¿Qué es el visado de posgrado?
En 2012, el primer ministro británico, David Cameron, eliminó los derechos de trabajo automáticos tras la graduación para los estudiantes internacionales en un esfuerzo por frenar la inmigración. Este visado existió de alguna forma entre 2004 y 2011. En julio de 2021, el Gobierno de Boris Johnson, del mismo partido conservador que Cameron, decidió restablecer estos derechos en el marco del visado para graduados.
Este visado otorga a todos los graduados internacionales de las universidades británicas el derecho automático a permanecer en el Reino Unido durante 2 años tras su graduación. No necesitan una oferta de trabajo, pueden trabajar fuera de su especialidad (incluso en empleos "poco cualificados" en hostelería, comercio minorista o cuidado de personas) y sus familiares a cargo (cónyuge, hijos) pueden quedarse con ellos.
La creación del visado para titulados superiores impulsó las solicitudes de estudiantes extracomunitarios. El gobierno británico se propuso atraer a 600.000 estudiantes internacionales en 2022, pero en realidad se matricularon 680.000 estudiantes de grado y posgrado, según la Agencia de Estadísticas de Educación Superior. Se ha superado el objetivo en casi 100.000.
Los estudiantes nigerianos e indios son los que más han aumentado. La consultora educativa Total Student Care informa de que casi 66.000 nigerianos vinieron a estudiar al Reino Unido en 2022, frente a solo unos 8.000 en 2019. El PIE News informa de que las solicitudes de estudiantes estadounidenses también han aumentado moderadamente desde que se puso en marcha el visado para graduados. Unos 7.000 estadounidenses presentaron su solicitud a través de la plataforma UCAS (Universities and Colleges Admissions Service) en 2021, frente a solo unos 4.000 en 2019. Solo el número de solicitudes procedentes de China se ha estancado debido a la reciente reapertura total de sus fronteras.
El visado para graduados beneficia tanto a los futuros expatriados como a la economía británica
Las tasas de matrícula de los estudiantes internacionales en el Reino Unido se encuentran entre las más altas del mundo. Para el otoño de 2023, oscilan entre 15.000 y 32.000 libras anuales. Los estudiantes internacionales que se autofinancian pueden considerar que se trata de un sacrificio económico que merece la pena si saben que después podrán trabajar en el Reino Unido durante un par de años. Tanto Nigeria como la India, por ejemplo, tienen monedas mucho menos potentes que la libra esterlina. El sacrificio económico que hacen suele ser mayor que el de los estudiantes estadounidenses o europeos.
Alan Manning, profesor de economía de la London School of Economics, escribe en la Electronic Immigration Network que ganar libras trabajando a tiempo parcial durante los estudios y a tiempo completo durante al menos dos años después de graduarse es suficiente para recuperar el coste de los estudios, e incluso para pagar los préstamos educativos que hayan recibido en su país. Subraya que las "universidades británicas no sólo venden educación, sino también, en parte, permisos de trabajo".
Manning también subraya que las elevadas tasas de matrícula de los estudiantes internacionales financian, a su vez, la educación de los ciudadanos británicos (que pagan un 50% menos) y la investigación que se lleva a cabo en estas universidades. El Russell Group, asociación de las principales universidades británicas de investigación, analizó el impacto económico que los estudiantes internacionales tienen en el Reino Unido. Descubrieron que, de media, cada estudiante genera un total de 132.000 libras para la economía británica. Afirman que cada cohorte de estudiantes internacionales aporta 25.900 millones de libras a la economía, incluso después de deducir el coste que suponen para el Estado.
Reducir los derechos laborales tras los estudios podría ser un duro golpe para los sueños de los estudiantes internacionales de trabajar en el Reino Unido
¿Cómo piensa Suella Braverman, Ministra del Interior, modificar este visado? The Times informa de que está presionando para reducir drásticamente los derechos de trabajo posteriores a los estudios en el marco del visado para graduados, de 2 años a sólo 6 meses.
Como ya se ha dicho, el Reino Unido recibió casi 100.000 estudiantes internacionales más de lo previsto en 2022; esta podría ser una medida para garantizar que el número de estudiantes se mantiene dentro del objetivo deseado. El Ministerio del Interior está incluyendo a los estudiantes internacionales en su objetivo general de reducir la migración neta. En 2022 hubo 504.000 nuevos expatriados en el Reino Unido, lo que supone un impresionante aumento de 331.000 en un solo año.
The Times informa de que funcionarios del Ministerio del Interior también han dicho que los estudiantes internacionales que cursen titulaciones de "bajo valor" son los que se enfrentarán a más restricciones. Por un lado, es posible que ya no se les permita traer consigo a las personas a su cargo. Los funcionarios no han aclarado qué titulaciones se consideran "de escaso valor", pero es posible adivinar que las titulaciones de arte y humanidades, o las no relacionadas con la ciencia, la tecnología o las finanzas, podrían ser el objetivo en este caso. Las universidades más pequeñas y jóvenes que no forman parte del Grupo Russell ni están clasificadas a nivel mundial también podrían ser el objetivo. Estas suelen ser más asequibles para los estudiantes internacionales porque sus tasas de matrícula son más bajas.
A finales de 2022, el Primer Ministro Rishi Sunak insinuó la posibilidad de limitar el número de estudiantes internacionales que pueden entrar en el país. También se refirió a las titulaciones de "baja calidad" y a permitir la entrada de estudiantes internacionales sólo en las mejores universidades. Por aquel entonces, muchos organismos de enseñanza superior habían condenado esta propuesta, afirmando que supondría una catástrofe financiera para otras universidades.
La enmienda propuesta por el Ministerio del Interior sobre los derechos laborales tras la finalización de los estudios está suscitando la misma reacción, no sólo en el sector de la enseñanza superior, sino también dentro de su propio Gobierno. El Ministerio de Educación, el Tesoro, el Ministerio de Empresa, Energía y Estrategia Industrial y el Ministerio de Comercio Internacional han expresado su oposición.
Gillian Keegan, Secretaria de Educación del país, declaró a The Financial Times que los estudiantes internacionales aportan un impulso económico "enormemente valioso" al sector de la enseñanza superior. Considera que las universidades británicas son "un gran reclamo para nuestro país" y que esta brusca marcha atrás dañará la reputación internacional del Reino Unido.
El director de Universities UK International, Jamie Arrowsmith, advierte en The PIE News que esta medida haría que el Reino Unido quedara por detrás de sus competidores en educación internacional. Por ejemplo, Australia, donde las tasas académicas internacionales son ligeramente más elevadas que en el Reino Unido, permite a los estudiantes internacionales trabajar de 2 a 5 años en el país tras graduarse. Está claro que seis meses no pueden competir con eso.
Los estudiantes internacionales que entraron en el Reino Unido en los últimos años pueden enfrentarse ahora a un futuro incierto. Podrían correr el riesgo de ser deportados si no encuentran un empleo altamente cualificado y relacionado con su titulación en los 6 meses siguientes a su graduación. Por ahora, los estudiantes internacionales pueden aceptar cualquier trabajo -tutoría, cuidado de ancianos- hasta que encuentren el empleo de sus sueños. Para quienes pidieron cuantiosos préstamos educativos para venir al Reino Unido y sabían que podrían devolverlos en libras, esto también podría significar la ruina financiera.
La propuesta de Braverman llega apenas un año y medio después de que se pusiera en marcha el visado para graduados. Un estudiante universitario que llegó en 2021 y que debería graduarse en 2024 podría no estar afrontando las mismas condiciones en las que aceptó estudiar en el Reino Unido. Algunos estudiantes incluso habían abandonado la carrera para incorporarse al mundo laboral cuando recibieron una buena oferta; si se aprueba la enmienda de Braverman, también podría resultar imposible.
Braverman y Keegan siguen discutiendo sus opciones y tratando de encontrar un compromiso entre sus puntos de vista diametralmente opuestos. La incertidumbre sigue pesando sobre los estudiantes internacionales, que tendrán que esperar al menos unas semanas antes de poder hacerse una idea más clara de la dirección que está tomando el gobierno británico.
