¿Qué impacto tienen las fluctuaciones en las divisas cuando se vive en el extranjero?

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Escrito por Asaël Häzaq el 13 octubre, 2024
Para los expatriados, el impacto de recibir un ingreso en una moneda que es más débil o más fuerte que la moneda local puede influir significativamente en el poder adquisitivo. Con el tiempo, esta disparidad puede incluso amenazar la viabilidad de la mudanza en sí. Este artículo proporciona estudios de caso prácticos y consejos para ayudar a mitigar riesgos y minimizar pérdidas financieras.

El impacto de las fluctuaciones monetarias en los presupuestos de los expatriados

Las fluctuaciones monetarias pueden afectar significativamente todos los aspectos de la vida de un expatriado, particularmente cuando su salario está en la moneda local. Los cambios en los valores de la moneda pueden influir en sus ingresos, ahorros y gastos, como tasas escolares, diversas primas de seguros, alquiler y servicios públicos, incluyendo agua, calefacción, electricidad e internet.

El riesgo se intensifica para los expatriados en una región donde la moneda local se está devaluando. Cuando se les paga en la moneda local, ahorrar se vuelve más desafiante, y cualquier dinero reservado para regresar a casa o para futuros proyectos de expatriación puede perder su valor. Este problema también afecta a los jubilados que han convertido todos sus ingresos a la moneda local, lo que puede resultar en una reducción significativa de su poder adquisitivo.

Por otro lado, los expatriados que reciben su salario en una moneda extranjera están protegidos de estos riesgos. De hecho, una devaluación de la moneda local puede incluso aumentar su poder adquisitivo, convirtiendo las fluctuaciones monetarias en una ventaja en lugar de una amenaza financiera.

Cuando la apreciación de la moneda socava las finanzas de los expatriados: el caso de Tailandia

La estrategia parece sencilla sobre el papel: mudarse a un país con un costo de vida más bajo para obtener mayor poder adquisitivo, incluso sin un ingreso más alto. Este enfoque ha sido particularmente beneficioso para muchos expatriados, especialmente jubilados, atraídos por naciones menos favorecidas donde sus pensiones rinden más. Países como Tailandia se han convertido en focos para expatriados suizos, franceses y belgas. En su país de origen, sus pensiones modestas apenas cubrían sus necesidades, pero en Tailandia disfrutaban de un estilo de vida bastante cómodo. Sin embargo, esta ventaja disminuye a medida que el baht tailandés se fortalece, erosionando su poder adquisitivo.

Los industriales tailandeses y los expatriados están monitoreando de cerca el baht tailandés (THB). La apreciación de la moneda plantea desafíos para las empresas que obtienen la mayor parte de sus ingresos en el extranjero, encareciendo las exportaciones y aumentando la competencia con otros mercados. El turismo también se ve afectado, ya que los visitantes encuentran que obtienen menos bahts por su dinero. Datos recientes subrayan la tendencia: al 30 de septiembre, 1 dólar estadounidense valía 32.23 bahts, y 1 euro se cambiaba por 36.03 bahts. Esta apreciación lenta pero constante continuó, con las tasas del 7 de octubre situándose en 33.44 bahts por dólar estadounidense y 36.72 bahts por euro.

Caída en el poder adquisitivo de los expatriados: un llamado a la acción gubernamental

La Federación de Industrias Tailandesas (FTI) ha sido vocal en su llamado a la intervención gubernamental. La presión económica sobre los expatriados y las empresas no muestra signos de disminuir después de más de un año. A pesar de estas súplicas, el Banco de Tailandia mantiene la tasa de interés en el 2.5%. Aunque el Banco reconoce el impacto económico en las industrias y el turismo, afirma que está "gestionando" la situación de manera efectiva. Sin embargo, estas garantías han hecho poco para consolar a los industriales y residentes extranjeros, particularmente jubilados.

Las reformas fiscales recientes han complicado aún más las cosas para los expatriados, obligándolos a declarar todos los ingresos generados en Tailandia y cualquier ingreso repatriado al país a partir del 1 de enero de 2024, incluyendo sus pensiones. A medida que el baht sigue subiendo, los expatriados encuentran que sus pensiones se reducen, dejándolos con menos dinero en medio de costos en aumento. Los precios de bienes raíces están aumentando, y el gobierno casi incrementó los precios de la electricidad—una decisión pospuesta solo tras protestas de empresas e individuos, pero este respiro puede ser temporal.

Además, nuevas regulaciones ahora exigen a los jubilados obtener un seguro de salud obligatorio. Este requisito, junto con el costo de vida en aumento, ha dejado a algunos expatriados temiendo que ya no puedan permitirse quedarse en Tailandia. En respuesta, el gobierno está implementando gradualmente medidas para facilitarles la permanencia, principalmente a través de ajustes en los requisitos de la visa de larga estancia (visa no inmigrante O-A). Se habla de revertir los umbrales mínimos de cobertura de salud a niveles anteriores a Covid: 40,000 bahts para atención ambulatoria y 400,000 bahts para atención hospitalaria, ofreciendo un posible respiro para muchos.

Devaluación de la moneda y auge de inversiones: el caso de Japón

En el primer trimestre, la devaluación del yen trajo alegría a turistas y expatriados extranjeros que ganan en monedas extranjeras. El lunes 29 de abril, el yen alcanzó un mínimo histórico desde el estallido de la burbuja financiera de Japón en 1990, cayendo a 160.17 yenes por solo un dólar. Más tarde esa semana, cayó aún más a 153.04 yenes por dólar. Este panorama financiero sigue al estallido de una burbuja inmobiliaria y económica que llevó a Japón a una crisis económica prolongada.

En respuesta a la debilitación de la moneda y para fortalecer el poder adquisitivo de los residentes—que había estado disminuyendo durante más de un año—el ex primer ministro, Kishida, promulgó aumentos salariales. Sin embargo, la inflación inminente ha disminuido el impacto de estos aumentos. En medio de escándalos políticos y creciente impopularidad, Kishida renunció el 14 de agosto. Su sucesor, Shigeru Ishiba, quien asumió el cargo el martes 1 de octubre tras elecciones reñidas, se comprometió a rescatar al país de la deflación y mejorar el poder adquisitivo de sus ciudadanos. Ishiba ha propuesto aumentar el salario mínimo a 1,500 yenes (aproximadamente 10 dólares) dentro de la próxima década, señalando un compromiso con reformas económicas sustanciales.

Moneda local débil: un beneficio para los inversores extranjeros

La situación en Japón ejemplifica cómo una moneda local débil puede aumentar el atractivo de un país para inversores y turistas extranjeros por igual. Desde la crisis de salud, ha habido un cambio notable en las inversiones de China a Japón por parte de grandes inversores.

A pesar de desafíos como una economía lenta, una población envejecida y salarios erosionados por la inflación, la estabilidad de Japón continúa tranquilizando a los grandes inversores. La reciente recuperación del yen frente al dólar, estabilizándose en 148.42 yenes por dólar al 7 de octubre, se ve positivamente por las empresas japonesas. Sin embargo, no ha disuadido la confianza de los inversores. Por ejemplo, el fondo saudí está considerando aumentar su participación en Nintendo, un líder global en juegos, de la cual posee actualmente el 8.6% de las acciones. Este movimiento se alinea con el reciente aumento de más del 5% de las acciones a principios de mes. No obstante, el nuevo gobierno japonés, bajo el liderazgo del Ministro de Finanzas Katsunobu Kato, es cauteloso respecto a soportar fluctuaciones súbitas y drásticas en el yen, prometiendo monitorear estos cambios para salvaguardar la economía de cerca.

Además, los expatriados que se benefician de monedas más fuertes están encontrando oportunidades lucrativas en el sector inmobiliario, particularmente en **akiya**—casas abandonadas que se venden a precios bajos, a veces por menos de 5,000 dólares. Sin embargo, los posibles inversores deben estar al tanto de que los costos de renovación pueden escalar, superando a menudo los 100,000 dólares dependiendo de la condición de la propiedad. Por lo tanto, aunque una moneda más fuerte proporciona un poder adquisitivo significativo, también facilita un mayor potencial de inversión en Japón.

Fluctuaciones monetarias: estrategias para minimizar pérdidas

No se requiere que los expatriados cierren sus cuentas bancarias en sus países de origen, pero deben informar a su banco al abrir una cuenta en el extranjero. Una estrategia fundamental para limitar las pérdidas financieras es evitar transferir todos los ahorros al país anfitrión.

Para aquellos que emigran a países que enfrentan una inestabilidad financiera o política significativa, una mayor precaución es crucial, particularmente cuando los salarios se pagan en la moneda local. Es vital evaluar la volatilidad monetaria del país en el que planeas residir. Por ejemplo, países como Argentina han enfrentado múltiples crisis financieras, y las monedas de Turquía y Egipto son actualmente vulnerables debido a la inflación desenfrenada.

Los expatriados también deben considerar cualquier préstamo en curso en su país de origen, especialmente si su moneda es más fuerte que la del país anfitrión. Se aconseja reembolsar estos préstamos de inmediato si se reside en un país económicamente inestable para evitar costos crecientes debido a las fluctuaciones monetarias. Además, los expatriados deben permanecer alerta ante posibles cambios políticos en su país de origen, como reformas inmobiliarias o fiscales, que podrían tener implicaciones financieras.

Para aquellos en contratos de expatriación, asegurar un salario neto fijo puede proporcionar estabilidad financiera al garantizar un ingreso constante independientemente de las condiciones económicas locales, protegiendo contra el riesgo de fluctuaciones monetarias.