Evalúe los pros y contras de los países que ha visitado
Antes de tomar una decisión final, es crucial realizar una evaluación exhaustiva. La idea de establecerse permanentemente suele surgir de experiencias profundas mientras se vive en el extranjero. A menudo, un país extranjero pasa de ser una residencia temporal a convertirse en un hogar querido. La pregunta clave es: ¿qué país será el lugar donde finalmente se establezca? ¿Ha vivido en uno o más países extranjeros? ¿Cuánto tiempo lleva considerando este traslado permanente? Comience con una evaluación objetiva de sus experiencias viviendo en el extranjero. Si bien las emociones y sentimientos son importantes—y volveremos a ellos—, no deben eclipsar una revisión clara de los pros y los contras de los países en los que ha vivido.
Preguntas a considerar:
- ¿Cuál fue su experiencia con el proceso de inmigración? ¿Tuvo algún desafío?
- ¿Ha trabajado en el extranjero, y si es así, en qué campo?
- Reflexione sobre sus experiencias laborales en el extranjero, incluyendo el ambiente de trabajo y sus relaciones con colegas y gerentes. ¿Había oportunidades profesionales disponibles para usted?
- ¿Su empleo le permitió mantener un estilo de vida cómodo en el extranjero, según sus estándares?
- Evalúe las situaciones de vivienda y económicas en los países en los que ha vivido. ¿Cuál era el clima sociopolítico? ¿Experimentó alguna dificultad financiera?
Evalúe sus finanzas personales
Decidir vivir permanentemente en el extranjero requiere una evaluación realista de su situación financiera actual. Es crucial basar esta evaluación en sus ingresos y activos actuales, en lugar de depender de posibles ingresos futuros, para garantizar un proceso de toma de decisiones fundamentado.
Preguntas a considerar:
- ¿Es esta la primera vez que evalúa a fondo sus finanzas personales, o es parte de su rutina habitual?
- ¿Está actualmente empleado o en proceso de búsqueda de empleo?
- ¿Tiene ahorros y cómo están distribuidos (por ejemplo, cuentas de ahorro, inversiones)?
- ¿Cuál es su capacidad para ahorrar mensualmente?
- ¿Está preparado para una emergencia financiera?
- ¿Tiene deudas o préstamos pendientes? ¿Ha asegurado un seguro de vida?
- Reflexione sobre su ingreso disponible en los países en los que ha vivido después de cubrir todos los gastos. ¿Este ingreso le permitió vivir cómodamente de acuerdo con sus estándares?
- Finalmente, considere sus hábitos financieros: ¿es más gastador o ahorrador?
Proyéctese en el futuro: 5, 10, 20 años
Vivir permanentemente en el extranjero requiere pensar a largo plazo. Sus experiencias en el extranjero probablemente le han brindado una comprensión más clara de lo que implica vivir en otro país. Múltiples experiencias como expatriado pueden enriquecer esta perspectiva, pero incluso una sola estancia en el extranjero puede ser suficiente para tomar una decisión informada. Quizás se haya enamorado de un país de acogida o haya soñado durante mucho tiempo con vivir en algún lugar específico. Ahora, es esencial equilibrar esos sueños con las realidades prácticas de vivir en el extranjero a largo plazo.
Preguntas a considerar:
- ¿Cuántos años tiene y a qué edad planea mudarse permanentemente al extranjero?
- ¿Es elegible para un permiso de residencia permanente en los países en los que ha vivido, y existen factores complicados como requisitos de edad o ingresos?
- ¿Su profesión es demandada en el extranjero, y cómo podría afectar el desarrollo de la IA?
- ¿Posee títulos o habilidades especializadas y raras?
- ¿Puede verse trabajando en su profesión actual en el extranjero durante los próximos 10 o 20 años, y si es así, por qué?
- ¿Está contemplando un cambio de carrera mientras está en el extranjero?
- ¿Qué tipo de sistemas de pensiones tienen los países que está considerando?
- Si su trabajo es físicamente exigente, ¿podrá sostenerlo durante otra década o dos?
- ¿Cómo abordan los posibles países de acogida el bienestar laboral y el reconocimiento de los trastornos musculoesqueléticos?
Escuche sus emociones
Planificar una vida en el extranjero no se trata solo de cumplir con criterios objetivos. Sus emociones son una parte vital de la ecuación. Puede cumplir con todos los requisitos para vivir en un país—su profesión es demandada, el ingreso es bueno, hay muchas oportunidades profesionales y es elegible para la residencia permanente—, pero si no se siente bien, su felicidad puede verse comprometida. Muchos expatriados han dejado países que eran “objetivamente adecuados” pero que simplemente no les convencían emocionalmente. Las ganancias profesionales por sí solas no fueron suficientes para hacer que se quedaran. Equilibrar estos factores objetivos con sus respuestas emocionales es crucial para tomar la decisión correcta y encontrar la verdadera satisfacción en el extranjero.
Considere a sus seres queridos
Al planear vivir permanentemente en el extranjero, recuerde incluir a sus seres queridos en sus consideraciones. Aunque la decisión final recae en usted, sus ideas y sentimientos son invaluables. Discuta sus intenciones e involúcrelos activamente en el proceso de toma de decisiones. Su perspectiva es crucial, incluso si no se mudarán con usted. Reflexione sobre mudanzas anteriores, incluso a ciudades o regiones cercanas, donde prometió mantenerse conectado con sus seres queridos. Las rutinas diarias a menudo hacen que mantener el contacto sea un desafío, y la distancia puede hacer que la comunicación parezca una tarea. Este efecto se magnifica al vivir en el extranjero. Revise sus experiencias pasadas viviendo en el extranjero: ¿cómo mantuvo las relaciones con sus seres queridos? ¿Cómo manejaron ellos su ausencia? Inicie conversaciones abiertas sobre sus sentimientos y su conexión con el país extranjero que está considerando.
Haga compromisos
Apunte a una elección equilibrada en lugar de esperar un país que cumpla con todos sus criterios. Por ejemplo, si las cuestiones ambientales son una prioridad para usted, podría evitar países con políticas ambientales laxas, a menos que su objetivo sea mudarse allí y liderar un movimiento ecológico.
El compromiso adecuado implica equilibrar cuidadosamente su situación objetiva, sus aspiraciones personales, sus necesidades emocionales y las condiciones del país que está considerando. También significa tener en cuenta el impacto en sus seres queridos. Elegir vivir en un país cercano que se alinee con sus valores puede ser más atractivo que buscar una vida idealizada en una tierra lejana, especialmente si esto le ayuda a mantener fuertes conexiones con familiares y amigos. Encontrar este equilibrio es clave para seleccionar un lugar que realmente satisfaga sus necesidades y deseos.