A lo largo de mi vida he vivido en varios países de Europa y América y, en mi opinión, Uruguay es el país más triste, melancólico y gris que conozco. No ayuda nada el gran sentido del ridículo que suele acompañar a la mayoría de los uruguayos. Y no digamos de la política que mantiene unas calles, que podrían ser preciosas, llenas de suciedad, basura y acerados rotos y levantados, así como unos edificios que están pidiendo a gritos una manita de pintura. Eso vuelve mucho más gris las ciudades.
Es difícil sentirse feliz en ese entorno, habiendo conocido otros lugares, claro está. En la ignorancia de que hay algo más quizá se pueda alcanzar la felicidad. No se.