La reflexiones sobre cómo fue el proceso de búsqueda de una oportunidad en el extranjero para cuatro cubanos expatriados.
Guillermo
Una de las cosas que tuve más consideración en el momento de decidir a dónde me iba a expatriar fueron las oportunidades de empleo. Hice una investigación de los países que mejor estaban económicamente, los que más puestos de trabajo generan. En la lista estaban Estados Unidos, Canadá, Inglaterra o Australia y luego también consideré los de habla hispana, España, Ecuador, Perú. Y, manos a la obra, me dispuse a buscar ofertas de trabajo en los principales portales internet. Esta parte es un poco árdua, empecé por Linkedin, CareerBuilder, Indeed o Glassdoor. También me aboné a los portales locales de cada país para recibir alertas de nuevas ofertas. Primero intenté localizar los puestos que se ajustaban más a mi perfil profesional y tener así más chances de ser seleccionado.
El proceso fue bastante largo y sinceramente perdí la esperanza muchas veces. No recibir respuesta a decenas de correos electrónicos es bastante frustrante, pero empecé a tener algún que otro feedback y eso me animó a darle duro. Al final conseguí varias entrevistas a distancia y obtuve un puesto al cabo de unos meses.
Celia
Al principio no tenía nada claro cómo enfocar mi proyecto. Una de las cosas que se me pasó por la cabeza era hacer una petición de asilo o de refugiada. Después de muchas horas buscando por internet se me antojó que era una opción con un sin fin de trámites y que además limitaría mi estancia en el país. También me di cuenta de que no en todos los países tendría opciones de recibir el estatus de refugiada o asilada, un verdadero rompecabezas.
Le di muchas vueltas a la cabeza y al final me decidí por la opción de aplicar a una visa de estudiante en un país en el que los costos no fueran muy elevados, que no estuviera demasiado lejos para minimizar los gastos en billetes y mudanza. Como no tengo un inglés muy bueno, me concentré en los países de habla hispana y me decidí por México. A partir de ahí, empecé a buscar universidad y fondos para mi proyecto.
Lucrecia
Cuando me decidí a vivir en fuera de Cuba lo hice movida por las estrecheces económicas en las que me veía. A pesar de haber estudiado medicina, trabajar en un hospital, debido a las cargas familiares, llegaba a final con apuros. Mi proceso fue buscar todas las instituciones internacionales en las que podías prestar servicios, consultando organismos y organizaciones internacionales. Mi idea era poder obtener algún puesto y que una cosa llevará a la otra hasta encontrar una puerta abierta.
Pasé cerca de 4 años con contratos de corta duración hasta que gracias a haber ampliado mi círculo profesional de manera internacional salió una oportunidad y allá que me fui. Si echo la vista atrás veo que haberme motivado para investigar todas las opciones existentes fue clave para que pudiera dar el primer paso.
Octavio
La situación en mi país era cada día más complicada y se me hacía difícil imaginar un futuro, formar una familia y realizarme como persona. Yo había conocido a una chica que vino de vacaciones a Cuba y seguiamos en contacto. Habíamos tenido un romance pero no pensamos en que podría tener continuidad, pero no fue así. Hablábamos frecuentemente, cada día estábamos más apegados y en un momento me di cuenta de que deseaba apostar por esa relación. Ella vino a visitarme dos veces y tuvimos la oportunidad de conocernos mejor.
La verdad fue mucho más complicado de lo que esperaba, tanto para salir de Cuba, como para poder, tras formalizar nuestra relación, residir en su país. Fueron meses de mucho estrés y angustia, pero ahora vivimos juntos.
