Todo expatriado se ha visto probablemente sorprendido o incluso chocado por algunos aspectos del modo de vida de su país de acogida. La comida, las relaciones laborales, la cultura son algunas de las pequeñas particularidades cotidianas con las que hay que aprender a convivir. Pero a veces, algunas cosas no pasan... otras son incompatibles con nuestros valores. ¿Qué debes hacer cuando no eres capaz de aceptar los aspectos negativos de la cultura de tu país de expatriación?
Cuando la comida de tu país de expatriación no se adapta a tus papilas gustativas
Arroz que no se parece en nada al que estás acostumbrado a comer, queso que sólo es queso de nombre, pan que tiene aspecto de papel... La vida de expatriado viene con su cuota de experiencias culinarias; sin embargo, algunas son más alegres que otras. También puede haber momentos en los que eches de menos la comida de tu país. Las buscarás en vano en el país de acogida, y a veces puede que las encuentres, pero no tienen nada que ver con aquello a lo que estás acostumbrado. Lo peor de todo es que no puedes preparar tu propia comida casera, ya que muchos de los ingredientes utilizados no están disponibles localmente. ¿Es ésta una razón válida para hacer las maletas? Afortunadamente, no.
El número de expatriados decepcionados por la profusión de restaurantes de comida rápida en Estados Unidos ha crecido en legión. Pero no se han ido del país por eso. Estados Unidos no es una hamburguesería gigante, y también abundan las verduras frescas. Otros se traumatizan con el sabor de los platos picantes tailandeses, mexicanos, indios o coreanos. Y tampoco en este caso el choque cultural les empuja a abandonar el país. En cambio, para las personas enfermas, con intolerancias alimentarias o que deben seguir dietas estrictas, puede resultar más complicado. De ahí que sea esencial conocer de antemano las prácticas alimentarias del país de acogida. La vida de expatriado consiste en descubrir y adaptarse. Hay que esforzarse por adaptarse si no se está preparado para seguir a la multitud.
Trabajar en el extranjero: Algunas prácticas chocantes
La mentalidad anglosajona se basa en la flexibilidad. En Canadá, las puertas del mercado laboral están siempre abiertas de par en par, porque pueden cerrarse con la misma rapidez. Los extranjeros que no están acostumbrados al sistema se escandalizan a veces por esta dureza. En el Reino Unido y Estados Unidos rige el mismo principio. En Estados Unidos, incluso el llamado "sueño americano" ha sufrido serios reveses, y los extranjeros se sienten abandonados a su suerte. El país es conocido por su falta de protección social. El gasto sanitario más insignificante puede suponer una sangría para el presupuesto de quien no tenga un seguro médico adecuado.
En Japón y Camboya, las condiciones laborales son bastante frustrantes para los expatriados más ambiciosos. No hay que pensar en brillar tomando la iniciativa. De hecho, está mal visto, igual que hablar en un tono alto o ser demasiado demostrativo. Así que si eres una persona extrovertida, será mejor que tengas esto en cuenta. Sin embargo, no es una razón de peso para abandonar el país. Al contrario, tienes todas las de ganar si comprendes la cultura de tu nuevo país para integrarte mejor.
Cuando tu país de acogida no respeta los derechos humanos
El no respeto de los derechos de los trabajadores extranjeros y las sospechas de esclavitud han hecho furor en Qatar mucho antes de la Copa Mundial de la FIFA 2022. Amnistía Internacional no ha dejado de alertar a otras organizaciones internacionales. Trasladarse a Qatar puede suscitar dudas. Preocupan el carácter artificial del país, el lujo exagerado y las diferencias de trato entre los expatriados "de cuello blanco" y otros llamados "emigrantes", que también han venido a trabajar al país. Esta forma de discriminación puede resultar molesta. Las mismas cuestiones se plantean en China, cuya política tiende a controlar la libertad individual.
De hecho, la economía no lo justifica todo. Es difícil trabajar con serenidad en un país que practica abiertamente la discriminación. Otros dirán que las desigualdades existen en todas partes y que hay que vivir bien. Sin embargo, hay una diferencia entre un régimen democrático y un régimen autoritario. Muchos extranjeros han abandonado China en los últimos años a causa de sus prácticas. Muchos también han abandonado Hong Kong mucho antes de la pandemia y lamentan la ciudad pacífica que conocían.
¿Debo irme o debo quedarme?
Depende del impacto de las molestias en tu vida cotidiana. ¿Es algo con lo que puedes lidiar? ¿Realmente te enfrentas a ello a diario? ¿Le molesta lo que está presenciando?
Si la vida en tu país de acogida se vuelve insoportable (me vienen a la mente la política china y rusLoa), entonces puede que te preguntes si debes quedarte o no.
Normalmente, los extranjeros se esfuerzan por aprender y comprender la cultura, la comida, la forma de hacer las cosas, las costumbres, el gusto por la ropa, etc. del país de acogida. En resumen, hay que redescubrirlo todo. En lugar de rechazarlo todo, el expatriado debe tener en cuenta que él mismo procede de un lugar desconocido desde la perspectiva local. Definitivamente, no todo les va a gustar, y ése nunca fue el objetivo cuando decidieron trasladarse a una tierra extranjera. Algunas prácticas pueden seguir siendo un misterio, pero a pesar del shock, se espera que mantenga la mente abierta y trate de adaptarse en la medida de lo posible.