Los nómadas digitales y los trabajadores a distancia están revolucionando los modelos de trabajo
En un pasado no tan lejano, la ubicación del lugar de trabajo tenía poca importancia. La oficina era una entidad distinta, separada de los acogedores confines del hogar. Naturalmente, esta perspectiva no abarcaba a todos los profesionales. Los autónomos y los trabajadores a distancia formaban parte del tejido laboral desde hacía mucho tiempo. De hecho, según un exhaustivo estudio realizado por Morar Consulting para Polycom Group en 2017, casi dos tercios de la población mundial realizan trabajo remoto de forma habitual.
A la cabeza se encuentra Brasil, con un asombroso 54 % de su población que trabaja fuera de la oficina convencional. En su lugar, estos trabajadores remotos optan por la comodidad de sus hogares o se aventuran en lugares alternativos como cafeterías, parques públicos o bibliotecas. India le sigue de cerca, en segundo lugar, con un 43% de trabajadores a distancia. Australia ocupa el tercer lugar, con un 41% de sus empleados que trabajan a distancia. Le siguen Alemania (38%), Estados Unidos (36%), Reino Unido y Canadá (32%), Francia y China (29%), Rusia (22%), Singapur (19%) y Japón (8%).
Ya en 2017, el término "revolución del estilo de trabajo" había ganado tracción para describir este cambio de paradigma. El trabajo a distancia ha experimentado un crecimiento constante desde la década de 2010, coincidiendo con la aparición de debates sobre el derecho a desconectar, que anima a los empleados a abstenerse de responder a comunicaciones relacionadas con el trabajo fuera de su horario laboral designado. Sin embargo, el trabajo a distancia sigue siendo una práctica relativamente infrecuente a escala mundial. Pocos países ofrecen visados específicos para nómadas digitales, y la infraestructura dedicada a atender sus preferencias laborales sigue siendo limitada. En consecuencia, sigue prevaleciendo la norma convencional de trabajar en oficinas separadas, lejos de la comodidad del hogar.
Un panorama laboral en transformación
La crisis sanitaria mundial ha desencadenado una profunda metamorfosis en el mercado laboral mundial, dejando a directivos y líderes empresariales convencidos de que no hay vuelta atrás. Esto supone un reto único para los directivos que se encuentran lidiando con la evolución de las expectativas de sus plantillas. El trabajo a distancia, lejos de ser una mera reorganización de las modalidades de trabajo, ha marcado el comienzo de un cambio de paradigma en nuestra percepción del propio trabajo. Los empleados ya no se limitan a ser meros ejecutores, sino que buscan una participación activa en la vida de la organización. Su identidad trasciende su trabajo, ya que se expresan a través de sus esfuerzos profesionales y otras pasiones. El trabajo a distancia facilita una integración armoniosa del trabajo y la vida personal, dando a los individuos la libertad de perseguir sus intereses y aficiones.
Esta transformación se extiende a todo el espectro del mercado laboral. Las industrias, que se enfrentan a una escasez mundial de talentos cualificados, sobre todo en sectores vitales como la sanidad y la construcción, están adoptando ahora estas novedosas modalidades de trabajo. Las prácticas de contratación se han adaptado en consecuencia, y las ofertas de empleo mencionan explícitamente las opciones de trabajo a distancia y destacan el valor de un perfil internacional. Al mismo tiempo, las empresas que buscan talentos internacionales ya no dudan en contratar a personas que residen a cientos de kilómetros de sus instalaciones físicas o incluso a las que tienen su sede en países diferentes.
Potencias del trabajo a distancia
En la vanguardia de la adopción del trabajo a distancia, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) reinan con un asombroso 46% de su mano de obra dedicada al trabajo a distancia. Los EAU se han posicionado estratégicamente como un animado centro para el trabajo a distancia, aprovechando sus atractivas perspectivas económicas, ambiente cosmopolita, atractivos incentivos fiscales, lucrativo potencial de ingresos, ventajosa ubicación geográfica y excepcional calidad de vida. Además, con la introducción del visado para nómadas digitales en Dubái a partir de 2021, el trabajo a distancia se ha convertido en un componente integral de la cultura laboral de los EAU, lo que permite una rápida adaptabilidad al panorama económico en constante cambio. Esta flexibilidad tiene inmensas ventajas tanto para las organizaciones como para los trabajadores.
India también está dando pasos importantes en este sentido. Las autoridades de Goa están desarrollando activamente un visado para nómadas digitales, aprovechando la reputación internacional del Estado para atraer a autónomos extranjeros. Siguiendo los pasos de los EAU, la India está decidida a establecerse como un próspero centro para el nomadismo digital y el trabajo a distancia. Junto a sus puntos turísticos de fama mundial, la India exhibe su infraestructura bien diseñada para atender las necesidades específicas de los trabajadores remotos, incluidos espacios de coworking y alojamientos adaptados explícitamente a los nómadas digitales. Además, la India ofrece un coste de la vida atractivo y una calidad de vida deseable. Otros países emergentes como centros de trabajo a distancia son España, Portugal, Malta, Mauricio, Japón, Costa Rica, Panamá y Cabo Verde. Excepto Japón, todos estos países ofrecen visados para nómadas digitales, lo que consolida su compromiso con las prácticas de trabajo a distancia.
La ola del trabajo a distancia: Un panorama único del mercado laboral
El notable crecimiento del trabajo a distancia puede atribuirse a su creciente alcance en diversos ámbitos profesionales. Los profesionales de la venta, el derecho, el coaching (deportivo, expatriación, coaching de vida, coaching de belleza, etc.), la dirección artística, la formación, la enseñanza, el estilismo, el diseño de moda, el diseño de joyas, la contabilidad, el trabajo actuarial, la consultoría, la fotografía, la agencia de viajes, la dietética, los servicios de conserjería en línea, el sector inmobiliario, la gestión de proyectos de marketing, la asistencia virtual, la consultoría de RRHH, el asesoramiento financiero, etc., ya no se limitan a las funciones digitales, sino que ahora pueden aprovechar el poder del trabajo a distancia. Sin embargo, es crucial recordar que ciertas profesiones requieren cualificaciones y licencias específicas.
El progreso del trabajo a distancia varía según los países
El progreso del teletrabajo varía de un país a otro, y algunos abrazan la revolución con más fervor que otros. Mientras que un número cada vez mayor de países adoptan el teletrabajo de todo corazón, otros se quedan rezagados.
En Japón, el teletrabajo experimentó un desarrollo significativo sólo durante la crisis sanitaria, con resultados desiguales. A pesar de los esfuerzos de Japón por atraer talento extranjero mediante reformas de los visados, el concepto de un visado para nómadas digitales aún no se ha impuesto. El presentismo y el colectivismo siguen impregnando la cultura laboral de Japón. En otros países, las ambigüedades legales dificultan la adopción generalizada del trabajo a distancia.
Chequia, por ejemplo, es un país en el que la legislación carece de una definición clara del trabajo a distancia. Los factores culturales también entran en juego, con estructuras jerárquicas y un fuerte sentido de comunidad que plantean retos a la integración del trabajo a distancia.
China se enfrenta a obstáculos similares, a pesar de que el 40% de su plantilla teletrabajó durante la pandemia de COVID-19. El propio concepto de teletrabajo choca con la visión del Partido Comunista Chino. Antes de la pandemia, sólo el 7% de la población activa tenía acceso al teletrabajo. Una conexión fiable a Internet sigue siendo un factor crucial para impulsar la adopción del teletrabajo.
Además, las desigualdades socioprofesionales excluyen a determinados trabajadores, como ocurre en Francia, donde se prevé que el rendimiento del trabajo a distancia en 2022 sea el más bajo de Europa, con una mayoría de directivos teletrabajando en comparación con los empleados.
¿Es el teletrabajo el futuro del empleo?
¿Es el teletrabajo el futuro inevitable del empleo? Algunos visionarios creen firmemente que sí. Aunque algunos sectores siempre dependerán de espacios de trabajo físicos (por ejemplo, reparadores, panaderos y técnicos industriales), otros ya están adoptando una existencia virtual. El auge del nomadismo digital y del trabajo a distancia ha supuesto una revolución en el mercado laboral mundial, sobre todo en los ámbitos socioprofesionales superiores. El atractivo del trabajo autónomo ha seducido a muchas personas, sobre todo a raíz de la crisis sanitaria.
Sin embargo, persiste la resistencia entre los empleadores, que ven el trabajo a distancia como una desmaterialización excesiva similar a la externalización. Cuestionan la lógica de dispersar una empresa por todo el planeta, argumentando que es más sensato establecer oficinas locales en los mercados que se pretende conquistar que deslocalizar a los trabajadores. Aunque esta preocupación puede ser menos relevante para los nómadas digitales, ellos también participan activamente en el actual debate sobre el trabajo. A la inversa, surge una tendencia contraria a medida que los teletrabajadores se distancian de los espacios de oficina convencionales, arriesgando potencialmente la erosión de las conexiones sociales con sus organizaciones. Al mismo tiempo, los nómadas digitales gravitan hacia comunidades creadas específicamente para satisfacer sus necesidades particulares.
¿Y si el futuro del trabajo girara fundamentalmente en torno a la libertad? Este ardiente deseo de liberación impulsa a los nómadas digitales y a los trabajadores a distancia a reimaginar su trayectoria profesional.