Encontrar un alojamiento adecuado será una prioridad a la hora de planificar su traslado al extranjero. Es importante comprender que el panorama del alojamiento puede variar significativamente de un país a otro, con diferentes tipos de alojamiento y distintos niveles de servicios incluidos. Veamos algunos de los matices que pueden observarse en los distintos países.
Entender las diferencias de alojamiento entre tu país de origen y el de acogida
Entender las normas y matices de un nuevo país en materia de alojamiento en comparación con las costumbres con las que estás familiarizado puede ser todo un reto. Nuestras percepciones suelen estar influidas por la reputación del destino o la cultura en la que hemos crecido. Por ejemplo, programas de televisión populares como Friends o la película L'Auberge Espagnole pueden dar la impresión de que compartir casa está muy extendido en todo el mundo. Sin embargo, es importante darse cuenta de que, a pesar de su popularidad, este estilo de vida no es la norma en todas partes. Por lo tanto, es crucial planificar, investigar las prácticas habituales en función de sus circunstancias (estudiante, profesional, nómada digital, familia con hijos, etc.) y mantener una actitud abierta y flexible.
Entender los matices puede ser todo un reto y dejarte con muchas preguntas: ¿Qué cubre el alquiler? ¿Cuáles son las responsabilidades del propietario y del inquilino? ¿Cómo se dividen las facturas? ¿La vivienda estará amueblada o sin amueblar? Sin duda, lo mejor es pedir información a la población local o a los expatriados que ya viven en la zona. Además, los foros oficiales, los servicios gubernamentales y su embajada o consulado pueden proporcionarle respuestas valiosas y una imagen más clara de las diferencias entre su país de acogida y su país de origen.
Países en los que el alojamiento compartido es menos habitual
Elaborar una lista exhaustiva de países en los que el alojamiento compartido no es habitual es una tarea de enormes proporciones. En las últimas décadas, el alojamiento compartido se ha hecho cada vez más popular en todo el mundo, impulsado por el aumento del coste de la vida. Sin embargo, en algunos países las opciones de alojamiento compartido son limitadas o inexistentes, a menudo debido a factores culturales o religiosos.
Por ejemplo, la cultura japonesa hace hincapié en la vida individual y familiar, y el alojamiento compartido es relativamente raro. Sin embargo, en los últimos años ha habido excepciones, sobre todo en las grandes ciudades, donde los estudiantes internacionales y los expatriados a veces pueden encontrar alojamiento compartido.
En Arabia Saudí, las prácticas de alojamiento giran principalmente en torno a la segregación por sexos, lo que da lugar a viviendas que suelen estar segregadas por sexos, lo que limita la disponibilidad de espacios de vida compartidos. Aunque poco común, la covivienda existe de forma limitada.
En algunas partes de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), como Dubai, las leyes y costumbres locales suelen favorecer la convivencia de familias y parejas casadas. Compartir alojamiento con personas ajenas a la familia es menos habitual, por no decir prácticamente inexistente.
Singapur es conocido por su caro mercado inmobiliario y su espacio limitado. La mayoría de las viviendas son pisos subvencionados por el gobierno, conocidos como Housing and Development Board (HDB), diseñados principalmente para familias. Por ello, las opciones de alojamiento compartido son limitadas. Sin embargo, hay pisos de propiedad privada donde, al igual que en Japón, los expatriados pueden encontrar oportunidades para vivir juntos.
Alojamiento con o sin servicios incluidos
Una de las diferencias notables entre países (e incluso ciudades) es la gama de servicios incluidos en el alojamiento. La clave está en comprender e identificar estos matices en función del destino. Algunos apartamentos o casas vienen completamente amueblados, y el alquiler anunciado incluye todos los servicios, mientras que otros vienen sin amueblar, lo que requiere un presupuesto adicional para el mobiliario. Algunos alquileres sólo cubren los gastos relacionados con la propiedad, como el agua, el gas o la electricidad, que deben pagarse aparte. En estas prácticas influyen las preferencias de los inquilinos, las normas del país y factores culturales.
Países con alquileres todo incluido
Exploremos los países conocidos por sus paquetes de alquiler de vivienda con todo incluido. En algunos estados norteamericanos, sobre todo en ciudades bulliciosas como Nueva York, es habitual encontrar alojamientos que incluyen agua, electricidad, calefacción, acceso a Internet y, a veces, incluso televisión por cable. Del mismo modo, en ciudades canadienses como Toronto, Vancouver y Montreal, los propietarios suelen ofrecer alquileres que incluyen la mayoría de los servicios, acceso a Internet e incluso servicios adicionales como lavandería compartida.
En Europa, países como Francia, Alemania, España, Italia y los Países Bajos también ofrecen una gama de apartamentos con servicios completos. La disponibilidad y el alcance de estos servicios pueden variar en función de la situación geográfica y de las normas imperantes en el mercado inmobiliario.
En Japón existe un tipo de vivienda conocida como "mansión" o "apaato". Estos apartamentos privados vienen con una serie de servicios incluidos en el alquiler, como agua, electricidad, calefacción, internet y, a veces, incluso el mantenimiento de las zonas comunes del edificio.
Por último, en Sudamérica, sobre todo en Argentina, Brasil y Chile, se pueden encontrar alojamientos con todos los servicios incluidos.
Países en los que los servicios están separados del alquiler
En el Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia, es frecuente encontrar pisos o casas en los que las facturas de servicios como el agua, la electricidad, el gas e Internet están separadas del alquiler. Esta tendencia también se extiende a países del sudeste asiático como Tailandia, Vietnam y Filipinas.
Sin embargo, no se trata de una regla absoluta, ya que pueden encontrarse excepciones en distintos lugares. La situación también evoluciona y se ve influida por las condiciones económicas de cada país y región. Por ejemplo, el alojamiento compartido ganó popularidad después del año 2000, y algunos países aún están en las primeras fases de adopción de esta práctica, que a menudo atrae a los jóvenes expatriados.