, dispongan de ingresos para gastar en ocio y hostelería. De este modo, pueden actuar como turistas en estancias prolongadas e impulsar la economía.
El DNV permite a los nómadas permanecer durante tres meses iniciales y luego prolongar su estancia hasta dos años. En cambio, un visado de turista normal tiene una validez de 90 días. A diferencia de los visados español y portugués, que aún se están ultimando, el DNV costarricense ya ha empezado a tramitar las solicitudes desde julio de 2022. Aunque está abierto a trabajadores remotos de todas las nacionalidades, las autoridades quieren dirigirse especialmente a los estadounidenses. El ministro de Medio Ambiente del país, Carlos Manuel Rodríguez, ha dicho que si consiguen atraer al 0,5% de los 3 millones de trabajadores remotos de Estados Unidos, habrán cumplido sus objetivos económicos.