El 12 de octubre, la declaración del Primer Ministro belga parecía un Plan Marshall. El objetivo es reducir los costes presupuestarios al tiempo que se relanza el empleo en el país. Aunque el Primer Ministro no ha mencionado a los expatriados, esto no significa que la reforma fiscal los vaya a librar. Entonces, ¿qué cambia en 2022 y qué deben esperar los expatriados?
Nueva reforma fiscal en Bélgica
Para el Ministro de Hacienda, Vincent Van Peteghem, "algunas cosas no pueden esperar". Sin embargo, la Unión Europea no tiene prisa por aplicar este tipo de medidas, teniendo en cuenta la pandemia y la crisis económica que afectó significativamente a los presupuestos de todo el mundo. Pero Bélgica parece decidida a hacer un esfuerzo. Según el Ministro de Hacienda, se espera que la reforma fiscal reduzca el déficit presupuestario al -3,1% (desde el 5,4% actual). El Primer Ministro Alexander De Croo precisa que el Gobierno ha decidido hacer un esfuerzo de 2.400 millones. Mientras la oposición guarda silencio sobre estas medidas, la coalición de Vivaldi desea consolidar las finanzas públicas. Además, la coalición gubernamental destaca el esfuerzo realizado para apoyar a las clases medias (rebajas fiscales por valor de 1.200 millones de euros), mientras que grava más a los más pudientes. El caso de los futbolistas fue destacado en los medios de comunicación belgas, pero hay poca información sobre los expatriados y cómo les afectará la reforma.
¿El fin del régimen fiscal especial para los expatriados?
La nueva reforma fiscal es una seria preocupación para los expatriados en Bélgica y para cualquiera que quiera trasladarse al país. Esto significa que las contribuciones fiscales serán probablemente más altas. Hasta ahora, los expatriados en Bélgica se han beneficiado de un régimen favorable, regido por la ordenanza del 8 de agosto de 1983. En este marco, los expatriados tienen derecho, en particular, a una reducción de los impuestos sobre la renta en determinadas condiciones. Incluso pueden beneficiarse de deducciones sobre determinadas rentas imponibles. En cuanto a los expatriados que tienen un contrato de corta duración, otra ventaja es que el tipo de impuesto sobre la renta que pagan depende del número de días que hayan trabajado. Pero es muy probable que las cosas cambien con esta nueva reforma fiscal.
En febrero de 2021, el gobierno belga ya avisó de que el régimen fiscal especial para extranjeros llegaba a su fin en 2022. Esta medida podría suponer unos 35 millones de euros para el gobierno federal. Las deducciones fiscales tendrían un tope de 90.000 euros sobre la renta imponible, según las profesiones. El Gobierno belga también pretende casi duplicar el umbral del salario mínimo para beneficiarse de estas ventajas. Sin embargo, se trata de meras propuestas que aún deben ser aprobadas por el Parlamento.
Según el gobierno de Vivaldi, esta reforma fiscal acabará con un régimen obsoleto y se ajustará por fin a las directivas europeas que pretenden prohibir las ventajas selectivas a las empresas. Teniendo en cuenta la pandemia, la crisis económica y los papeles de Pandora, Bélgica envía una señal clara y fuerte. Un mayor control permitirá una mejor representación de la carga fiscal y la redistribución de la riqueza.