La menopausia es una parte natural de la vida de una mujer, pero a menudo se enfrenta con silencio e incomodidad en muchas culturas. Para las mujeres expatriadas, el desafío de manejar la menopausia puede agravarse por la ausencia de recursos y sistemas de apoyo familiares. Esto puede dificultar aún más enfrentar los cambios físicos y emocionales. ¿Cuáles son las formas efectivas de abordar esta situación?
Síntomas desafiantes que a menudo se pasan por alto
Los sofocos, la irritabilidad, los problemas urinarios y los dolores de cabeza son solo algunos de los síntomas de la menopausia destacados por los expertos en salud. Estos síntomas, que pueden variar enormemente en intensidad, suelen ser desestimados como otro "problema femenino", similar a los períodos dolorosos o la endometriosis.
Una encuesta realizada a 1,200 mujeres reveló que el 87% siente que la menopausia afecta significativamente su calidad de vida, y casi la mitad experimenta síntomas severos. A pesar de ello, solo el 37% había consultado a un ginecólogo. Esta reticencia puede deberse a la vergüenza, el miedo o la incertidumbre. Es importante reconocer que la menopausia comienza gradualmente, a menudo con un período de premenopausia que dura de 2 a 4 años. Además, muchas personas asocian la menopausia con el envejecimiento, lo que añade otra capa de complejidad a cómo se percibe y se maneja.
Menopausia: un tabú y un marcador de invisibilidad
En muchas culturas que valoran la juventud y la vitalidad, la menopausia puede hacer que las mujeres se sientan invisibles a medida que envejecen. Este sentimiento está capturado con aguda percepción por la poeta estadounidense Mary Ruefle en "My Private Property": "Ya fueras atractiva o no, estabas acostumbrada a sentir la mirada de otros sobre ti... Ese tiempo ha terminado; ahora la mirada de los demás te atraviesa, eres completamente invisible a sus ojos, ¡te has convertido en un fantasma! ¡Ya no existes!"
La percepción de la menopausia varía enormemente, tanto en la sociedad como en el ámbito médico. La investigadora Cécile Charlap, en "The Making of Menopause", observa que la menopausia a menudo se enmarca no como una fase normal del envejecimiento, sino como una pérdida o deficiencia, especialmente en las sociedades occidentales. En consecuencia, la menopausia se percibe a través de un lente que devalúa el cuerpo femenino no reproductivo, convirtiéndolo en una experiencia de descalificación.
Navegar la menopausia como mujer expatriada
Para las mujeres expatriadas, las diferentes percepciones culturales de la menopausia pueden plantear desafíos significativos. En culturas donde la menopausia rara vez se discute, resulta difícil hablar abiertamente de ella o buscar ayuda profesional. Una mujer expatriada relata sus dificultades: "Sintiéndome insegura y desconfiada, decidí esperar hasta poder regresar a mi país para una consulta médica. Mientras tanto, comencé a investigar por mi cuenta, leyendo libros y tratando de entender mi condición sin ningún apoyo."
Además, explicar síntomas en un idioma extranjero puede ser desalentador, al igual que comprender los consejos médicos, particularmente cuando involucran tratamientos hormonales que requieren diagnósticos precisos basados en la gravedad de los síntomas y el estado general de salud.
Las diferencias en los sistemas de salud también contribuyen a la hesitación para buscar asesoramiento médico en el extranjero. Por ejemplo, en Francia, el sistema de seguridad social cubre aproximadamente entre el 30% y el 65% de los costos médicos, dependiendo del tipo de tratamiento, pero esto puede variar ampliamente en otros países. Pruebas esenciales, como las densitometrías óseas para evaluar el riesgo de osteoporosis, pueden ser costosas y no siempre están cubiertas por el seguro, cuya cobertura varía considerablemente en cuanto a tratamientos y medicinas alternativas.
Enfoques variados hacia la menopausia y consejos prácticos
Experimentar la menopausia no tiene por qué sentirse como una disminución de uno mismo. De hecho, uno de los beneficios de vivir en el extranjero es la exposición a diferentes actitudes culturales hacia la menopausia, lo que puede ayudar a reformular las percepciones personales y desafiar los tabúes existentes.
Cécile Charlap señala cuán diferentes pueden ser las percepciones culturales, usando Japón como ejemplo. En japonés, el término "konenki" se refiere a la menopausia pero abarca un espectro más amplio que en Occidente, incluyendo signos de envejecimiento como el cabello canoso y la disminución de la vista. Curiosamente, "konenki" se aplica tanto a hombres como a mujeres, destacando un enfoque más inclusivo y comprensivo.
Estar en el extranjero también permite acceder a diversas iniciativas globales que ofrecen apoyo e información. Por ejemplo, Elda Health, que comenzó como un grupo de WhatsApp, se ha convertido en una plataforma estructurada que ofrece servicios integrales en inglés. Además, los grupos de apoyo locales y de expatriados pueden ser un gran recurso, brindando apoyo emocional y consejos prácticos. Estas comunidades a menudo comparten estrategias útiles e ideas, enriqueciendo la experiencia como expatriado y ofreciendo orientación incluso antes de buscar asesoramiento médico.
Independientemente de la ubicación, algunos consejos universales son valiosos: los expertos en salud recomiendan mantener una dieta equilibrada, limitar el consumo de tabaco y mantenerse físicamente activo. También aconsejan sobre formas de reducir los riesgos cardiovasculares y prevenir la osteoporosis. Las prácticas de manejo del estrés, como el yoga o la meditación, pueden ser beneficiosas, y explorar tratamientos alternativos como la medicina ayurvédica o la medicina tradicional china podría ofrecer enfoques complementarios útiles para manejar la menopausia.